Coronavirus. Peligra la primera exportación de aviones 100% argentinos en más de 30 años

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En el medio de la pampa bonaerense, en un paraje llamado Gowland, hay un galpón que como tantos otro por la zona podría contener herramientas de trabajo para el campo o productos agrícolas, pero que, en cambio, guarda otra cosa. Ese galpón es Petrel, una fábrica de aviones que, antes de verse obligada a cerrar sus puertas por la cuarentena obligatoria, estaba a punto de concretar la primera exportación de un avión civil diseñado, certificado y fabricado íntegramente en el país en más de 36 años.

«Estamos desesperados por abrir. Estamos muy orgullosos de esta oportunidad y no queremos perderla», dice a LA NACION Carlos Antonietti, presidente de la empresa. Se refiere a una orden de compra de ocho aviones realizada por una empresa de fumigación aérea colombiana, cuya primera entrega debería haberse concretado en marzo. Además, la crisis desatada por la pandemia de coronavirus lo encontró cerrando negociaciones con otros países de la región y con algunos aeroclubes locales.

Petrel, fundada en 2005, integra el puñado de fábricas de aviones que existe en el país y tiene cuatro modelos propios que se utilizan para instrucción de pilotos, vuelo deportivo y fumigación y cuestan entre US$100.000 y US$118.000. La empresa, que desde su creación entregó 18 aviones, tiene 12 empleados y trabaja junto a otras 32 pymes ubicadas en el AMBA, de modo que solo importa el 30% de los insumos que utiliza.

La fábrica está cerrada desde el 16 de marzo pasado, unos días antes de que se anunciara formalmente la cuarentena obligatoria. El gobierno nacional habilitó el sábado pasado, mediante la decisión administrativa 810/2020, las actividades vinculadas a la fabricación y mantenimiento de aeronaves en todo el territorio nacional menos el Área Metropolitana de Buenos Aires, sin embargo Petrel todavía necesita algunas autorizaciones provinciales para poder comenzar a trabajar.

«En el municipio de Mercedes, del que depende Gowland, nos dijeron que nos van a ayudar para presentar los documentos ante el organismo provincial y acelerar los trámites. Hoy mandé un correo para pedir una habilitación provisoria al menos», explicó Antonietti, quien aseguró que en el partido Mercedes no hay casos confirmados de coronavirus y destacó que la fábrica está aislada, «en el medio del campo».

A ese paraje llegó el año pasado la visita del exministro de Producción Dante Sica, que recorrió las instalaciones y se entusiasmó con que la exportación a Colombia inaugurara una nueva unidad de intercambio. «Hoy visitamos Petrel para festejar junto a todo su equipo que el primer avión civil diseñado, certificado y fabricado íntegramente en el país ya está listo para exportar, por primera vez en más de 36 años», escribía en Twitter Sica el 25 de octubre pasado. «Este hito histórico abre la posibilidad de empezar a exportar al mundo».

Si bien la empresa estatal Fábrica Argentina de Aviones Brigadier San Martín (Fadea) exportó algunos aviones Puelche fabricados en la Argentina en los últimos años, Antonietti explica que son naves fabricadas sobre la base de una licencia del Piper PA-25 Pawnee, comprada a la empresa estadounidense Piper. Es decir, el diseño, los planos y la certificación no fueron realizados en el país. Según rememora, la última exportación de un avión íntegramente argentino la realizó la fábrica cordobesa Aero Boero, que dejó de producir a principio de los 90.

Además de los ocho aviones que deben entregar a la empresa fumigadora colombiana, la empresa también tiene seis pedidos de escuelas de vuelo y aeroclubes del país y el coronavirus lo sorprendió negociando la exportación de otros ocho aviones, cuatro de ellos para entrenamiento de la fuerza aérea de un país de la región.

«Hay mercado. Tranquilamente podríamos trabajar con más gente y producir más aviones, pero lo que es muy difícil es conseguir financiamiento», dice Antonietti, y cuenta que regularmente lo llaman de México, Perú, Chile, Panamá y Brasil interesados por su producto. «No tenemos financiación -apunta-. Ningún banco quiere hacer leasing , ni siquiera los públicos, y las tasas nuestras son irrisorias comparadas con las de los competidores del mundo».

Por: Delfina Torres Cabreros
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