Un paro planeado para presionar en la interna de la CGT y que dejó al desnudo la grieta en el clan Moyano

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31/10/2024 Clarín – Nota – Tema del Día – Pag. 5

Escenario

Pablo Moyano fue bastonero de la protesta, pero su hermano Facundo no se plegó. Sindicatos alineados con los K buscan que la central se endurezca.

Hubo un tiempo en el que Hugo Moyano taconeaba y se le cuadraba todo a su alrededor: la CGT, Camioneros, y más aún su propia familia.
El paro que llevaron adelante ayer un puñado de gremios del transporte dejó al desnudo que aquel todopoderoso sindicalista empieza a ser sólo la sombra de lo que fue.

Su hijo primogénito, Pablo, fue el principal bastonero de la protesta.
Facundo Moyano, su otro hijo sindicalista -es el capo del gremio de los Trabajadores de Peajes, SUTPA- resolvió de manera sorpresiva no adherir a la huelga. Las diferencias en el clan se habían transparentado hace poco y por la interna peronista: Pablo Moyano se mostró con Cristina y su hermano Facundo con Axel Kicillof, cuando el gobernador buscaba cortar el cordón umbilical con CFK.

Tanto Camioneros como SUTPA integran la Confederación de Sindicatos del Transporte (CATT). En el medio de la puja familiar aparece otra curiosidad: el paro de ayer no fue confederado, es decir no lo convocó la CATT ni la UGATT, la otra entidad que nuclea a los gremios del transporte. La razón es simple: fue una protesta unilateral de algunos gremios y no contó con el consenso de toda la actividad.

Hubo versiones dentro de la CGT antes del paro de que Hugo Moyano no estaba de acuerdo con la medida de fuerza. Así se lo habría hecho saber a algún miembro de la mesa chica cegetista.

Pero después, y por razones que aún no están claras, se impuso el criterio de su hijo Pablo, al que sólo guía la idea de confrontar con la administración de Javier Milei. «Su único horizonte es hacer quilombo», lo describe un poderoso jefe cegetista.

Pero se encuentra en una posición minoritaria dentro de la central. El resto de la conducción entiende que este no es momento de pelea política con la Casa Rosada. «Este veranito en los mercados parece estar fortaleciendo al Gobierno, no es momento de confrontar más cuando toda la política está fragmentada y el peronismo tan desordenado», interpretan en el sector mayoritario de la CGT. Hablando de desorden, Omar Maturano, jefe de La Fraternidad y pieza clave del paro de ayer, apoya a Cristina en la interna del PJ. El maquinista siempre tuvo dos características: su anti- kirchnerismo y ser completamente impredecible.

En la CGT entienden que el paro de ayer no movió el amperímetro.
Pero lo cierto es que la medida de fuerza deja una postal que debe ser leída con atención. Es que gracias a que adhirieron los maquinistas, Camioneros y los pilotos de aviones, la huelga lució contundente.

Pero hay muchos otros gremios clave del sector que no se sumaron a la protesta, como los colectiveros de la UTA, los otros tres sindicatos ferroviarios (Unión Ferroviaria, Señaleros y Personal Jerárquico), algunos de los aeronáuticos, como el de Ricardo Cirielli, y marítimos.

Dato llamativo: el titular de la CATT es Sergio Sasia, de la Unión Ferroviaria. Que no paró. Pablo Moyano y sus aliados debieron crear la llamada Mesa Nacional del Transporte para poder avanzar con la medida de fuerza. No llevaron la idea de un paro a la CATT porque sabían que no reuniría consenso.

Por eso, inventaron el nuevo instrumento de la Mesa Nacional.
Ahora, Sasia madura la idea de irse de la CATT. Podría tomar la decisión en breve, a lo sumo la semana que viene. «La confrontación por confrontación misma no conduce a nada», dice el líder de la Unión Ferroviaria.

Pablo Palacio, secretario general de la poderosa Unión de Recibidores de Granos (URGARA), tampoco adhirió al paro, aunque integra la CATT. Envió un comunicado a sus afiliados para explicar la posición del gremio sobre la protesta: «Tenemos muchísimas razones para expresar nuestro malestar, pero ninguna de esas razones aparece en la convocatoria al paro. Nos piden que luchemos. Lo que no aclaran es por qué y para qué», sentencia.

Es interesante el «para qué» que señala Palacio. Para observadores gremiales en realidad el paro del transporte fue una señal interna que los gremios más opositores y cercanos al kirchnerismo quieren darle al núcleo duro de la CGT. Buscan forzarlo a que realice una medida de fuerza antes de fin de año.

Eso es justamente lo que se desprende de las declaraciones de Pablo Moyano. «Va a ser el inicio de algo mucho más importante», dijo en referencia al paro de ayer.

La intención queda más transparente cuando se lee un comunicado de un puñado de gremios duros y que no son del transporte en el que se apoya la protesta de este miércoles. Entre los firmantes hay gremios alineados con el kirchnerismo, como la UOM, La Bancaria, SMATA, Trabajadores de Farmacia y Canillitas.

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