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La reforma laboral impulsada por el presidente Javier Milei, presentada en el marco de un paquete de medidas económicas, incluye modificaciones significativas a la Ley N° 23.551 de Asociaciones Sindicales. Estas alteraciones, detalladas en el Título XV del proyecto, abarcan desde restricciones en la convocatoria de asambleas hasta nuevas sanciones por prácticas desleales, pasando por cambios en la representación en empresas y la tutela sindical.
A continuación, un análisis artículo por artículo detallan las diferencias con la norma vigente, sus explicaciones y el impacto potencial en el sector sindical y la representación de los trabajadores.
Capítulo I: De las asambleas y congresos
El Artículo 133 de la reforma laboral sustituye el artículo 20 bis de la Ley N° 23.551. En la versión vigente, los representantes sindicales, delegados y autoridades seccionales pueden convocar asambleas y congresos sin perjudicar las actividades de la empresa ni afectar a terceros. El nuevo texto limita esta facultad a la asociación sindical reconocida, exige autorización previa del empleador para horario y duración en asambleas dentro o fuera del establecimiento (y lugar si es dentro), y establece que los trabajadores no percibirán salarios durante el evento.
Este cambio restringe la autonomía sindical al depender de la aprobación empresarial, incluso para reuniones externas, lo que podría reducir la frecuencia y efectividad de las asambleas, afectando la participación de los trabajadores y debilitando la capacidad de los sindicatos para organizar acciones colectivas de manera espontánea.
El Artículo 134 modifica el artículo 20 ter, que ya califica como infracciones graves acciones como afectar la libertad de trabajo, bloquear establecimientos o causar daños durante medidas de fuerza. La propuesta amplía el lenguaje para incluir «hechos», «instigar» u «organizar» bloqueos, y extiende los daños a bienes fuera del establecimiento, manteniendo las sanciones administrativas, civiles y penales.
En la práctica, esto amplía el riesgo de sanciones para sindicatos durante huelgas o protestas, desincentivando acciones directas intensas y protegiendo más la operatividad empresarial, lo que podría limitar el poder de negociación de los trabajadores en conflictos laborales.
Capítulo II: De los derechos y obligaciones de las asociaciones sindicales
El Artículo 135 reemplaza el artículo 23, que otorga a las asociaciones inscritas derechos como representar intereses individuales a solicitud, colectivos solo si no hay otra con personería gremial, promover cooperativas y educación, imponer cotizaciones y realizar asambleas sin autorización previa. El nuevo texto permite representación colectiva directa en el ámbito personal y territorial, sin la condición previa, y somete las asambleas a normas regulatorias existentes.
Aunque facilita competencia entre sindicatos al eliminar limitaciones en la representación colectiva, somete las reuniones a regulaciones que podrían imponer requisitos adicionales, potencialmente reduciendo la libertad de reunión y afectando la unidad sindical al fomentar fragmentación.
Capítulo III: De las asociaciones sindicales con personería gremial
El Artículo 136 sustituye el artículo 29, que impide otorgar personería gremial a sindicatos de empresa si ya existe uno en la zona, actividad o categoría. La modificación permite esta personería si el sindicato de empresa tiene más afiliados cotizantes que el preexistente durante seis meses previos, limitando el efecto al ámbito empresarial.
Esto promueve sindicatos locales, fomentando competencia y representación más específica, pero podría fragmentar la unidad sindical tradicional, debilitando asociaciones de mayor ámbito y reduciendo el poder colectivo de los trabajadores en negociaciones amplias.
Reforma laboral: Golpe a la Ley de Asociaciones Sindicales
Capítulo IV: Del patrimonio de las asociaciones sindicales
El Artículo 137 de la reforma laboral cambia el artículo 38, que obliga a los empleadores a retener cuotas sindicales con resolución ministerial. El nuevo texto lo hace opcional, requiriendo consentimiento expreso del trabajador, acuerdo entre partes y autorización de la Secretaría de Trabajo, con posibilidad de revocación con 30 días de preaviso.
Esta voluntariedad reduce la estabilidad financiera de los sindicatos al depender de acuerdos individuales, potencialmente disminuyendo ingresos por cuotas y limitando recursos para actividades, lo que afecta la representación al hacer la afiliación más precaria y menos automática.
