Con Menem y Francos como espadas, el Gobierno busca tender nuevos puentes con el gremialismo para negociar su reforma laboral sin los «comunistas»
(Por Jorge Duarte @ludistas) Las negociaciones se mantienen reservadas y tabicadas por sectores. Martín Menem y Guillermo Francos buscan tender puentes para conseguir «consenso» sobre la reforma laboral que aspiran presentar en el Congreso. Las charlas excluyen a los más combativos por considerarlos «comunistas». Prometen cuidar recursos de los grandes gremios.
El Gobierno libertario no se rinde en su idea de avanzar con una reforma laboral que pueda modificar las relaciones del trabajo. De hecho, luego de lo que fue el fracaso del Capítulo 4 del DNU 70/2023 que frenó por completo la Justicia, en varias oportunidades habló sobre el asunto y amagó con presentar proyectos en ese mismo sentido.
Ahora, la avanzada de La Libertad Avanza busca llegar al Congreso con un proyecto que sea «masticado» también por, al menos, una porción de los sindicalistas. Es que creen que si hay «consenso» para mostrar con el borrador tendrán más posibilidades de que sea digerible la iniciativa y que no vuelva a quedar en un fracaso.
Para ello el presidente de la Cámara de Diputados, Martín Menem y el ministro del Interior Guillermo Francos, empezaron a citar a diferentes sindicalistas. Allí les presentan el trazo grueso de las reformas y les piden, en reserva, acompañamiento. Adicionalmente vuelven a establecer una interlocución que quedó totalmente cortada desde hace meses.
Las reuniones hasta ahora se mantuvieron en la mayor discreción y tabicadas específicamente por actividades. La intención es evitar que se genere revuelo político-gremial. Mucho más a algunas jornadas de que se haya una cumbre de la CGT en la que podrían decidir el crecimiento de las hostilidades con la gestión de Javier Milei.
En los cónclaves se hace hincapié en la idea de terminar con la «industria del juicio», eliminar las multas, se habla de la necesidad de flexibilizar las condiciones para generar empleo registrado y se promete, como contraparte, no desfinanciar a los sindicatos ni a las obras sociales. También queda picando la idea de adherir al fondo de cese laboral para descolgarse del sistema de las indemnizaciones.
«La mayoría va a escuchar. Creen que se puede venir una reforma laboral por el clima que se generó y es mejor saber de que se trata», explicó una importante fuente sindical.
Claro que los antecedentes del Gobierno en términos de negociación son malos. Nadie sabe si pueden, efectivamente, mantener algún tipo de acuerdo, si los interlocutores tienen la autoridad suficiente o si lo que se habla después va a quedar plasmado en el proyecto final.
Por las reuniones, en las que otro actor relevante es Lisandro Catalán, el número 2 de Francos, no pasan todos. Por ejemplo, no se convoca a dirigentes de ambas vertientes de las CTA ni a los denominados «combativos» de la CGT. Desde el Gobierno los tildan de «comunistas» y los excluyen de cualquier ronda de debate.
Fuente: infogremiales.com.ar/