Despegó el avión eléctrico diseñado en la UNLP y fue un éxito
Desarrollado por la Facultad de Ingeniería de la UNLP y una empresa, el vuelo del avión que funciona a litio «demostró su gran eficiencia y estabilidad».
El ensayo del primer avión eléctrico de Argentino fue en el aeródromo de General Rodríguez.
La Facultad de Ingeniería de la Universidad de La Plata (UNLP), junto a la empresa Aviem Aeronáutica SRL, desarrollaron el primer avión eléctrico de Argentina y ya tuvo su primer vuelo. Mirá las fotos y videos de este acontecimiento histórico.
La prueba del AVIEM 100 Epower, el primer avión eléctrico del país y que funciona con litio, se desarrolló en el aeródromo de General Rodríguez, en la provincia de Buenos Aires, y según señalan: «Demostró su gran eficiencia y estabilidad».
En este ensayo se evaluó el despegue, el vuelo en el aire y su aterrizaje: «Nuestra meta era que el avión pesara máximo 750 kilos, que llevara dos personas, que son 160 kilos de carga útil, y que pueda volar una hora. Finalmente, el avión pesó 748 kilos», detalló el ingeniero Ernesto Acerbo.
¿Cómo es el primer avión eléctrico de Argentina?
«El AVIEM 100 Epower es un avión de categoría experimental, cuyo propósito es la investigación y el desarrollo», señalan desde la Facultad de Ingeniería de la UNLP.
En el ensayo del vuelo estuvieron presentes el decano de la Facultad de Ingeniería y director del Centro Tecnológico Aeroespacial (CTA-UNLP) Marcos Actis, el ingeniero Guillermo Garaventta, uno de los responsables del proyecto e integrante del CTA, el ingeniero Ernesto Acerbo, gerente de AVIEM Aeronáutica SRL junto a otros miembros de la compañía y autoridades de la Administración Nacional de Aviación Civil (ANAC) quienes, tras dos jornadas exhaustivas de revisión del vehículo, otorgaron el certificado que avaló la realización de la prueba.
«Realmente me impresionó lo bien que vuela el avión. Se debe tener en cuenta que en el tema eléctrico es todo nuevo, está todo por desarrollarse y eso hace que algo pueda llegar a fallar, pero realmente todo anduvo en los parámetros que pensábamos. Hubo algún problema con la temperatura, pero son cosas que se resuelven. No apareció nada extraño que no supiésemos que podía suceder», describió Actis.
«Ernesto siempre se dedicó al tema de la aeronáutica y le fascinan los aviones. Es un constructor con muchísima experiencia. Eso fue una determinación para emprender este desafío», señaló el decano Actis acerca del ingeniero Ernesto Acerbo.
Por su parte, Acerbo destacó: «Tenemos que considerar que estamos haciendo lo que rara vez hacemos, que es cuando construimos una aeronave nueva el motor ya está probado. Y acá es todo nuevo, el diseño de la aeronave y el motor con una instalación que es totalmente nueva».
El ingeniero relató detalles de la prueba: «Nosotros teníamos considerado que la aeronave podría mantener el vuelo con unos 45-50 kW y lo está manteniendo con 35 kW. Esto significa que va a tener una autonomía mucho mayor a la hora que habíamos calculado. Es mucho más eficiente de lo que habíamos pensado», aseguró.
«El manual dice que el centro de gravedad de los aviones debería estar en el 25% de la cuerda. Nosotros tenemos un rango que va desde el 17 al 32, y cuando terminamos el avión y lo pesamos completo quedó en el 25,6. Es decir, que tenemos un centro de gravedad de libro prácticamente», agregó Acerbo.
Y continuó: «Eso es parte de la tarea también del ingeniero Claudio Rimoldi, otro de los responsables del proyecto en el CTA, que estuvo trabajando con la distribución de pesos, para que el centro de gravedad esté lo más cerca posible. Pero nunca me imaginé que le íbamos a pegar en el centro. Esto realmente es muy bueno porque es una aeronave que tiene la estabilidad perfecta».