Tap despide 3.600 empleados y retira 17 aviones de su flota

La crisis del coronavirus no perdona. Más pronto o más tarde sacude a todas las aerolíneas. Ahora le ha tocado el turno a la portuguesa TAP, en la que el estado sigue teniendo un papel relevante (72% del capital), especialmente en medio de la desbandada de accionistas.

Este lunes anunció que despide a 3.600 trabajadores, de los 10.600 que tiene actualmente. Adicionalmente, no renovará otros 1.600 contratos. La dureza de la crisis en la portuguesa no tiene precedentes.

Aparte de estos durísimos recortes, el gobierno inyectará 1.200 millones de euros en la compañía, para garantizar su operatividad futura. Este miércoles el gobierno y la representación sindical se verán para intercambiar información sobre los planes, aunque pocas alternativas existen en medio de la debacle. Los sindicatos han dicho que no contemplan hacer huelgas. Pero no obstante, han sido críticos afirmando que “TAP quiere que hagamos huelga para no tener que pagarnos el salario. Las medidas propuestas son estúpidas, provocadoras e irreales”.

El virus en realidad está acelerando los problemas en la aerolínea que ya arrastraba cuantiosas pérdidas del pasado. Pese a ello, el primer ministro cree que aplicando  una cirugía cuidadosa se puede salvar la empresa.

Es muy probable que la Unión Europea acepte el plan presentado, a tenor de lo que ha venido sucediendo con otras compañías situadas en la misma crisis.

En septiembre, apenas hace dos meses, la compañía decidió retrasar los pagos del 60 por ciento de sus compromisos de alquileres de aviones, procediendo a vender ocho de estos aparatos. Ahora, los aviones a vender son 17. Sin embargo, salvo si hay un compromiso de realquiler, hoy el mercado de venta de aviones está prácticamente paralizado.