APTA SALUDA A SUS COMPAÑEROS EN EL DÍA INTERNACIONAL DEL TRABAJO Y DE LOS TRABAJADORES.
LA HISTORIA
La trágica lucha sucedió hace 128 años, en 1886, en la ciudad estadounidense de Chicago, donde las condiciones de trabajo eran mucho peores que en el resto de ese país, y donde había cientos de miles de desocupados. Se trabajaban jornadas de 14 y hasta 18 horas, aunque la ley no permitía más de 10 Hs. El 1 de mayo de 1886 unos 400.000 trabajadores anarquistas y socialistas, iniciaron 5000 huelgas simultáneas en todos los Estados Unidos. Exigían el cumplimiento de las 8 horas de trabajo para impedir la sobreexplotación laboral y lograr más puestos de trabajo. La de Chicago que reunió 80.000 manifestantes se extendería los días 3 y 4. El día 3 se produjo un enfrentamiento entre huelguistas y rompehuelgas, la policía disparó a mansalva, y produjo varios muertos y numerosos heridos entre los huelguistas. Por esa masacre se realizó una movilización pacífica de 20.000 trabajadores el día 4 de mayo, la cual la policía quiso disolver en forma violenta. En medio de la agitación un desconocido lanzó una bomba que mató a un policía. El gobierno declaró el Estado de Sitio. Ello originó la detención y tortura de centenares de trabajadores, junto con un juicio infame, fraguado e ilegítimo (político-ideológico) lleno de violaciones procesales, contra ocho trabajadores anarquistas. Tres de ellos fueron condenados a reclusión y cinco a la horca, incluso uno que se probó que no había estado en el lugar. Esos compañeros son conocidos como los Mártires de Chicago. A posteriori de dicho crimen, miles de trabajadores y dirigentes sindicales -en su mayoría inmigrantes europeos-fueron despedidos, encarcelados, torturados y asesinados. Se intentaba disciplinar y someter mediante la represión brutal y el crimen, al naciente movimiento obrero organizado. Pero la lucha no fue en vano, a fines de mayo de 1886 varios sectores patronales accedieron a que se trabaje 8 horas, junto a otras mejoras laborales. En 1889, el Congreso Obrero Socialista de París, estableció el 01 de mayo como el Día Internacional del Trabajo. Proponiendo que sea una jornada de solidaridad entre los trabajadores como reivindicativa de todas sus luchas gremiales.
LA ACTUALIDAD
Las luchas que simbolizan los Mártires de Chicago se deben continuar a través del tiempo en cada lugar. Su sacrificio por el derecho a tener un trabajo, junto a salarios y condiciones laborales dignas, hoy sigue siendo un desafío pendiente en la Argentina.
Lo macroeconómico. Con las estadísticas sin adulterar u ocultar como hace el gobierno nacional, la argentina no se transformó en disneylandia durante la última década, como sostiene y quiere hacer creer el oficialismo. Tiene una enorme pobreza e indigencia estructural. La pobreza y la indigencia alcanzan el 27,5% y el 5,5% según la UCA, o el 30,9% 12 % según la CGT. Hay un 18% de chicos que pasan hambre (más de 2 millones). En diez provincias la pobreza infantil supera el 60%. Las estadísticas oficiales eliminaron los datos de pobreza e indigencia. La inflación del 2013 es del 28%; la anualizada entre marzo del 2013 y marzo del 2014 es del 37%; y la proyectada para el 2014 entre el 35% y el 40%. Según datos de fines del 2013 del INDEC, el 75% de los argentinos (12 millones) gana menos del $6.500 y la mitad de los ocupados recibe menos de $4.040 al mes. La mayoría de los que trabaja en blanco o en negro, sigue siendo pobre o no cubre su canasta familiar. El 70% de los jubilados no cobra más de $ 2.700. El trabajo informal o en negro, es del 33,5%, y el mayor empleador en negro es la administración pública nacional y provincial. Desde hace tres años casi no se genera empleo privado sino solo público. Hay cada vez más sectores en crisis por caída de su productividad industrial, empezando por la PYMES que son quienes más generan trabajo, que no solo congelaron vacantes, sino que comenzaron con miles de suspensiones, vacaciones anticipadas y retiros voluntarios. Los sectores más afectados son las automotrices, autopartistas, construcción, calzado, frigoríficos, turismo y comercio minoristas. Son datos comprobables en la realidad, no “operaciones”. Por su parte, el déficit fiscal del Estado causado porque sus gastos superan sus ingresos, crece año a año. En el 2013 fue de $ 64.500 millones, 16% más que en el 2012, según el Ministerio de Economía, a pesar que los ingresos por la soja fueron de USD 24.000 millones. La mayor parte de ese déficit fue causado por los subsidios siderales de todo tipo, que otorga el Estado nacional. Para ser cubierto se recurre a la emisión monetaria, la cual dispara la inflación que desintegra el poder adquisitivo de nuestros salarios. Esos subsidios, están dirigidos en gran parte a las empresas y organismos estatales que son los mayores empleadores de los representados por APTA. La gran mayoría de los afiliados a APTA vive de los subsidios estatales que pagan sus salarios. En el caso de las empresas controladas por el Estado, a causa de su falta de productividad y/o rentabilidad. Si esos subsidios deben ser reducidos sustancialmente para eliminar el déficit fiscal y bajar la inflación, nuestros sueldos y puestos de trabajo corren también grave riesgo de reducirse.
