El gobierno no logró aprobar en general la ley el primer día de sesión y sigue negociando el capítulo de privatizaciones
La primera jornada de debate de la ley ómnibus en recinto dejó sabor a poco para La Libertad Avanza (LLA), que no pudo someter el proyecto a la votación en general y tuvo que acceder al pedido de los bloques aliados para pasar a un cuarto intermedio hasta el jueves. Aunque el oficialismo logró el quórum a media mañana del miércoles con 137 diputados, la sesión terminó copada por los discursos de los legisladores que pedían «cuestiones de privilegio» y recién después de las 16 empezó el tratamiento del expediente propiamente dicho.
El diputado kirchnerista Leandro Santoro tal vez haya acertado con la síntesis entre las críticas al gobierno cuando tuiteó: «Después de 11 horas de sesión, no aparece el dictamen de mayoría y, como no sabemos qué Ley estamos discutiendo, se suspende la sesión hasta mañana».
La postergación del debate obedece a la necesidad de ultimar detalles en las negociaciones que el oficialismo mantenía con un sector de la UCR y Hacemos Coalición Federal (HCF), conducido por Miguel Pichetto. De hecho, Martín Menem sintió que la sesión se le iba de las manos frente a la bronca del peronismo, que se enteró de la maniobra cuando el riojano la anunció, pero acudieron en su respaldo el jefe de la bancada macrista, Cristian Ritondo, y el ex senador rionegrino.
El acuerdo se tejió en medio del bullicio tanteando horarios de posible convocatoria para volver a congregarse. De ese modo, se pactó que el cuarto intermedio duraría desde este miércoles hasta las 12 del jueves.
El plazo que se abrió les daba la chance de reescribir el capítulo de las privatizaciones a los aliados. El legislador José Luis Espert, sin embargo, sumó a la lista las asperezas por el corte de bioetanol y los fondos fiduciarios de las provincias patagónicas.
Por lo demás, los legisladores sacan cuentas ahora sobre cuántas jornadas demandaría el tratamiento del proyecto en la Cámara Baja. Ya no se descarta que el cuerpo deba reunirse hasta el sábado próximo.
La extensión del plazo preocupa al Poder Ejecutivo. Al cierre de esta nota, las inmediaciones del Congreso se poblaban de manifestantes con cacerolas que protestaban contra la ley. Si la discusión se prolonga sin resolución o la negociación se empantana, el gobierno podría provocar más descontento en la sociedad.