LOS EXPERTOS ADMITEN QUE LA COMPAÑÍA LO INTENTA, PERO SON PESIMISTAS
Los expertos dudan de que exista un mercado para el low-cost de largo radio
Norwegian pide una prórroga a sus acreedores
Los titulares de los bonos (deuda) decidirán si dejan caer o no a Norwegian. La aerolínea noruega, incapaz de pagar sus deudas, ha pedido a los titulares de 380 millones en bonos que le renegocien la deuda en dos años más, ofreciendo como garantía los slots en Gatwick.
“Están manejando la crisis de la mejor manera que pueden, pero están al borde del precipicio” ha dicho Daniel Roeska, de la firma Bernstein, de asesoría bursátil, a la CNN, quien añade que, pese a todo, es muy difícil que pueda sobrevivir a este invierno. “Están haciendo lo posible para extender su vida un poco más, de cara al invierno. Pero hay que pensar que el periodo octubre marzo es realmente muy malo para la aviación en general” (Norwegian pide una prórroga a sus acreedores).
Al principio de 2019, Bjorn Kjos, el director general de la compañía, dijo que este era el año en el que iba a priorizar los beneficios sobre la expansión. Pero, hasta hoy, no hay más que pérdidas. Y no todo por culpa de la compañía ni de sus gestores. El gran caos de los 737 Max ha afectado frontalmente a la noruega, dejándole sin respiración. Pasar este invierno será, definitivamente, extremadamente complicado.
Sólo en lo que va de año, su valor bursátil cayó un 65 por ciento. Kjos abandonó la compañía en julio, sin que haya sido reemplazado más que de forma transitoria.
Las compañías de tarjetas de crédito han retrasado sus pagos a Norwegian, ante el temor de ser atrapadas en una quiebra. Eso ha dejando a la compañía con 4.000 millones de coronas noruegas (439 millones de dólares) menos de circulante en el segundo trimestre del año, en comparación con el año pasado (datos de la propia Norwegian). Esto se llevó de un plumazo los 353 millones de dólares que la compañía había conseguido ingresar con la emisión de acciones de marzo y también con parte de los 102 millones de dólares de la venta de sus participación accionarial en un banco. La empresa también ingresó 127 millones de dólares de la venta de algunos aviones, que se convierten en alquileres.
Los expertos, sin embargo, son un poco más duros con Norwegian. El mismo Roeska indicó a la CNN que “la dificultad estriba en que el low-cost de largo recorrido en realidad no funciona. Lo que hay es largo recorrido con precios bajos, pero no hay forma de ahorrar en costes”. Algunos expertos explican que “en los vuelos de corto recorrido se puede conseguir arañar dos o tres horas de operativa del avión, con escalas más cortas; en los de largo recorrido, un avión de Norwegian ha de estar en tierra el mismo tiempo que uno de British, por ejemplo, porque las distancias son muy largas y no es posible arañar nada”. De alguna manera, la negativa de Easyjet, de Ryanair o hasta de Wizzair indicaba que no veían el negocio.
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