Nuestra situación empresarial. La situación de nuestras fuentes de trabajo es tan complicada, como la de nuestro Estado empleador. FADEA SA: Desde el 2009 es la fábrica que no fabrica. No se fabricó nada de lo anunciado, como los Pampa III o los helicópteros chinos. En diciembre pasado fue echado su anterior presidente, Raúl Argañaraz, porque una auditoría interna reveló “dudas” sobre el destino dado a $ 300 millones y numerosas deudas impagas a proveedores, sin embargo, nunca fue denunciado como se debía hacer ante la justicia. Para silenciar a APTA y sus denuncias fundadas, los directivos anteriores ejecutaron una violenta persecución laboral y gremial, como compra de voluntades, para tratar de formar un sindicato patronal obediente y cómplice. Como no lo lograron, ahora se intenta infiltrar y copar APTA mediante algunos alcahuetes patronales “arrepentidos”, que buscan volver a formar parte de nuestro gremio. Tampoco lo conseguirán. Aerolíneas Argentinas y Austral: Siguen vigentes todas las denuncias de APTA, sobre despilfarro sin control de multimillonarios fondos públicos, malas inversiones en flota (3 flotas con 13 subflotas), y carencia crónica de inversiones en las Áreas Técnicas, en los sectores de Talleres, Hangares y Servicio Línea. Tanto en infraestructura como en equipamiento y capital técnico de trabajo. Mariano Recalde, Axel Kiciloff y sus personeros enviados como máximos responsables de las Áreas Técnicas, mintieron y lo siguen haciendo sobre cada una de sus promesas de inversión. A pesar que las inversiones requeridas, significarían menos del 3% de los USD 4.000 millones que desde el 2008 el gobierno nacional destinó a ambas compañías, para cubrir sus déficits operativos. Para tener fuentes de trabajo técnico aeronáuticas, no es suficiente con que existan líneas aéreas sino, además, debe haber plantas industriales equipadas debidamente para el mantenimiento, reparación y atención de aeronaves. Control de Tráfico Aéreo. El ministro de transporte, Florencio Randazzo, se comprometió hace un año y medio a crear un Ente civil de control que reemplazara al actual militar, en vigencia por decisión de la Presidenta, pero nunca lo hizo. Tampoco cumplió con las urgentes inversiones que necesita la seguridad aérea desde tierra, reclamadas reiteradamente por APTA, en infraestructura, tecnología moderna y suficiente, y cantidad de personal necesario. Siempre una administración estatal o gubernamental, basada en la impericia, mentiras, manipulación, dineros públicos sin control, e intentos por dividir laboral y gremialmente, para crear en su propio beneficio, “la grieta”.
Lo gremial APTA ha sido y será siempre bajo mi conducción, un sindicato antiburocrático y combativo. Un sindicato solo de los trabajadores, no patronal o “amarillista”, usado para traicionar a los trabajadores y al gremialismo auténtico. No ha sido ni será cómplice ni por acción ni por su silencio, de ninguna patronal o empresarios mentirosos y corruptos, sean privados o públicos, quienes por su incapacidad y codicia destruyen sistemáticamente nuestras fuentes y puestos de trabajo. No nos equivocamos antes al denunciar a Iberia y Marsans, ni nos equivocamos ahora al hacerlo con este Estado y gobierno patronal.
APTA, como lo ha hecho desde mi primer mandato, nunca se comportará como lo hacen otros gremios aeronáuticos, dócil y complaciente con el poder empresarial y gobierno de turno, encubriendo sus atropellos, farsas y delitos. Defenderemos siempre la justicia, la transparencia, la verdad y únicamente los derechos e intereses de nuestros compañeros y colegas, jamás los espurios personales en connivencia con quienes conspiran para nuestra desgracia. APTA, también, acepta todo tipo de ideologías y posturas partidarias democráticas entre sus miembros, pero jamás que se use al sindicato para ponerlo al servicio de grupos políticos o fines extragremiales. En APTA solo se es de APTA y se trabaja para APTA.
Quienes así no lo entiendan ni hagan, serán siempre un cuerpo extraño dentro de APTA, por falsos compañeros o dirigentes, que las propias bases de nuestro gremio se ocuparan de expulsar. Como lo han hecho en el pasado.
Solo así, compañeros, continuaremos desde nuestro puesto de lucha el espíritu humanista y gremial que impulsó el activismo militante y el sacrificio fecundo de todos los mártires de Chicago, conocidos y desconocidos. Solo así, nuestra voz será más poderosa hoy que la que quisieron sofocar hace 128 años, como predijo August Spies, uno de los ejecutados.
Solo así, tendremos podremos tener la unidad, credibilidad y fuerza necesaria, para triunfar en esta larga epopeya gremial iniciada hace más de 20 años, por defender y salvar a nuestros puestos trabajos, el sistema de transporte aerocomercial público argentino, y la industria aeronáutica nacional. Es decir a nosotros y a nuestro país.
1 de Mayo de 2014