DÍA INTERNACIONAL DEL TRABAJADOR
1886 – 1 DE MAYO – 2017
DÍA INTERNACIONAL DEL TRABAJADOR
131 AÑOS DE LUCHAS POR UNA VIDA DIGNA. CONQUISTANDO NUESTROS DERECHOS LABORALES GREMIALES Y ASISTENCIALES.
POR QUÉ LUCHARON
La raíz de los trágicos acontecimientos sucedidos en Chicago en 1886, fue la ira acumulada durante décadas por millones de obreros estadounidense que, además de recibir salarios miserables, trabajaban en deplorables condiciones de salubridad y seguridad, con una abrumadora cantidad de horas de trabajo (las jornadas laborales eran de 18 hs y podían extenderse “por necesidad”).
Una explotación vergonzosa e insoportable, que terminó estallando en movilizaciones cuando los empresarios se negaron a cumplir una ley nacional -promulgada en 1868-, que fijaba la jornada laboral en 8 horas. Durante el conflicto para exigir la vigencia de la ley, los medios de comunicación más reaccionarios y masivos de EEUU se pusieron del lado de la patronal, descalificando a los trabajadores por su justo y humano reclamo. Entre otras calumnias, les decían que su lucha era un “delirio de lunáticos poco patriotas”.
El 1 de mayo de 1886, 200.000 trabajadores iniciaron una huelga. Era parte de su plan de lucha. Entre los participantes había muchos inmigrantes (irlandeses, italianos, alemanes, rusos, polacos, etc.); a partir de ese día el conflicto se fue extendiendo hasta que 400.000 obreros realizaron 5000 huelgas simultáneas en todo EE.UU. Lo que causó gran temor entre los empresarios y el gobierno estadounidense. El 3 de mayo, la policía dispara sin aviso contra una concentración de trabajadores desarmados frente a una fábrica, varios obreros mueren y otros resultan heridos.
Se lanzó una proclama que entre otras consignas sostenía, “Es preferible la muerte que la miseria”, “Ayer, las mujeres y los hijos de los pobres lloraban a sus maridos y a sus padres fusilados, en tanto que en los palacios de los ricos se llenaban vasos de vino costosos y se bebía a la salud de los bandidos del orden…”, y se convoca a un acto de protesta por la masacre del día anterior, para el 4 de mayo. Ese día se concentran más de 20.000 trabajadores, la policía volvió a disparar contra la multitud provocando más obreros muertos y heridos. Una bomba estalló entre los policías y muere uno. Se declara el Estado de sitio y centenares de trabajadores son detenidos, torturados y encarcelados. Finalmente, se inicia un juicio a ocho trabajadores acusándolos por la muerte del policía. Tres son condenados a prisión y cinco a la horca. El juicio fue considerado una farsa y la culpabilidad de los condenados nunca se demostró.
Miles de trabajadores y gremialistas sufrieron despidos, cárcel, torturas y hasta la muerte, pero gracias a su tenacidad, convicciones y valentía, su causa finalmente triunfó.A partir de ese trágico mayo de 1886 las patronales accedieron paulatinamente a otorgar la jornada de 8 horas primero en EEUU y luego en Europa. El éxito fue tal, que la Federación de Gremios y Uniones Organizadas expresó: «Jamás en la historia de este país (EEUU) ha habido un levantamiento tan general entre las masas industriales. El deseo de una disminución de la jornada de trabajo ha impulsado a millones de trabajadores a afiliarse a las organizaciones existentes”
En 1889, en una reunión internacional de partidos socialistas y laboristas que buscaban mejorar las condiciones de vida de los trabajadores, se instituyó el 1 de mayo como el Día del Trabajador. Con el fin de homenajear el sacrificio de los obreros Mártires de Chicago, y reivindicar las luchas de los trabajadores en todo el mundo. En la Argentina la primera conmemoración tuvo lugar el 1 de mayo de 1890, en el Prado Español de Buenos Aires. Cobró máxima relevancia a partir de la primera presidencia de Juan Domingo Perón, cuando se empezaron a hacer movilizaciones multitudinarias de trabajadores para honrar la fecha.
POR QUÉ LUCHAMOS
El 1 de mayo de 2001, los trabajadores técnicos aeronáuticos que habían recibido 500 telegramas de despido para extorsionar a APTA a que firme el Plan Director de los españoles, el cual obligaba a Aerolíneas Argentinas y Austral a reducir rutas, personal y entregar nuestro CCT; y quienes ya estaban defendiendo desde hacía más de una semana sus fuentes de trabajo, ocupando y viviendo en los hangares de Eze. y Aep, realizaron junto a otros gremios y figuras públicas, una inmensa concentración y acto en Aeroparque, que junto con nuestro plan de lucha consiguió la reincorporación de los 500 compañeros despedidos. Esa gesta heroica del 1 de mayo de 2001, fue el comienzo de siete arduos meses de movilizaciones gremiales y sociales masivas, actos públicos multitudinarios, protagonismo mediático permanente y duras negociaciones políticas y empresariales -todo liderado por APTA-, que lograron la continuidad empresarial y laboral de ambas empresas, sin aplicar el infame Plan Director. Resistimos, luchamos y ganamos.
