Las alertas previas en un área de vuelo congestionada y casi al límite

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31/01/2025 La Nación – Nota – El Mundo – Pag. 4

Tragedia aérea en EE.UU. un aeropuerto colapsado
Ian Duncan, Lori Aratani, Spencer S. Hsu y Michael Laris

El espacio aéreo a lo largo del río Potomac, donde un helicóptero del Ejército y un avión de pasajeros se estrellaron anteanoche, plantea algunos de los desafíos más complejos del país para los pilotos, que los obliga a confiar en capas de procedimientos y dispositivos de seguridad electrónicos para evitar una catástrofe.

Los helicópteros militares y de la Guardia Costera vuelan frecuentemente a baja altura sobre el río, compartiendo los cielos con aviones en las rutas de despegue y aterrizaje muy utilizadas del Aeropuerto Nacional Reagan de Washington.

La congestión en los cielos y en las pistas y áreas de maniobras alrededor del aeropuerto ha generado preocupaciones de seguridad durante años. El aeropuerto fue construido para manejar 15 millones de pasajeros al año y ahora maneja 25 millones.

Dennis Tajer, un comandante de American Airlines, dijo que eso significa que los pilotos tienen que estar muy atentos cuando vuelan hacia el Ronald Reagan. «Es un hervidero de actividad», dijo Tajer, vocero de la Allied Pilots Association, el sindicato de pilotos de Estados Unidos. «Está ubicado en un espacio extremadamente comprimido y tiene un gran volumen de tráfico».

Fallas De alguna manera, las numerosas medidas de seguridad fallaron cuando el helicóptero Black Hawk en una misión de entrenamiento y el vuelo de American Airlines procedente de Wichita chocaron a decenas de metros sobre el río mientras el avión comercial se acercaba a su pista para aterrizar.

Las tareas de rescate continuaron en las primeras horas de ayer, pero las autoridades daban por hecho que no hallarían ningún sobreviviente entre las 64 personas que iban en el avión y los tres militares a bordo del helicóptero.

Los expertos dicen que los relatos iniciales del accidente probablemente plantearán cuestionamientos acerca del espacio aéreo congestionado con mucho tráfico, las comunicaciones entre las dos aeronaves y los controladores de tráfico aéreo y si las respuestas de la industria y del gobierno a las casi colisiones que ocurren en las pistas de todo el país fueron suficientes.

«Sabemos que el sistema ha estado bajo presión», dijo Tajer, que no representa a los pilotos de PSA Airlines, subsidiaria de American, que estuvo involucrada en el accidente.

Existen rutas designadas para helicópteros que vuelan alrededor de la región de Washington que tienden a seguir los ríos de la zona.
Parecía que el helicóptero que chocó con el avión de pasajeros estaba sobre o cerca de una de esas rutas a lo largo de la orilla oriental del Potomac, según Scott Dunham, un investigador retirado de la Junta Nacional de Seguridad en el Transporte (NTSB, por sus siglas en inglés). Los controladores de tráfico aéreo también ayudan a gestionar el tráfico y estaban en contacto con el helicóptero, según grabaciones de audio archivadas por LiveATC.net.

«Es un corredor donde los helicópteros pueden volar a baja altura», dijo Jeff Guzzetti, un exinvestigador de la NTSB y la Administración Federal de Aviación (FAA, por sus siglas en inglés). Seguramente se examinará detalladamente cómo se cruzaron las rutas y altitudes de ambas aeronaves en los momentos previos a la colisión.

Como otra capa de protección contra colisiones en el aire, los aviones de pasajeros están equi pados con el Sistema de Alerta de Tráfico y Prevención de Colisiones (TCAS, por sus siglas en inglés), que emite alertas verbales automatizadas a los pilotos para evitar un choque inminente.

Los expertos dijeron que los investigadores tendrán que determinar si los pilotos recibieron alguna advertencia del sistema, si el avión militar fue detectado por el sistema o si estaba proporcionando alertas a baja altitud con muchas otras aeronaves alrededor.

A medida que los aviones se acercan al suelo, el sistema limita gradualmente la cantidad de alertas que proporciona para evitar distraer a los pilotos, según el piloto retirado de United Airlines, Ross Aimer.

El accidente ocurrió en uno de los corredores aéreos más sensibles del país, muchas de cuyas operaciones están clasificadas por consideraciones de seguridad dada la proximidad a la Casa Blanca, el Capitolio, el Pentágono y numerosas otras instalaciones civiles y militares. La región alberga tres aeropuertos importantes, 11 aeropuertos regionales y 55 helipuertos, sin incluir los operados por las Fuerzas Armadas.

