EL SINDICALISMO, LOS CARNEROS Y APTA
El sindicalismo desde su orígenes condenó y combatió el “carnerear” y a los “carneros”; tanto por su falta de solidaridad y respeto hacia la lucha y el sacrificio de sus compañeros, como, porque si la mayoría de trabajadores fueran “carneros”, sería imposible que existiera un gremio o el movimiento sindical organizado.
El “carnero” es un cobarde, egoísta y traidor de sus pares trabajadores. Sabotea y atenta contra el sacrificio de sus compañeros pero, se beneficia laboral y económicamente, de ese sacrificio fecundo de las luchas que él traiciona y no pelea.
El “carnero”, no merece ser llamado compañero porque no lo es. El “carnero” solo se acompaña a sí mismo y a sus intereses. No le importa en absoluto la suerte ni el destino de quienes trabajan junto a él, y se juegan reclamando sus derechos.
El “carnero” es un individualista que solo le importa su conveniencia; y es voluntariamente funcional a los intereses de la patronal y/o del poder político que manda.
El “carnero” es un falso compañero, que solo está comprometido con la realidad de su bolsillo; el cual busca llenar siendo servil al poder que explota y oprime a sus compañeros.
Muchísimo más peligroso y repudiable es si quien “carnerea” ocupa un cargo gremial, elegido para representar y defender a sus compañeros, y no para abandonarlos y traicionarlos por su miserable codicia individual. O si quien fue o es carnero aspira a cargo electivo sindical, porque su deslealtad y egoísmo sería mucho más letal contra sus compañeros, al poder usar el poder institucional del sindicato.
No existe el “carnero” bueno, porque es amigo, conocido o del mismo pensamiento ideológico o político, todos los “caneros” son malos y nefastos para cualquier grupo de trabajadores que necesita indispensablemente estar unido, para reunir la fuerza necesaria que le permita triunfar en sus luchas y conquistar sus reclamos. Es tan enemigo y condenable quien fue “carnero” ayer, como quien lo es hoy.
Toda organización sindical condena con severidad estatuariamente a los “carneros”, por la grave e imperdonable inconducta ética, laboral y gremial, que representa el “carnerear”.
En APTA los “carneros” fueron siempre inaceptables. Repudiados, marginados y despreciados por quienes trabajan junto a él y son sus víctimas.
En los últimos paros generales dictados por las centrales obreras de Azopardo, Azul y Blanca y la CTA Autónoma, APTA propuso por escrito y de palabra, medidas de lucha alternativas que no implicaran un paro, pero que iban a ser igual o más efectivas en sus consecuencias políticas que una medida de acción directa. Sin embargo, por mayoría los sindicatos involucrados decidieron llevar a cabo medidas de fuerza por 24 horas. Como nuestra conducción sindical es respetuosa de la decisión democrática de las mayorías, Y NO ES “CARNERA”, acató orgánica y disciplinariamente lo resuelto.
Responsablemente conscientes, también, que si APTA y sus afiliados necesitan algún día el respaldo activo y solidario de esas mismas confederaciones y sindicatos hermanos, solo nos haremos merecedor de esa ayuda y fortaleza que da la unidad, si nuestra conducta hacia ellos fue de compromiso y solidaridad constante.
Sin duda, la más completa y mejor definición de “carnero” es la que se atribuye al personaje de Mafalda: “El carnero es el único animal capaz de atentar contra su propia clase; cobarde y servil con el enemigo, mortal y traidor contra sus hermanos”.
POR UN APTA SOLO DE LOS TRABAJADORES, Y NO DE LOS CARNEROS.
Buenos Aires, junio 24 de 2015
Ricardo CIRIELLI
Secretario General