Una alternativa al plan libertario

Mara Pedrazzoli
Alrededor de 20 usinas de pensamiento económico que nutren a espacios peronistas y progresistas se reunieron en la Facultad de Ciencias Económicas de la UBA para discutir y proponer un enfoque alternativo a las políticas de Javier Milei. En su mayoría formadas por jóvenes con mirada reflexiva y voluntad de acción, compartieron una revisión crítica sobre el pasado y la necesidad de aprender de las experiencias recientes. El lema que aunó el encuentro fue «ningún nombre propio, ni en la política ni en la economía, tiene una solución mágica para la Argentina: discutamos ideas y construyamos los consensos que nos permitan transformarlas en un nuevo sentido común».
Durante la jornada se presentó el informe «Un futuro mejor para la macroeconomía argentina» elaborado por Futuros Mejores, un equipo de jóvenes profesionales. El documento esboza críticas al modelo actual, basado en un pseudo estabilización macroeconómica apoyada en precios relativos que no son sostenibles, una inflación que disminuye por la apreciación cambiaria -cuya contracara es la no acumulación de reservas genuinas- y que ante el objetivo original no logrado de regularizar los flujos financieros de capitales, optó por hacerse un stock de divisas (a través del blanqueo, FMI y Tesoro norteamericano).
«Ni la estabilidad, ni el orden macroeconómico son conceptos a dejar vacantes y regalar a la ortodoxia económica y a la derecha política. Hay otra forma de hacer las cosas y hay aprendizajes de periodos previos», aseguró el escrito, donde se planteó la necesidad de alcanzar nuevos consensos.
La casa de estudios reunió a Futuros Mejores, Cedeam, Plan Fénix, CEPA, Fundación Encuentro (Frente Renovador), Argentina Grande, Grupo Paternal, Fundar, FES Argentina, Fundus, Misión Productiva, CIEN, Paridad en la Macro, Generación por el Desarrollo, FIDE, IDUF, CCC, Lista Verde, Grupo Luján y docentes de la Unpaz, Undav, UNM y UBA.
Temas en debate
Tipo de cambio real: competitivo y estable para favorecer el desarrollo industrial, tecnológico y exportador. Esto supone una tensión porque es la apreciación cambiaria la que ayuda a contener la dinámica de precios. Regulación de los flujos financieros en contextos de reversión del ciclo de capitales. Control cambiario como herramienta coyuntural. El «cepo» debe minimizar el surgimiento de brechas y proteger las reservas, sin ahogar la inversión productiva.
El equilibrio fiscal en el debate económico progresista. Una alternativa al plan libertario
Economistas del campo nacional debatieron sobre tipo de cambio, exportaciones, industria, deuda externa y mercado interno. Facultad de Ciencias Económicas, UBA.
La derecha económica, repasaron, no tiene este problema porque defienden un modelo de tipo de cambio barato, desindustrialización, boom de importaciones y financiarización.
Estrategia exportadora: que permita acumular reservas de manera genuina, apunte a recuperar los sectores latentes e impulse las «nuevas canastas» como conocimiento, biotecnología, energía y minería, con proveedores locales.
Universo pyme: tendrá centralidad la recuperación de ingresos para fortalecer el mercado interno, los programas de inversión para sustituir importaciones, y las compras públicas innovadoras.
Equilibrio de las cuentas públicas: debe ser «intertemporal». Se justifica el déficit con emisión monetaria en coyunturas críticas (como la pandemia) pero luego debe recomponerse. Este cuestionamiento resulta un aspecto novedoso en la discusión progresista. A su vez expone la dificultad estructural de consolidar un mercado de capitales profundo que permita financiar al Tesoro en moneda local.
Deuda externa: partió aguas en el debate ¿renegociar o desconocer? Aunque fue unánime la crítica sobre el problema del endeudamiento del Tesoro en moneda extranjera. Divisas: creación de incentivos para dar mayor estabilidad al flujo, a partir de la desestacionalización de la liquidación del agro.
Una macro alternativa
En el plano de las políticas macroeconómicas, el documento plantea la adopción de un régimen cambiario que admita una volatilidad administrada, con bandas u otro mecanismo pero flexible ante shocks externos.
«Debe establecerse una política de acumulación de reservas genuinas logradas principalmente a través de más y más caras exportaciones, y también más exportadores», propone. No obstante señala que, aun con una mejora en el intercambio comercial, se precisa de políticas macroprudenciales que incidan sobre la cuenta financiera con el fin de atenuar los impactos que tienen los flujos de entrada y de salida, atendiendo a que no generen brechas cambiarias.
«Es tan peligroso mantener déficits fiscales crónicos sin más posibilidad que financiarlos con emisión monetaria, como inútil mantener superávits fiscales año tras año intentando controlar de esa única forma la inflación», expresó.
El control cambiario funciona como herramienta coyuntural. El cepo debe minimizar iesgos sin ahogar la inversión productiva.



