Una privatización sin candidatos a la vista y más competencia local, las opciones del Gobierno con Aerolíneas
clarin.com / Luis Ceriotto
Las iniciativas de privatización y cielos abiertos no encontraron por el momento eco en potenciales inversores externos. La respuesta más inmediata viene de las «low cost», que están trayendo aviones de matrícula extranjera para el mercado de cabotaje.
El gobierno de Javier Milei ya emitió un decreto que declara a Aerolíneas Argentinas “sujeta a privatización” y apoya además dos iniciativas en la Cámara de Diputados, del PRO (Hernán Lombardi) y la Coalición Cívica (Juan Manuel López), para privatizar Aerolíneas en el marco de la Ley de Reforma del Estado sancionada en 1989.
El tratamiento de estos proyectos está detenido en el plenario de comisiones de la Cámara Baja y esta semana Milei anticipó que si si el Congreso traba la iniciativa «se la entregaremos a los empleados».
Nada de todo eso aparece hoy como posible, al menos en el corto plazo. No hay un candidato en firme para comprar Aerolíneas, según la consulta de Clarín entre operadores privados e incluso funcionarios del Gobierno. Y el propio Milei se encargó de despejar cualquier duda sobre su idea de entregar Aerolíneas a los trabajadores: “El problema es que no la quieren”, le dijo a La Nación +.
Por debajo de esos anuncios y proyectos de venta sin compradores a la vista, desde la segunda línea del Gobierno se avanza a paso firme con una desregulación agresiva, denominada política de “cielos abiertos”. Se firmó una decena de acuerdos de liberalización de rutas con otros países y en el algunos casos (Chile, Uruguay y Paraguay) se avanzó con acuerdos que habilitan que aerolíneas extranjeras vuelen con aviones y tripulaciones de otros países en el mercado de cabotaje argentino.
Para esta clase de iniciativas, a diferencia del proyecto privatizador, van apareciendo algunos candidatos. Pero tampoco acá hay una fila de empresas anotándose para hacer uso de las nuevas posibilidades que ofrece el Gobierno.
La aerolínea Paranair anunció que quiere hacer una o dos rutas de cabotaje en Argentina con aviones y tripulaciones de Paraguay, a partir del otoño de 2025. También desde el Gobierno se aseguró (fuentes bien informadas, si bien en off) que la aerolínea chilena Sky mostró interés en hacer uso de esta “novena libertad del aire”. Por el momento, esas son las únicas novedades en ese terreno.
Hay una tercera movida oficial, que fue protagonizada por los ministros Guillermo Francos y Luis Caputo, junto con el secretario Franco Mogetta: buscar entre las aerolíneas que operan en el país reemplazos parciales para la operación de Aerolíneas, en caso de que los pilotos vuelvan a hacer una seguidilla de paros y otras medidas de fuerza como las que llevaron desde mediados de agosto hasta comienzos de septiembre.
Es esta tercera vía es donde hasta hoy aparecieron las promesas más concretas para buscar un reemplazo al menos parcial de Aerolíneas en el mercado local. En los vuelos de cabotaje, Aerolíneas controla dos tercios de todo el mercado. Pero el 35% restante lo fueron ganando, año a año desde 2018-2019, las dos “low cost” de capitales estadounidenses que hoy están en el mercado local: Flybondi y JetSmart.
En este punto, el Gobierno podría terminar capitalizando a su favor lo que en realidad eran reclamos de estas dos empresas, que consisten en poder traer aviones de matrícula extranjera a la Argentina para realizar vuelos de cabotaje.
El Gobierno les dio el ok y JetSmart ya anunció la incorporación de dos aviones, ambos de matrícula chilena (CC), para sumarse a los ocho de matrícula argentina (LV) que ya tienen en el país. Lo hará en la próxima temporada alta, según afirmaron en agosto durante un anuncio que compartieron con el ministro Federico Sturzenegger.
La otra competidora de Aerolíneas, Flybondi, está negociando en varios países (Lituania, España, Turquía, Chile y Brasil) el alquiler de aviones con tripulación incluida para incrementar su flota local, que hoy es de 15 aviones. Mauricio Sana, el CEO de Flybondi, dijo que quiere llegar a una flota de 20 aviones para la temporada alta.
Mucho más difusa aparece la posibilidad de que vengan aerolíneas desde otros países, como las brasileña Gol y Azul, a tomar rutas de Aerolíneas.
En medio de esas movidas, el Gobierno instaló a los gremios aeronáuticos en general, y al líder de los pilotos Pablo Biró en particular, como nuevos exponentes de la “casta”. Y es posible, al menos según las estimaciones de algunos referentes del sector, que esa disputa política termine generando a Milei más rédito que la hoy poco probable privatización de la línea aérea estatal.
Ese rédito, de existir, podría verse recién en el mediano plazo, según un referente del sector, con llegada a todos los interlocutores oficiales.
«Si de la disputa con los gremios se consigue que los aumentos salariales terminen siendo más moderados y se consiga paz social, Aerolíneas quedaría más en línea para pensar en una privatización. No es algo para mañana mismo, pero sí un tipo de ajuste que podría generar el interés genuino de inversores para el mediano plazo»