ASOCIACIÓN DEL PERSONAL TÉCNICO AERONÁUTICO 1963 – 11 DE ENERO – 2018 55 AÑOS DE LUCHA GREMIAL NUEVA ERA – NUEVOS DESAFÍOS

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Compañeros,

El transporte aerocomercial argentino, nuestro gremio y profesión se hallan en un momento crítico de gran transformación y cambio. Un momento bisagra entre el pasado de los últimos 55 años, y un futuro aún incierto en construcción. 

Veamos. Aerolíneas Argentinas y Austral, el mayor empleador de técnicos aeronáuticos con las tareas que se realizan en sus hangares y talleres, sufren la quita creciente y en gran cuantía de sus subsidios año a año; sin que se demuestre que las empresas tienen un aumento de sus ganancias proporcional a esa merma. El gobierno nacional solo habla de incremento en la cantidad de pasajeros transportados vinculados a las ofertas que se ofrecen, pero no de mayor rentabilidad, que es lo que importa. Mientras tanto, desde comienzos del 2016 se les redujo su mercado interno entregándoselo a numerosas empresas extranjeras, permitiendo que desde otros países vuelen con destinos a nuestras provincias, sin que haya reciprocidad para hacer lo mismo para Aerolíneas Argentinas y Austral. Y, el Ministerio de Transporte autorizó a 13 compañías aéreas, la mayoría nuevas, a que exploten 632 rutas nacionales, regionales e internacionales. Menos mercado para que nuestras dos aéreas públicas puedan aumentar sus ingresos y ser viables compensado la quita de subsidios. Además, mientras el gobierno nacional le quita subsidios a nuestras aéreas públicas (para bajar el déficit público), los gobiernos provinciales se los otorgan a nuevas empresas como Tucumán a Avianca, y Córdoba y Bariloche a Fly Bondi; subsidios que terminan incrementando el déficit público nacional, cuando las provincias inexorablemente le piden fondos al Estado central, para cubrir sus propios déficits. También Aerolíneas Argentinas eliminó la estratégica ruta a Barcelona, aduciendo que no era rentable porque no se tenía la flota de largo alcance adecuada, pero, aún está en estudio que flota apropiada se incorporará ¿Se lo hará? Las dos empresas pueden y deben ser rentables y competitivas administradas desde el Estado con honestidad e idoneidad. Pero, al igual que la baja de la inflación y el déficit fiscal, necesitan tiempo suficiente para ser saneadas financieramente y reactivadas económicamente. Para poder estar en condiciones reales de competir -no solo en el relato oficial-, frente a poderosísimas empresas extranjeras. Sin sucumbir, terminando reducidas a una mínima dimensión, vendidas o quebradas.

La industria aeronáutica nacional tuvo siempre dos pilares Aerolíneas Argentinas y Austral, donde principalmente se desarrolla el mantenimiento y reparación de aeronaves como de sus equipos y unidades en la Argentina (complementada con los trabajos que se realizan en otras compañías como LATAM y ANDES, además de los ejecutados en numerosos Aerotalleres). El otro pilar fue FADEA SA., fundada en 1927 para ser una fábrica nacional de aviones, la cual sigue paralizada y sin fabricar nada, por decisión política del Estado nacional. Dado que en lugar de pagar las deudas a proveedores que dejó la administración fraudulenta del gobierno anterior, e invertir en la fabricación de aviones para la Fuerza Aérea, destina los dineros públicos para la compra de aeronaves a los Estados Unidos.

Desde APTA siempre celebramos la creación de nuevos puestos de trabajo genuinos y dignos. Siempre y cuando las empresas cumplan con nuestra legislación laboral y de seguridad aérea: no precaricen nuestras condiciones laborales, no reduzcan los niveles salariales existentes. Pero, con todas las nuevas empresas que hablamos -incluida la tercera Low Cost europea Norwegian-, dejaron en claro que personal técnico aeronáutico que contratarían, sería únicamente el indispensable para realizar la recepción y el despacho de sus aviones en cada escala. Ninguna planea construir sus propios hangares y talleres para el mantenimiento y la reparación aeronáutica en el país, que es donde la mayor cantidad de personal técnico aeronáutico es empleado.

