El cierre de IME, un día particularmente trágico para la industria argentina

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22/05/2021 MarceloBonelli.cienradios.com – Nota

Por Fernando Del Corro
El 22 de mayo es uno de esos días trágicos en la historia de la industria en la Argentina. Fue en 1979, durante la dictadura cívico-militar autodenominada “Proceso de Reorganización”, bajo la presidencia de facto del entonces teniente general Jorge Rafael Videla, cuando en base a una disposición de su ministro de Economía, Jorge Alfredo Martínez de Hoz, se dispuso el cierre de la empresa Industrias Mecánicas del Estado, la trascendente IME, que llegó a dar lugar a doce mil trabajadores y que producía vehículos en la Provincia de Córdoba como el emblemático Rastrojero.

IME surgió del Decreto N* 24.103, firmado el 30 de noviembre de 1951, casi siete décadas atrás, por el presidente Juan Domingo Perón. El decreto estableció la creación de la Fábrica de Motores y Automotores pero al año siguiente queda absorbida, al igual que el Instituto Aerotécnico, por IAME, las Industrias Aeronáuticas y Mecánicas del Estado. La empresa tuvo como objetivo producir automotores, aviones, motocicletas y tractores y se había fijado como fecha para la producción seriada de automotores la del primero de noviembre de 1952 desarrollando sus actividades iniciales en la planta de la Fábrica Militar de Aviones. Creada por la necesidad de producir vehículos en el país y frenar la importación, la empresa también abarcó otros ámbitos, incluso la fabricación de lanchas y armamento.
Ésta se encontraba en actividad desde 1927 cuando fuera creada por ese gran presidente industrialista que fuera Máximo Marcelo Torcuato de Alvear y tenía como actividad central la producción aeronáutica. Dado que todo el equipamiento técnico estaba destinado a la misma se debió encarar, con gran esfuerzo, su ampliación tanto en el herramental indispensable como en cuando a su personal administrativo, técnico y de operarios, el que sumó un 55 por ciento al prexistente lo que hizo un total de nueve mil trabajadores.
El primer automóvil surgido de la misma fue un sedán para cuatro personas denominado Institec. Se trató de un vehículo económico con un motor bicilíndrico de dos tiempos ya producido en la Fábrica de Motores y Automotores. Como una derivación del sedán apareció posteriormente la versión pick-up al tiempo que se avanzaba en el desarrollo de un utilitario que podía cargar quinientos kilogramos en su caja de madera. Se trató del luego emblemático Rastrojero algunos de los cuales aún pueden verse circular por diferentes lugares del país. Llevaba un motor naftero derivado del que portaban unos tractores comprados, como sobrantes de guerra, en los Estados Unidos de América.
El vehículo fue lanzado al mercado en 1952 y tuvo una gran aceptación por lo que debió incrementarse su fabricación por lo que se resolvió, poco después, reemplazar el motor naftero por uno diésel. Para ello se eligió la versión del motor alemán Borgward, de 42 HP. Así fue como en la localidad bonaerense de Isidro Casanovas se creó la primera fábrica de motores gasoleros en la Argentina para proveer de los mismos a los Rastrojero. Ya en 1953 apareció el automóvil deportivo Justicialista, con carrocería de plástico, al tiempo que se producían las motocicletas Puma y los tractores Pampa. Más tarde también salieron al mercado el sedán Institec Graciela, con motor de tres cilindros; el también sedán Graciela Wartburg, de cuatro puertas; el camión frontal Dinborg; y el automóvil naftero Borgward Isabella, de dos puertas.
En 1956, tras el golpe cívico-militar de la autodenominada “Revolución Libertadora”, IAME pasó a llamarse DINFIA, Dirección Nacional de Fábricas e Industrias Aeronáuticas, al tiempo que en 1967, durante la gestión de facto de Juan Carlos Onganía, se creó IME, Industrias Mecánicas del Estado, dependiente del Ministerio de Defensa, cuya función se centró en la fabricación de automotores, separándose de aquella. Una producción que se mantuvo en crecimiento constante que pasó de 3.964 unidades en 1959, durante la presidencia de Arturo Frondizi a su cifra récord, 12.500, en 1975, siendo primera magistrada María Estela Martínez. Durante ese período al Rastrojero se le sumaron, en la línea de los utilitarios, los camiones medianos O68 y F71. A partir de los modelos elaborados por IME diversas empresas carroceras crearon vehículos como ambulancias, doble cabinas, furgones, minibuses y rural, entre otros. Los mismos cubrieron los reclamos del mercado durante varios años y abastecieron las necesidades del sector público.
Pero llegó el golpe del 24 de marzo de 1976 y ese 22 de mayo de 1979 Martínez de Hoz decide el cierre de la empresa convalidado el 11 de abril de 1980 por el Decreto N* 1448/80. En esa circunstancia la empresa contaba con más de tres mil empleados, debido al achicamiento sufrido en esos últimos años, pero también daba trabajo a más de setenta firmas proveedoras y contaba con cien concesionarios en toda la Argentina. El Rastrojero controlaba el 78% de la venta de las pick-up diésel.
A lo largo de su existencia la empresa estatal produjo los automotores Justicialista, Sedán Institec, Rural Institec, Camioncito Institec, Rural Gauchita, Rastrojero Eillys, Gran Sport sin capota, Furgoncito Institec, Sedán Graciela, Automóvil Sport 1954 con capota desmontable, Sport V(, Auitomóvil Sedán GW, Sport 1955 capota fija, Sport 1955, Gran Sport V8, Cupé Gran Sport, Rural R63, Pick-Up Cabure, Rastrojero Conosur, Taxi T63, Chata Acoplado y Ómnibus Savien. A ellos se les sumaron los tractores Pampa y Fiat, la moto Puma, el velero Tero, el motor fuera de borda Surubí, un bote portátil y lanchas de turismo, pesca y carrera.
Todo ello después de que en 1950, cuando Perón convocase a funcionarios de automotrices extranjeras para impulsar la producción de automotores en el país fuera rechazada la propuesta por una supuesta falta de capacidad tecnológica para ello en la Argentina. Y fue en esa circunstancia cuando el brigadier Juan Ignacio San Martín, el entonces ministro de Aeronáutica, planteó que fuese el propio estado el que encarase la iniciativa y así fue como la histórica Fábrica Militar de Aviones fue la madre de un conglomerado que incluyó la Fábrica de Motores de Aviación, la Fábrica de Motores de Reacción, la Fábrica de Instrumentos y Equipos, la Fábrica de Paracaidas, la Fábrica de Hélices y Accesorios, la Fábrica de Máquinas y Herramientas, la Fábrica Automóviles, Fábrica de Tractores y la Fábrica de Motocicletas. El brigadier San Martín fue el primer presidente de IAME cuyas tareas comenzaron con un préstamo del Banco Industrial de la República Argentina por 53 millones de pesos cuando la moneda nacional tenía un poder de compra infinitamente superior al de la actualidad.
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