Air Europa: una conveniente economía de guerra
OPINION
Sin embargo, la mala gestión en el día a día es inaceptable. El Gobierno no puede mantener sus ayudas sin más cuando en Air Europa se siguen empleando aviones mucho más grandes de lo necesario en rutas en las que no está volando nadie; cuando en algunos de esos trayectos a América donde las nuestras casi están en monopolio vuelan tanto Iberia como Air Europa con aviones casi vacíos; que se haya desnaturalizado completamente el proyecto de la Air Europa Express al permitir el acceso a ella de los pilotos de la principal; cuando en algunas rutas nacionales todo sea una improvisación costosa para la compañía; mientras que las retribuciones en la cúpula sean propias de años de vacas gordas, hoy lejanas en el tiempo.
Es aceptable que haya habido una crisis; es lógico que se hayan dispuesto recursos para auxiliar a la compañía, pero es una vergüenza que se suelte el dinero para ser dilapidado sin orden ni concierto. El dinero público, en contra de lo que decía aquella ministra de infausto recuerdo, es de todos y el estado debería vigilar su empleo. En Air Europa debería de existir hoy una economía de guerra con la que no se podrán evitar las pérdidas pero sí asegurar la supervivencia.
Hoy, desde luego, el riesgo en Air Europa es el del cierre definitivo. Y cada día que pasa ese horizonte es más nítido. Aún evitable, pero amenazante.