eleconomista.es / Cristian Gallegos / 10:36 – 11/12/2024
Foto: elEconomista.
El 2024 sin lugar a duda ha sido uno de los peores años del fabricante de aviones Boeing. A las pérdidas y recortes, se suman las denuncias de extrabajadores del área de calidad sobre los «errores de producción». A estas, se suma la de otro extrabajador que afirma que «miles» de piezas rotas fueron instaladas en los aviones para «mantener la producción en marcha».
A las denuncias de Joshua Dean, un extrabajador de Boeing y de John Barnett, un exgerente de calidad de la empresa se suma la de Sam Mohawk, empleado del fabricante de aviones desde hace 13 años, quien afirma que algunos trabajadores de la fábrica sacaron piezas defectuosas de los almacenes y las instalaron en los aviones para mantener la producción en marcha.
Según información de CBS News, Mohawk ha trabajado para Boeing durante 13 años en tres programas de aviones diferentes. Meses antes del incidente del tapón de la puerta del Alaska Airlines, Mohawk señala al medio que advirtió a su compañía y a los reguladores federales sobre las fallas en las prácticas de seguridad dentro de la fábrica de Renton, que fabrica aproximadamente el 30% de la flota de aviones comerciales del mundo.
«La idea es mantener esos aviones en movimiento, mantener esa línea en movimiento a toda costa», cuenta Sam Mohawk al medio quien le preguntó: «¿A toda costa?». A lo que responde: «A toda costa».
En esta línea, un investigador de calidad de Boeing está redoblando sus afirmaciones de principios de este año sobre el uso de piezas defectuosas por parte del fabricante de aviones, lo que podría hacer que estos sean «menos seguros o provocar averías». Al respecto Mohawk, agrega al medio que «los empleados han recurrido a instalar en secreto piezas defectuosas en los aviones debido a la escasez de suministros, dejando unidades defectuosas sin contabilizar en los almacenes de la fábrica y, posiblemente, en aviones cargados de pasajeros y carga».
«Hay tanto caos en esa fábrica que hay una desesperación por conseguir piezas porque tenemos problemas con nuestros proveedores de piezas», detalla. «Para poder construir el avión y entregarlo a tiempo, creo que, por desgracia, algunas de esas piezas se reciclaron para volver a colocarlas en los aviones con el fin de seguir fabricándolos y no detener la producción», afirma.
La «cárcel de piezas» robadas
Según explica el trabajador en la entrevista publicada el pasado domingo, las fábricas de Boeing guardan las unidades dañadas en una «cárcel de piezas», donde la empresa puede rastrear los artículos para mantenerlos fuera de producción. Debido a que las tuberías de suministro dañadas por la pandemia han impedido que los fabricantes de aviones aumenten la producción de aviones, algunos trabajadores de la fábrica de Boeing supuestamente eludieron el protocolo para retirar artículos de la cárcel de piezas, sin que el equipo de Mohawk lo supiera, y los instalaron en los aviones.
Además de tornillos y piezas más pequeñas, los trabajadores también se llevaron elementos importantes como timones, que controlan la dirección de un avión. Según Mohawk, desaparecieron 42 timones defectuosos o que no cumplían con las normas, lo que demuestra que la práctica de robar piezas bajo llave es generalizada. «Creo que esto se repite una y otra vez», dice Mohawk. «Tenemos miles de piezas faltantes».
Al respecto, Boeing comunicó a Fortune que había completado dos investigaciones sobre las afirmaciones de Mohawk, que incluyeron entrevistas a empleados y recorridos por la fábrica, pero «no encontró evidencia de que alguna pieza defectuosa terminara en los aviones Boeing». La compañía dijo que las afirmaciones de Mohawk «no afectaron la seguridad de los aviones».
La posible instalación de piezas de mala calidad en los aviones podría tener consecuencias graves para Boeing y sus pasajeros, ya que significaría que esos aviones podrían no durar su vida útil habitual de 30 años. Un «evento catastrófico» sería inminente si los vehículos no se investigan adecuadamente. «Es como la ruleta rusa, ¿sabes?», señala Mohawk. «No sabes si va a salir bien o no».
Los denunciantes muertos
El exempleado de Boeing, Joshua Dean, de 45 años, que fue otro de los denunciantes de los «errores de producción de la compañía» falleció tras contraer una neumonía de rápida propagación, según reportaron en mayo medios estadounidenses.
Dean fue un empleado de la compañía fabricante de aviones durante varios años. En 2023 fue despedido tras alertar sobre los problemas de los 737 Max, lo que ha generado un revuelo y una crisis de Boeing.
Su muerte se sumó a la de John Barnett, un exgerente de calidad de la empresa, o el también llamado «soplón», que denunció los «fallos de producción» de los aviones mucho antes de la explosión del tapón de la puerta del vuelo 1282 de Alaska Airlines, en 2017.