Motosierra en Aerolíneas Argentinas: las ocho condiciones de Javier Milei para poner en caja a los gremios

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letrap.com.ar / Por Antonio Rossi

Incluyen una negociación salarial atada a pérdida de beneficios y cambios en el convenio colectivo. El proceso preventivo de crisis, último recurso.

Tomando como argumento de base el rechazo social a los paros y las cancelaciones de vuelos, la administración de Javier Milei volvió a instalar como un tema central en la discusión con los gremios la reconfiguración de las condiciones y beneficios laborales que rigen en Aerolíneas Argentinas.

Tras la amenaza de cerrar la empresa si no aparece ninguna compañía interesada o si el personal no quieren hacerse cargo, la administración mileísta llevó a los sindicatos más combativos de la compañía de bandera a una nueva instancia de negociación en la que no habría medidas de fuerza que entorpezcan la operatividad de la empresa.

En la primera ronda de reuniones concretada el viernes con representantes de la Asociación de Pilotos de Líneas Aéreas (APLA), cuyo referente es Pablo Biró; de la Asociación del Personal Aeronáutico (APA), conducida por Edgardo Llano; y de la Asociación Argentina de Aeronavegantes (AAA), que comanda Juan Pablo Brey; las autoridades de Aerolíneas Argentinas dejaron en claro que, antes de volver a negociar aumentos salariales, se debe llegar a un acuerdo que permita implementar en los próximos meses “una readecuación y flexibilización de las actuales condiciones laborales destinadas a darle sustentabilidad a la empresa”.

El ajuste en Aerolíneas Argentinas

Fabián Lombardo, a cargo de Aerolíneas Argentinas, puso nuevamente sobre la mesa una lista de cambios en las normas de trabajo que se elaboró a principios de año y que hasta ahora el Gobierno no pudo imponer a los gremios.

El ajuste laboral que la gestión libertaria pretende llevar adelante contempla ocho modificaciones que afectan principalmente a pilotos, tripulantes de cabina y supervisores de seguridad.

De acuerdo con los datos obtenidos por Letra P, las medidas comprenden:

  • La eliminación de todos los ítems salariales específicos que están garantizados para transformarlos en pagos por productividad. En este esquema entrarían las remuneraciones de horas garantizadas por día de actividad y las guardias no activadas.
  • La reducción a 15 días de antelación del plazo para que comandantes y pilotos soliciten pasajes vacacionales. Quedarán confirmados en clase Turista los del grupo familiar y solo se permitirá un upgrade para el titular y su pareja.
  • La supresión del asiento de descanso en clase Ejecutiva que establece el Convenio Colectivo de Trabajo (CCT) para las tripulaciones de vuelos internacionales.
  • En vuelos integrados por tripulaciones de tres o más pilotos, se reservará un asiento de descanso por cada piloto de refuerzo en clase ejecutiva/business o equivalente y, en caso de no contar con éstas, será en clase única.

Motosierra a los «privilegios»

  • La cancelación de los servicios de traslados en remises para pilotos, tripulantes de cabina y supervisores cuando expiren los contratos con el actuales transportadores.
  • La eliminación de la gratificación extraordinaria equivalente al pago de diez sueldos brutos que tienen los pilotos al jubilarse.
  • La reubicación de los pilotos en distintos aviones según las necesidades de la empresa. Los afectados a vuelos internacionales pasarían a prestar servicios en rutas de cabotaje en caso de reducción de la flota de fuselaje ancho.
  • Anulación de todos los mandatos e instrucciones gremiales que afecten las condiciones operativas en detrimento del CCT y las normativas vigentes.

La puja con los gremios aeronáuticos

Con la disputa en el campo gremial, ahora la empresa espera conocer la respuesta de los sindicalistas para ver hasta dónde estarían dispuestos a ceder y acordar un nuevo escenario laboral.

En el caso de que las negociaciones no prosperen, el Gobierno iría a fondo con la opción de avanzar con un Procedimiento Preventivo de Crisis (PPC) para poder determinar si la empresa sigue en pie, reformular las condiciones laborales y despedir al personal que no resulte necesario por razones de fuerza mayor.

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