Dialéctica aerocomercial

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Los argumentos de los referentes de la aerolínea embanderada se yuxtaponen confusamente.

En las últimas horas, la Asociación de Pilotos de Líneas Aéreas (APLA), expresó en un comunicado que ha pasado a la fase de “Acciones Gremiales Directas” en relación a ARSA.

Por su parte, la empresa ha manifestado que logró el retiro de 1.500 empleados y que tendría un 13 % menos de los registrados a fines de 2023, por lo que estaría en una “cifra que nos ubica en indicadores muy similares a los de otros competidores de la industria, un logro inmenso para Aerolíneas Argentinas.”, dice el texto difundido. La cifras son curiosas, ya que el texto dice que la plantilla de ARSA tiene 10.400 empleados cuando el número óptimos sería 4.000, o 5.000 a lo sumo (LATAM tendría unos 110 empleados por avión, mientras en ARSA serían 130 o más).

La compañía además asegura que redujo un 70 % el déficit operativo al pasar de 272 a 79 millones de dólares de pérdida y que en julio generó “una ganancia genuina de más de 20 millones  de dólares”. Luego expone las medidas que se han tomado para mejorar las condiciones de la empresa y luego afirma que “Hay que dejar atrás la idea de que la identidad de Aerolíneas está determinada por quién es su propietario.” Se podría decir que en esta última frase de libertario no hay absolutamente nada.

Hacia el final del comunicado menciona el conflicto gremial complejo que tiene ante sí, el cual “amenaza este futuro” que el señor Fabián Lombardo pinta tan auspicioso.

La empresa parece que no ha tomado en cuenta los informes de la Secretaría de Hacienda para hacer las cuentas y, si tiene ganancia como afirma, no se comprende por qué solicitó recursos para hacer frente al pago de los retiros voluntarios. Es todo muy raro. Sería realmente positivo que el presidente de la compañía –o Manuel Adorni, que también se refirió a la exitosa administración de ARSA– expongan el plan de negocios que tiene, así la ciudadanía primero, y también los gremios, toman conciencia del rumbo real que tendrá la aerolínea para cumplir con sus servicios y dejar de recibir subsidios del Estado.

En esta línea de pensamiento, sería oportuno reiterar cinco puntos cruciales que han sido propuestos varias veces para una reestructuración exitosa de la empresa, en función de alcanzar una situación sostenible y su eventual privatización. Cabe destacar que no se comprende por qué muchos de ellos no se han instrumentado desde el Gobierno hace varios meses.

  1. Reglamentar el DNU 70/2023 que establece la esencialidad de los servicios aéreos.
  2. Derogación del Decreto 877/2021 sobre tiempos máximos de servicio conforme a lo internacionalmente aceptado.
  3. Realizar una convocatoria internacional a los efectos de contratar un management profesional de primerísimo nivel con un salario acorde a lo que establece el mercado global.
  4. Optar por la Convocatoria de Acreedores o el Procedimiento Preventivo de Crisis, para superar la extorsión sindical y avanzar con gran parte de la reestructuración de la aerolínea. (Lo mismo habría que hacer con Intercargo).
  5. Modificar la flota con foco en cabotaje (como piden gobernadores, diputados, senadores e intendentes de todo el país) para brindar servicios rentables en rutas de baja o media densidad.

En cuanto al conflicto que están planteando gremios que tantas veces clamaron “todos somos aerolíneas”, sería realmente patriótico que cambiaran ese eslogan por una conocida frase de John F. Kennedy: “No preguntes qué es lo que tu país puede hacer por ti, pregúntate qué es lo que tú puedes hacer por tu país.”

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