Según un informe de 2021 enviado al Congreso, 50 entidades operaron aproximadamente 88.000 vuelos de helicópteros entre 2017 y 2019, de acuerdo con datos de la FAA. La mayoría estaban vinculados al Ejército, pero otros incluían vuelos de operaciones médicas, fuerzas policiales del estado y locales, y agencias federales.

Los legisladores propusieron en 2023 agregar más vuelos en el Aeropuerto Nacional para cubrir nuevas rutas de larga distancia.
Los opositores a la idea plantearon cuestionamientos relacionados con la seguridad.

El año pasado, como parte de la legislación para financiar a la FAA, el Congreso agregó cinco vuelos de ida y vuelta. La decisión se tomó a pesar de las objeciones de los miembros de la delegación del Congreso del área de Washington, quienes han argumentado durante mucho tiempo que el aeropuerto está al límite de su capacidad.

Las aerolíneas estadounidenses han tenido un sólido historial de seguridad en los últimos años, y el último accidente con muchas víctimas mortales ocurrió en 2009. Los funcionarios federales de aviación se han apresurado a responder a una serie de potenciales colisiones en aeropuertos de todo el país que comenzaron en 2023.

Señales de advertencia Los líderes de la industria dijeron que era una señal de advertencia de que existía el riesgo de un accidente a medida que el tráfico aéreo se recuperaba de los mínimos de la era de la pandemia.

La FAA investigó al menos tres situaciones de alto riesgo en el Aeropuerto Nacional en los últimos años. Dos ocurrieron en una sucesión muy rápida el año pasado, lo que aumentó la preocupación. En uno de ellos, los controladores de tráfico aéreo ordenaron a un avión de Southwest que cruzara una pista mientras un avión de JetBlue iniciaba su carrera de despegue por la misma pista.

En un segundo incidente, un avión de American Airlines que se preparaba para despegar casi chocó con un avión de King Air que estaba aterrizando en una pista más corta cercana. La FAA estaba investigando ambos incidentes.

Michael McCormick, profesor de la Universidad Aeronáutica Embry-Riddle que se especializa en control de tráfico aéreo, dijo que la complacencia sobre los complicados patrones de tráfico del aeropuerto y el menor nivel de personal en los horarios nocturnos de los controladores de tráfico aéreo podrían ser un factor. «Esta es una tragedia evitable y desafortunada», dijo McCormick.

Donald Trump responsabilizó ayer al gobierno de Biden de la tragedia aérea en Washington

LOS ACCIDENTES MÁS IMPACTANTES EN EE.UU.

12 de febrero de 2009 Vuelo 3407 de Colgan Air Se estrelló cerca de Nueva York debido a una pérdida de control por un error del piloto. Murieron 45 pasajeros, dos pilotos, dos auxiliares de vuelo y una persona en tierra.

12 de noviembre de 2001 Vuelo 587 de American Airlines Se estrelló poco después de despegar de JFK rumbo a Santo Domingo, tras perder el estabilizador vertical. La aeronave cayó sobre una zona residencia; mató a 260 personas a bordo y cinco en tierra.
17 de julio de 1996 Vuelo de TWA Cayó en el océano Atlántico cerca de East Moriches, Nueva York, en su ruta a París, Francia. Las 230 personas que iban a bordo murieron y el avión quedó destruido.

11 de mayo de 1996 Vuelo 592 de ValuJet Se estrelló 10 minutos después de despegar del Aeropuerto Internacional de Miami, tras un incendio en la bodega. Murieron 105 pasajeros y cinco miembros de la tripulación.

8 de septiembre de 1994 Vuelo 427 de USAir Cayó mientras intentaba aterrizar en el Aeropuerto Internacional de Pittsburgh debido a una falla en el sistema de dirección del timón.

Murieron 127 pasajeros y cinco tripulantes.
19 de julio de 1989 Vuelo 232 United Airlines Se estrelló en Iowa tras una falla en el motor en un intento de aterrizaje de emergencia. Murieron 110 pasajeros y un miembro de la tripulación.

16 de agosto de 1987 Vuelo 255 de Northwest Airlines Se estrelló poco después de despegar en Michigan, debido a un error de configuración de los flaps.

Murieron 154 personas a bordo, incluidos 148 pasajeros y seis miembros de la tripulación.
2 de agosto de 1985 Vuelo 191 de Delta Airlines Se accidentó cuando se aproximaba al aterrizaje en el Aeropuerto Internacional de Dallas-Fort Worth, durante una tormenta eléctrica. Fallecieron 128 pasajeros y seis miembros de la tripulación.

9 de julio de 1982 Vuelo 759 de PanAm Se estrelló poco después de despegar del Aeropuerto Internacional de Nueva Orleans por una falla en el motor. Murieron las 145 personas que iban a bordo. Donald Trump responsabilizó ayer al gobierno de Biden de la tragedia aérea en Washington.

Imagen: TN
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