POR QUÉ SEGUIMOS LUCHANDO
Los problemas y desafíos que enfrentamos hoy los trabajadores argentinos, son igual de graves y decisivos para nuestro futuro que los de hace 131 años en Estados Unidos, y hace 16 en la Argentina.
Estamos ante una agresiva embestida ideológica y política, impulsada desde el poder por funcionarios públicos, medios de comunicación predominantes y referentes intelectuales (economistas, políticos, abogados, etc.), que demonizan todas las conquistas laborales y derechos sociales obtenidos por el pueblo argentino en los últimos 100 años, culpándolas de todos los males de la Argentina. Tratan de imponer mediante un discurso fanático y persistente conservador-neoliberal, como usando todo tipo de presiones, la falaz creencia de que si esos derechos y conquistas son cercenados o eliminados -volviendo antes de 1945 o a principios del siglo pasado-, esa involución o retroceso laboral y social significará “el progreso”.
Lo será de la minoría dominante que concentra el poder económico y político en nuestra sociedad, la cual aumentará esa riqueza y poder con lo que se le arrebata a nuestros trabajadores y clase media. Pero jamás lo será para el pueblo argentino y nuestra nación, como nunca lo fue para ninguna. Esos derechos sociales y laborales (buenos salarios, vacaciones pagas, Licencia por enfermedad y maternidad, Obras Sociales, etc.), que hoy se denigran como “costos laborales malignos”, son los que generaron una vida digna para los trabajadores argentinos y sus familias. Los que forjaron nuestra clase media -cada día más en vías de extinción-, promoviendo nuestro crecimiento, nuestro consumo interno y nuestro desarrollo industrial y comercial, sobre todo a través de las Pymes. Todo eso está bajo amenaza, por el impulso de ideas y políticas “anti desarrollistas”.
En nuestra actividad aeronáutica y aerocomercial, nuestros desafíos son muchos y variados. Impedir que se devalué nuestra formación y ejercicio profesional mediante el cambio de las normas RAAC por las LAR y, consecuentemente, que se degrade seriamente la seguridad aérea nacional; oponernos a todo tipo de precarización y flexibilización laboral como el avasallamiento de nuestro CCT, que generaría la sobreexplotación de nuestra fuerza laboral; mantener el valor adquisitivo real de nuestros salarios. Todos peligros potenciados por el arribo masivo de mega empresas Low Cost a nuestro país -varias multinacionales-, cuyas prácticas laborales habituales exigen la flexibilidad laboral y la reducción salarial para operar.
Por supuesto, también necesitamos promover y defender nuestras principales fuentes de trabajo: la inversión en infraestructura, tecnología y personal en el Sistema de Control Aéreo nacional; la producción aeronáutica en FADEA, que hasta ahora lo único que “produjo” es trabajar un día menos a la semana y reducir su personal, pero sigue siendo una fábrica que no fabrica; salvar a Aerolíneas Argentinas y Austral de un ajuste brutal o desaparición, por el recorte descomunal de subsidios que sufre desde el 2016, a la vez que el gobierno nacional permite a numerosas y poderosas Low Cost competir en sus mismas rutas de cabotaje, cercenándoles su principal mercado y fuente de ingresos, e imposibilitándole crecer para consolidarse y no despedir personal (si no lo evitamos, terminará teniendo el mismo destino que Alitalia -hoy al borde de su quiebra-, cuya decadencia empezó con la entrada de las Low Cost a Italia), la actual política aerocomercial está formateando un mercado que conspira contra la continuidad de Aerolíneas Argentinas y Austral; evitar que se le despoje a Austral de su Hangar en Aeroparque; reclamar las inversiones indispensables y largamente postergadas en las Áreas Técnicas de ambas compañías, -tanto en equipamiento como en personal-, para bajar sus costos operativos y generar empleo argentino, realizando la mayor cantidad de trabajos técnicos, propios y para terceros, en nuestras empresas y en nuestro país. Lograrlo, si sería hacer una auténtica revolución aeronáutica y aerocomercial en la Argentina.
Solo lo conseguiremos de igual manera que lo hicieron los trabajadores de Chicago en 1886 y nuestros compañeros en 2001, luchando con unidad, convicciones y combatidad inquebrantable.
HOY COMO AYER NUESTRA LUCHA CONTINÚA FELIZ DÍA DEL TRABAJADOR COMPAÑEROS!
Ciudadela, 1 de mayo de 2017
Ricardo CIRIELLI
Secretario General