Cambios en las empresas públicas y reforma de la AFI, en la mira de Francos

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29/05/2024 La Nación – Nota – Política – Pag. 12

Nueva etapa de la gestión | en la casa rosada
Maia Jastreblansky

El nuevo jefe de Gabinete sobrevolará todas las áreas; tendrá un papel político y de alto perfil; las compañías del Estado pasarán a otras órbitas; se descentralizarán funciones y se transformarán los servicios de inteligencia.

El cambio que hizo Javier Milei en la Jefatura de Gabinete trae implícito el reconocimiento de que, hasta ahora, las cosas en la gestión libertaria no funcionaron bien. Luego de entregar el diseño del organigrama nacional a su viejo amigo Nicolás Posse, de delegar en él múltiples áreas y funciones -desde las empresas públicas hasta los servicios de inteligencia- y de aceptar que desarrollara su tarea sin hablar, el Presidente terminó enojado y dio un volantazo. Eligió sucesor a Guillermo Francos, alguien de perfil distinto y que asumirá las funciones típicas de un ministro coordinador, político y de alto perfil.

La idea de Milei es que Francos sobrevuele y articule el trabajo de los ocho ministros, y que sostenga el diálogo hacia afuera con el resto de los actores políticos.

Absorberá las funciones de su cartera original, ya que retendrá bajo su área a Lisandro Catalán como secretario de Interior.
Sin embargo, se espera que la Jefatura de Gabinete se deshaga de secretarías y funciones que habían estado bajo la órbita de Posse. «La Jefatura de Gabinete había absorbido demasiadas funciones. Hay varios temas que vamos a ir descentralizando, mi misión es coordinar el trabajo de los ministros», dijo Francos en su primera conferencia de prensa como ministro coordinador. Un ladero de Milei sintetizó: «Había un cuello de botella en la gestión. La crítica a Posse es por haber centralizado tantas cosas».

Según altas fuentes del Gobierno, el principal cambio será que la coordinación de las 23 empresas del Estado ya no dependerá de la Jefatura de Gabinete. Hasta ayer esa tarea estaba a cargo del secretario de Empresas y Sociedades del Estado, Mauricio González Botto, uno de los principales colaboradores de Posse. Una idea que cobra fuerza en el Gobierno es que las empresas estatales se distribuyan en los ministerios, por temas, como fue siempre en la administración pública. Una alta fuente de la Casa Rosada apuntó: «Hay ocho secretarías con competencias que hay que sacarle de encima a la Jefatura de Gabinete».

El otro cambio importante en gateras es que la Agencia Federal de Inteligencia (AFI) podría tener un «rediseño». «Bomba: la Argentina tiene que rediseñar totalmente sus servicios de inteligencia», dijeron muy cerca de Milei tras el desplazamiento de Silvestre Sívori (de extrema confianza de Posse, se reportaba ante él a diario en la Casa Rosada).

«A partir de ahora, el titular de la inteligencia va a reportar al Presidente», dijeron muy cerca del jefe del Estado. Si bien en los papeles los servicios siempre dependen del Presidente, en la práctica fue Posse el que tuvo total control sobre el área.

En la Casa Rosada aseguran que la salida de Posse estuvo vinculada con los problemas en la gestión. Pero no terminan de desmentir la versión que sugirió que Milei sospechaba que el exjefe de Gabinete espió a miembros del Gobierno. Posse siempre dijo que eran operaciones en su contra.

Otro funcionario que quedó en duda ahora es Jorge Antelo, un exbrigadier convocado por Posse como secretario estratégico que tuvo fuerte influencia en la seguridad nacional. Su rol generó roces con los ministros Patricia Bullrich (Seguridad) y Luis Petri (Defensa), dos aliados de La Libertad Avanza. No se descarta que, con la reformulación del gabinete, Bullrich converse la posibilidad de que su área sume más herramientas para combatir al delito organizado, algo que viene reclamando desde el día uno.

Respecto del resto del organigrama de la Jefatura de Gabinete, en la Casa Rosada advirtieron que quedará «toda bajo evaluación». Es que hay decenas de funcionarios y directores en sociedades del Estado que llegaron allí por Posse y que ahora quedaron en observación.

