Braniff y Braniff, dos emblemas de la aviación en América Latina

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19 de febrero de 2022 – Aero-naves.com

Al hablar de la historia de la aviación latinoamericana, es imposible no hacer referencia a Braniff. El apellido es partícipe de dos emblemas aeronáuticos, de esos que hacen referencia a hazañas pioneras sobre las cuales se sienta la conectividad de hoy. Sin embargo, hacen referencia a dos ámbitos distintos, aunque están relacionados. Por un lado, Braniff es el apellido del pionero de la aviación mexicana y quizás de América Latina, al realizar uno de los primeros vuelos en un aeroplano.

Por otro, Braniff es el nombre de una de las líneas aéreas estadounidenses más emblemáticas del siglo XX, protagonista de la conectividad entre ese país y varias ciudades de América Latina. La relación entre ambos está dada por Thomas Elmer Braniff.

De familia de inmigrantes irlandeses, se trata de un empresario industrial que junto a su hermano Paul Braniff, crean una compañía de vuelos regulares en la década de 1930. Sus actividades como empresario lo llevan a México, país donde tiene siete hijos fruto de la relación con su esposa Lorenza Ricard Werdelle.

Uno de estos hijos es Alberto Braniff Ricard. Alberto Braniff, pionero de la aviación mexicana Alberto Braniff nace en 1884. En su juventud va a estudiar a Europa aprovechando las ventajas que le da la acomodada situación familiar. En el Viejo Continente muestra interés por diversos deportes como el boxeo y el naciente automovilismo lo que le permiten demostrar su espíritu de aventura. La aviación no es la excepción. En Biarritz, Francia, presencia los vuelos realizados por Michel Tabuteau de quien recibe primeras experiencias aeronáuticas. Así se traslada a la localidad de Villancourt para negociar de los hermanos Voisin la compra de un avión.

En las instalaciones de la fabrica Appareils de Áviation Les Frères Voisin, no sólo compra la aeronave, sino que también sus primeras clases de vuelo en 1909. Ese año vuelve a México por barco con el avión totalmente desarmado. En los terrenos de la hacienda de Balbuena, espacios donde hoy se emplaza el aeropuerto Benito Juárez de Ciudad de México (AICM, como se lo conoce) construye su primer hangar. Su hazaña, por la cual es recordado, es haber realizado el primer vuelo en Latinoamérica ante una muchedumbre con un avión más pesado que el aire y volando en forma controlada. Ante una multitud maravillada con la sorprendente máquina de esos años, se da un nuevo empuje a la naciente aeronáutica mexicana y latinoamericana. Su hazaña es considerada todo un éxito lo que motiva a comprar otro avión, esta vez, un Farman MF 7, que posteriormente forman la Escuadrilla Aérea del Ejército Mexicano.

Braniff Airways Thomas y Paul Braniff crean en 1928 una compañía aérea de servicios regulares entre Oklahoma City y Tulsa, pero en 1930, fundan otra empresa a la que denominan Braniff Airways. Sin embargo, se considera a la primera empresa como el origen de la emblemática Braniff International. Sus primeros años son exitosos debido al control de sus fundadores, los contratos del correo aéreo a mediados de la década de 1930. En paralelo, comienza con su expansión en el centro-oeste de los Estados Unidos hasta México. Tras la salida de Paul Braniff de la dirección general, llega Charles “Chuck” Beard para ordenar la empresa y conseguir la continuación del crecimiento.

Durante la Segunda Guerra Mundial, Braniff aprovecha su moderna flota de Douglas DC-2 y DC-3 para apoyar al Ejército de los Estados Unidos en Europa. Para ello, presta sus instalaciones en Dallas y las escuelas de vuelo para formar pilotos y mecánicos. En la década de 1940, la línea aérea recibe sus permisos para explotar una de las rutas que la hacen famosa: los tramos entre los Estados Unidos, el Caribe y Sudamérica. Posteriormente, estos servicios se atienden con DC-6. El crecimiento hacia esta parte del continente la lleva a competir con Pan American Grace Airways (PANAGRA). La ruta autorizada parte en Dallas y llega hasta Buenos Aires.

Tenía escalas en Houston, La Habana, Balboa, Ciudad de Panamá, Guayaquil, Lima, La Paz y Asunción. La expansión por la región es gradual a medida que se habilitan las respectivas bases. Por ejemplo, la operación a Lima llega en 1948 y a Buenos Aires en 1950. Su expansión la obliga a cambiar de nombre a Braniff International. En 1965, Troy Post, consejero de Great American Corporation, propietaria de una empresa de seguros en Dallas, compra Braniff junto con National Car Rental.

En su estrategia de reposicionamiento y para reconocer a la nueva administración, a cargo de C. Edward Acker, se vende a la prensa que Braniff tiene una administración precaria y es una aerolínea “sumergida”. El contexto se aprovecha para lanzar una agresiva estrategia comercial que combina ideas revolucionarias para la industria aérea de la época. Una de las acciones más recordadas es cuando a fines de la década de 1960, le pide al artista Alexander Calder hacer una decoración exclusiva para los aviones. La estrategia busca responder a otras líneas aéreas que contratan artistas como Salvador Dalí o Andy Wahrol para sus comerciales. El objetivo es que Braniff International sea reconocida en todos los aeropuertos y su imagen genere impacto en el primer momento: aviones con fuselaje violeta, naranja, verde, turquesa o amarillos y el logotipo BI plasmado en el estabilizador vertical blanco. A fines de esa década, Braniff International compra las acciones de PANAGRA para evitar que Pan American Airways (PAN AM) crezca en las rutas latinoamericanas. Así, se consigue quedar con la predominancia de los vuelos entre los Estados Unidos y varios países de América Latina. Para esa época, la línea aérea ya cuenta con aviones de vanguardia como los Boeing 707 y el B727.

En la década de 1970, incorpora el B747 para expandir sus servicios internacionales. Entre los modelos que suma a su flota destaca la versión B747SP (“Special Perfomance”) catalogada como el modelo antecesor de los bimotores de ultra larga distancia. Los B747 atienden varias rutas de la compañía, incluyendo servicios emblemáticos al Perú.

Pero el crecimiento excesivo y los gastos tienen su precio.

Braniff International entra en crisis a partir de 1979, por la acumulación de deudas y la recesión mundial que provoca un descenso en la cantidad de pasajeros. A esto se agrega, el aumento del precio del combustible. Con pérdidas por US$44 millones de la época, en 1980 se suspenden las rutas hacia Europa y el Pacífico. La situación en empeora en 1982 con pasivos por más US$128 millones. Ese año, la línea aérea se convierte en la primera gran compañía aérea de los Estados Unidos en quebrar. Las rutas en América Latina pasan a Eastern Airways, salvo aquellas hacia Brasil y Venezuela. Ilustración portada – Luis Soto (Aero-Naves) Autor: Ricardo Delpiano

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