El Gobierno gasta más en fondos reservados de la SIDE que en el Garrahan

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Mientras el Hospital Garrahan denuncia falta de insumos y sueldos por debajo de la línea de pobreza, el Gobierno de Javier Milei multiplica por más de 150 el presupuesto reservado de la AFI. “Para algunas cosas sí hay plata”, advirtió el diputado Nicolás Massot.
Mientras el Gobierno de Javier Milei desfinancia hospitales, congela salarios de médicos y paraliza programas esenciales de salud, el presupuesto reservado de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI) se dispara sin control ni rendición de cuentas.
El Hospital Garrahan, centro de referencia en salud pediátrica, atraviesa una crisis silenciosa. Aunque el Gobierno no lo haya recortado formalmente, los recursos no alcanzan. Hay falta de insumos, quirófanos cerrados por falta de personal y profesionales que cobran sueldos muy por debajo de la línea de pobreza. La política del ajuste brutal, sin excepción ni matices, dejó al hospital con más pacientes, menos médicos y servicios cada vez más limitados.
En ese contexto, el diputado Nicolás Massot dejó al descubierto la brutal contradicción oficial. “El Garrahan atiende 600.000 chicos por año con 107.000 millones de pesos. Los mismos 107.000 millones de pesos que este gobierno le destinó a la AFI (ex SIDE) para que gaste en gastos reservados. Sin justificar. Sin rendir cuentas. Para algunas cosas sí hay plata”, escribió en su cuenta de X.
El dato es inapelable: el presupuesto reservado de la AFI se multiplicó por más de 150 en apenas un año. Pasó de $650 millones a $107.000 millones, lo que representa un incremento del 15.776%. La cifra no está sujeta a control público, auditoría externa ni obligación de detallar en qué se usa. Todo se maneja en secreto.
La comparación es escandalosa. Lo que el Estado gasta en un año para sostener a uno de los hospitales más importantes del país, que salva vidas de niños todos los días, es exactamente lo mismo que gasta en actividades que ni siquiera deben ser justificadas. Mientras tanto, los médicos del Garrahan hacen paro por salarios dignos y denuncian la falta de insumos básicos para operar.
La consigna “no hay plata” se transforma en una mentira evidente cuando se ven estas cifras. El ajuste no es parejo, no es neutro, no es transparente. El Gobierno eligió qué cortar y qué inflar. Y eligió dejar a la salud pública de lado mientras alimenta los fondos secretos de la inteligencia.
Si el Estado puede destinar más de cien mil millones a la AFI sin pedir explicaciones, también puede garantizar que los hospitales funcionen, que los médicos cobren lo que corresponde y que los chicos sean atendidos con dignidad. Lo demás es propaganda.