Capítulo V: De la representación sindical en la empresa
El Artículo 138 modifica el inciso c) del artículo 44, que concede horas mensuales retribuidas para delegados según convenio colectivo. La propuesta fija un máximo de 10 horas, salvo convenio mayor, y prohíbe interrupciones en el área de trabajo.
Limita el tiempo remunerado para funciones sindicales, restringiendo la efectividad de los delegados en la representación diaria de trabajadores, priorizando la continuidad operativa y potencialmente debilitando la voz gremial dentro de las empresas.
Capítulo VI: De la tutela sindical
El Artículo 139 sustituye el artículo 50, que protege a postulantes a cargos sindicales por seis meses contra despidos, suspensiones o cambios sin causa. El nuevo texto condiciona a notificación fehaciente, permite excepciones por reorganización total y cesa la protección si el candidato obtiene menos del 5% de votos.
Reduce la tutela para candidatos con bajo apoyo o en reorganizaciones, desincentivando postulaciones minoritarias y facilitando ajustes empresariales, lo que podría erosionar la estabilidad de representantes y afectar la diversidad en la representación sindical.
El Artículo 140 reemplaza el artículo 52, que exige resolución judicial previa para excluir de garantías a representantes protegidos. La modificación limita la tutela a titulares electos (excluyendo suplentes y congresales), amplía suspensiones cautelares por impacto en el funcionamiento normal, no acumula indemnizaciones para candidatos no electos con el artículo 245 bis de la Ley de Contrato de Trabajo, y permite al empleador liberar al trabajador de prestar servicios con notificación al Ministerio y acción judicial en 10 días.
Esto acota protecciones, excluyendo a suplentes y facilitando suspensiones, lo que debilita la tutela sindical y podría desmotivar participación en roles gremiales, impactando negativamente en la representación al priorizar flexibilidad empresarial en conflictos.
Capítulo VII: De las prácticas desleales
El Artículo 141 incorpora el artículo 53 bis, inexistente en la ley vigente, definiendo como desleales acciones como violaciones a asambleas o infracciones graves, afiliación compulsiva, extorsión, represalias, dilaciones en negociaciones o no acatar conciliación obligatoria.
Introduce restricciones éticas nuevas, exponiendo sindicatos a sanciones por tácticas de presión, lo que podría limitar acciones directas y fomentar negociaciones más rápidas, pero aumenta riesgos legales, afectando el poder de los trabajadores en disputas.
El Artículo 142 sustituye el artículo 54, que permite querellas por desleales a sindicatos o damnificados. El nuevo texto las extiende a todo damnificado.
Generaliza el acceso a querellas, permitiendo a empleadores o terceros iniciar acciones, lo que podría equilibrar disputas pero aumentar litigios contra sindicatos, debilitando su posición en conflictos laborales.
El Artículo 143 modifica el artículo 55, que sanciona desleales con multas basadas en ingresos (solo para empleadores) y permite reducciones por cese. La propuesta aplica el régimen de la Ley N° 25.212, extiende el 20% de ingresos a sindicatos, incrementa por mora, y permite revocar personería por reincidencia en prácticas del 53 bis.
Endurece sanciones para gremios, amenazando su existencia por reincidencias, lo que disuade conductas agresivas pero podría desestabilizar asociaciones, reduciendo su capacidad para representar trabajadores de manera efectiva.
Capítulo VIII: De la Autoridad de Aplicación
El Artículo 144 sustituye el artículo 59, que resuelve encuadramientos sindicales tras vía asociacional y 60 días administrativos. El nuevo texto reduce a 20 días administrativos, prohíbe afectaciones a procesos productivos durante conflictos y sanciona conductas que impacten a terceros.
Acelera resoluciones pero limita acciones durante disputas de representación, priorizando continuidad y sancionando impactos a terceros, lo que restringe huelgas en estos contextos y debilita el poder sindical en luchas por ámbitos representativos.
En síntesis, las modificaciones de la reforma laboral buscan mayor flexibilidad empresarial y competencia sindical, pero a costa de reducir autonomías, financiamientos y protecciones gremiales, potencialmente fragmentando la representación colectiva y limitando el poder de los trabajadores frente a empleadores, en un contexto donde la unidad sindical ha sido clave para conquistas laborales históricas en Argentina.
Imagen: archivo



