Cavallo insiste con una vieja receta neoliberal: reprivatizar Aerolíneas
El exministro quiere volver al esquema de desregulación de los ’90.
Reapareció en las últimas horas en una charla de Twitter. Aprovechó para alabar a Javier Milei y su movimiento de extrema derecha.
Domingo Cavallo reapareció en las últimas horas con una idea que se llevó a cabo en los años ’90: privatizar empresas públicas. El antiguo presidente del Banco Central en dictadura y luego ministro de Economía de Carlos Menem y Fernando de la Rúa estimó que «habría que re-privatizar» Aerolíneas Argentinas porque no brinda «buen servicio». Un caballito de batalla de los años de auge del modelo que colapsó en 2001, año en que entró en crisis la Aerolínea en manos privadas.
El exministro habló en una charla por Twitter junto a dos adláteres del libre mercado: José Benegas y Nicolás Cachanosky. El primero, periodista, organizó la charla; el segundo, economista, departió con el padre de la convertibilidad y la mayor crisis de la historia argentina.
Cavallo aprovechó para reivindicar las políticas de los años ’90. “Ahora se escucha de este Gobierno que la culpa es porque se privatizaron las empresas del Estado y no por las tarifas congeladas», aseguró. «Se arman relatos mentirosos y asignan mal la responsabilidad y explican mal las causas de los problemas”, añadió.
En un pasaje de la charla, sostuvo lo siguiente: “En los ’90 no podríamos haber hecho la privatización, la desregulación y la apertura si antes no lográbamos erradicar la inflación a través del régimen de convertibilidad, que obligó a la política monetaria a dejar de producir inflación”. Fue exactamente al revés: el gobierno de Menem inició su andar con la Ley de Reforma del Estado, que habilitó la venta de las empresas públicas, en agosto de 1989. La convertibilidad ni siquiera se mencionaba y recién se implementó en abril de 1991, cuando ya se habían privatizado empresas como ENTel y Ferrocarriles Argentinos.
Para el ministro de los ’90, la Argentina está “pagando las consecuencias” de lo que llamó un “golpe institucional”: la caída de Fernando de la Rúa, previa eyección de Cavallo del Ministerio, el 19 y 20 de diciembre de 2001. A su juicio, eso “rompió la regla” de una década “sin inflación” por el modelo del uno a uno. Estimó que en las dos décadas siguientes se produjo «un retroceso de la economía y de la política».
En otro momento del diálogo, acusó a la dirigencia política por la inflación, ya que «entienden que hay que licuar las deudas públicas, no pagarlas”. En ese sentido, cargó contra el sector privado con estas palabras: «Pero también el propio sector privado está acostumbrado a sacarse de arriba las deudas a través de golpes inflacionarios”. Precisamente, los grupos concentrados consiguieron la estatización de sus deudas en la gestión de Cavallo como titular del Banco Central, en el tramo final de la dictadura.
También aprovechó para alabar a Javier Milei y su movimiento de extrema derecha. «Son algo exagerados cuando expresan sus ideas», dijo en relación el economista que propuso quemar el Central, pero destacó que tienen «un efecto positivo» en la juventud. Milei definió en su momento a Cavallo como «el mejor ministro de Economía de la historia».
Finalmente, consideró que hace falta un “buen programa de estabilización, basado en una reforma del régimen monetario y fiscal”, y que las dos reformas tienen que producirse “al mismo tiempo”. Lo dijo como si su modelo de endeudamiento, base de la convertibilidad, no hubiera derivado a fines de los ’90 en un déficit fiscal superior a los 10 mil millones de dólares.