Tampoco deben degradar los estándares vigentes de seguridad operacional en ningún orden, incluido el mantenimiento y la reparación aeronáutica, potenciando los riesgos de accidentes aéreos y las pérdidas de vidas. Con el fin de que se mantengan esos altos estándares de seguridad es que estamos confrontando administrativa y judicialmente contra las autoridades de la ANAC, que pretenden reemplazar las exigentes normativas argentinas RAAC, por las muchos más laxas latinoamericanas LAR. Con el único fin de devaluar las regulaciones para reducir los costos empresariales, y aumentar sus ganancias. Al respecto, es escandaloso e inaceptable que la ANAC haya autorizado a Flybondi un “hangar” en Córdoba, que funciona en un contenedor. El vicejefe de gabinete Mario Quintana, está imputado por fiscal Jorge Di Lello por supuesto negociado, dado sus probados vínculos comerciales con el dueño de Flybondi, Richard Gluzman. Fue Flybondi quien solicitó operar desde El Palomar para abaratar costos. El Ministerio de Transporte a pesar de la oposición de la Fuerza Aérea, organismos de derechos humanos y los vecinos, comenzó las millonarias obras de remodelación y, el presidente Macri autorizó por decreto a que operará como aeropuerto aerocomercial. Sin embargo, una jueza federal acaba de ordenar la detención de los trabajos por incumplimiento de medidas ambientales y de seguridad. En el colmo de la insensatez política-administrativa, se habilitó un aeropuerto como civil cuando a 50 y 100 metros de la pista hay dos polvorines, y dentro de la base funciona una escuela técnica.

Hemos venido denunciado durante el 2017, ante el administrador de la ANAC, el presidente de EANA y el Ministro de Transporte, que el Sistema de Navegación Aérea Argentino está sobre demandado y al borde de un colapso. Es una situación que ya existía durante el gobierno anterior, y se ha prolongado en éste. No solo hay problemas de infraestructura en todos los aeropuertos, lo más grave es que hay profundas falencias y deficiencias tecnológicas. En este contexto se ha autorizado a operar o ampliar sus operaciones a 13 compañías, y se otorgaron 632 nuevas rutas.

Las nuevas empresas deberán acordar gremialmente CCT con APTA. Como ya lo hemos hecho con Avianca, subscribiendo un convenio similar al de las grandes empresas aerocomerciales que operan en la Argentina. De ninguna manera es aceptable que pretendan conformar gremios “amarillistas” patronales por empresa. Ni tampoco la “uberización” del trabajo, donde el trabajador como sujeto con intereses comunes desaparece, y es reemplazado por un individualismo que lo aísla, falseando su rol bajo el rótulo de “colaborador”. Permitiendo al empleador imponer relaciones particulares contractuales entre él y su “colaborador”, bajo la condición de monotributista. Así se anulan, para regocijo de los empresarios, todas las luchas por los derechos laborales colectivos, la protección frente a contingencias como la enfermedad o la discapacidad (produciéndose una total transferencia de los riesgos hacia los trabajadores), los periodos de descanso por vacaciones, las carreras profesionales, etc. Derechos y conquistas laborales arduamente conquistados y estipulados en nuestra legislación, que también se buscan reducir o anular con la llamada reforma laboral.

En gran parte depende de nosotros, de nuestra organización y accionar, que las transformaciones en el negocio aerocomercial y nuestra actividad laboral y profesional, sean positivas y favorables para la industria aeronáutica y aerocomercial nacional, sus trabajadores y los usuarios. Debemos ser protagonistas y conductores de cualquier cambio para mejor. 

Todos los problemas que pueda tener el sindicalismo, se solucionan con sindicatos más fuertes y mejores, al servicio exclusivo de los intereses de sus trabajadores no de sus dirigentes; y con militantes que se esfuercen por luchar por la dignidad del trabajo y los derechos comunes, no por conseguir un cargo. Simulacros de sindicatos dirigidos por empresarios o funcionarios de gobierno, debilitan la democracia y la república, porque aumentan la cada vez más ancha grieta social de la desigualdad, que con la pobreza y miseria que engendran provocan la peor de las violencias: la social

Las organizaciones gremiales surgieron a través de durísimas luchas sostenidas por casi dos siglos. Con su existencia, lograron poner límites y corregir la inhumanidad de un sistema que lo único que lo mueve es la codicia ilimitada. Un inhumano capitalismo solo puede humanizarse o al menos refrenarse, mediante un sindicalismo auténtico, tenaz e insobornable. Cuando se busca anular o eliminar los sindicatos maliciosamente desde el poder político y económico, no es por sus defectos, sino por sus virtudes en favor de los trabajadores y los más vulnerables socialmente.

Son sobre todo las nuevas generaciones del Personal Técnico Aeronáutico, herederas honrosas de la historia de APTA -teniendo como guía a las anteriores-, quienes tendrán que estar a la altura de los nuevos cambios y desafíos que de ahora en más deberemos afrontar, desde lo sindical, laboral y profesional. Para no dar ni un paso atrás, y seguir sumando victorias superando todas las tensiones, incertidumbres y obstáculos que se presenten. 

Especialmente, para enseñar a los nuevos compañeros la conciencia gremial indispensable, que les haga comprender que solo unidos podemos ser fuertes y hacernos respetar individualmente; divididos y aislados, estamos condenados a la debilidad, la pobreza y el sojuzgamiento a cualquier poder despótico y expoliador que nos quiera destruir. 

¡FELIZ ANIVERSARIO COMPAÑERAS Y COMPAÑEROS!

NUESTRO FUTURO Y EL DE APTA, DE NOSOTROS DEPENDE.

 

Ciudadela, enero 11 de 2018

Ricardo CIRIELLI
Secretario General

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