El sobreviviente El único que tiene visto bueno para continuar es José «Cochi» Rolandi, secretario ejecutivo de la Jefatura de Gabinete, virtual número dos de esa cartera. Tanto Francos como Milei quieren retenerlo por su trabajo durante la negociación de la Ley Bases.

Rolandi, que durante meses corrió con papeles bajo el brazo para defender la letra chica de los proyectos oficiales, es además director de YPF y alguien de extrema confianza de Posse. Solo quedará afuera si él toma la decisión personal de irse con su primer jefe.

Hay áreas de la Jefatura de Gabinete, en tanto, que quedarán derivadas a la nueva cartera que encabece Sturzenegger. No está confirmado si el economista tendrá un ministerio o una secretaría con rango ministerial. Tampoco se confirmó cuál será su nombre. Pero está claro que tendrá un diseño a su medida para trabajar en la desregulación económica y la desburocratización del Estado. «Algo más parecido al ministerio de modernización que tuvo (Andrés) Ibarra», dijo alguien cercano a Milei.

Por otro lado, se espera que todos los organismos y funciones que cuelgan del ministerio que dejó Francos pasen a depender de la Secretaría de Interior a cargo de Catalán.

En el Gobierno deslizan que no habrá más cambios de gabinete que los derivados del cambio en la Jefatura de Gabinete y el rediseño de su organigrama. Es decir que la «revisión de todas las áreas una vez superado el hito de la Ley Bases» que anunció Milei la semana pasada en LN+ en realidad tenía más que ver con su cortocircuito con Posse que con un problema con el resto de los ministros, si bien algunos están más observados que otros.

La situación de Milei con Posse sufrió una primera herida con el traspié del aumento de sueldos en el Poder Ejecutivo. Aquella vez, el Presidente adjudicó el asunto a un viejo decreto de Cristina Kirchner hasta que descubrió que había sido responsabilidad de su propio gobierno. A partir de entonces se profundizó un desgaste por los embudos en la gestión, con expedientes y nombramientos cajoneados.

Sin embargo, distintos colaboradores oficiales aventuran que en el último tiempo ocurrió «algo más» entre los dos viejos amigos que motivó el enojo presidencial. «Javier se pone así si algo no le gustó o le mentís», dijo un libertario que lo conoce bien. El jefe del Estado dejó de ir a las reuniones de gabinete y escenificó su distancia más de una vez. En los festejos del 25 de Mayo, ignoró a Posse durante toda la jornada.

La trama terminó mal: en la Casa Rosada señalaban que no estaban al tanto del comunicado de renuncia que Posse emitió el lunes, en el que aseguró que tendrá un «nuevo rol». Desestimaban que tenga un cargo en la administración, pero no descartaban que asuma en alguna agencia vinculada con la atracción de inversiones extranjeras.

YA RENUNCIARON 32 FUNCIONARIOS DEL GOBIERNO DE MILEI

Tras 169 días de gestión, Nicolás Posse se convirtió en el funcionario número 32 que se fue del gobierno del presidente Javier Milei, lo que significa que se produjo una renuncia cada 5,28 días. El primer funcionario que renunció fue Eduardo Roust, en la Secretaría de Medios, apenas seis días después de haber llegado a la Casa Rosada. También renunció su sucesora, Belén Stettler. El exsecretario de Trabajo Horacio Pitrau dimitió el 6 de enero. Dos meses después, fue echado Omar Yasín, su reemplazante.

El Ministerio de Capital Humano, con diez renuncias, es el que más bajas cosecha. Mariana Hortal Sueldo se fue el 4 de abril y Liliana Acosta de Archimbal abandonó su cargo el 22 de mayo, ambas dejaron la Subsecretaría de Trabajo. Osvaldo Giordano, extitular de la Anses, y Flavia Royón, exsecretaria de Minería, fueron dos de las salidas más fuertes del Gobierno. Entre los nombres restantes está el exministro de Infraestructura Guillermo Ferraro. Ricardo Schlieper renunció a la Subsecretaría de Deportes. Este mes renunciaron los jefes de asesores del Ministerio de Defensa y Justicia, Carlos Becker Fioretti y Diego Guerendiaian. El último que dejó su puesto, en conjunto con Posse, es el exinterventor de la Agencia Federal de Inteligencia Silvestre Sívori.

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