Fadea. Nuevos retiros voluntarios redefinen el futuro de la fábrica

Federico Giammaría La planta sobre ruta 20 busca un nuevo destino en medio de una crisis que no da tregua. Fadea atraviesa una de sus semanas más sensibles. Si bien ha vivido momentos complicados en 2025, los días que vienen podrían marcar su futuro. Por un lado, la conducción reparte un nuevo retiro voluntario que apunta a achicar de manera drástica la planta, mientras el Ministerio de Defensa, ahora bajo control del jefe del Ejército, Carlos Presti, define si sostiene o reemplaza a las actuales autoridades. La incertidumbre es mucha.
No sólo eso. Días atrás, la empresa renovó el Procedimiento Preventivo de Crisis (PPC) hasta fines de febrero, lo que mantiene la actividad limitada a tres días por semana y los salarios a un 80%. Lleva en ese estado desde junio, sobreviviendo con fondos que llegan desde el ministerio de Economía y un contrato con la empresa Embraer.
En ese marco, la conducción abrirá un nuevo retiro voluntario con un objetivo: reducir en unos 200 puestos la planta, sobre un total actual de 670 empleados. Si se concreta, Fadea habrá quedado con menos de la mitad del personal que tenía cuando Javier Milei asumió en diciembre de 2023. Vale recordar que en 2024 se llevó adelante otro retiro, en el que se fueron unos 230 trabajadores. Además, se produjeron renuncias y jubilaciones anticipadas.
A diferencia de procesos previos, este retiro será “direccionado”. La intención es preservar a los técnicos operativos, el capital humano que sostiene la capacidad productiva, y apuntar en cambio a la estructura “orgánica”, compuesta mayormente por personal administrativo y de convenio colectivo. Hoy, fuentes gremiales calculan en unos 170 los que integran ese grupo. Habrá que ver cómo sigue la historia porque la cifra es menor a la meta de 200 desvinculaciones que dejó trascender la empresa.
Como sea, en Fadea quieren que el proceso sea rápido; tanto que se lanzaría mañana. El trasfondo tiene que ver con los salarios, que en el caso de los técnicos promedian el millón de pesos. Eso convierte, en varios casos, a los perfiles especializados en presa fábricas en empresas privadas, incluidas las que llegan a ofrecer el doble de sueldo.
En ese escenario, también avanzan en un recorte en la estructura jerárquica que hoy Fadea tiene 18 gerencias, varias ya vacantes tras salidas recientes (por ejemplo, dejó su cargo Oscar Gambone, responsable de Administración y Finanzas). La idea es reducir ese número a la mitad. Tampoco es menor la cantidad de asesores (se habla de más de 15) que, en algunos casos, y según fuentes gremiales, no terminan de explicar sus funciones en la fábrica.
La conducción, en veremos. La salida de Luis Petri del Ministerio de Defensa y la asunción de Presti desataron nuevas dudas sobre el futuro de Julio Manco, presidente y CEO de Fadea. Su gestión, iniciada a comienzos de este año, atravesó retrasos salariales, deudas a proveedores y la negociación fallida para transferir la fábrica a la Provincia de Córdoba. En su entorno aseguran que Manco quiere seguir y que los nuevos contratos con la Fuerza Aérea le darán aire financiero. Sostienen que con el ingreso de los fondos, confían en capitalizar la fábrica en el primer trimestre.
No solo eso. Además, minimiza una denuncia contra su gestión (por supuestos pedidos de retornos a privados por el uso de un hangar en la fábrica) y sostiene que la Oficina Anticorrupción ya recibió toda la documentación. El medio Ambito.com confirmó que el tema está bajo investigación.
Aun así, el ruido interno persiste especialmente porque en la planta cuestionan su escasa presencia en Córdoba. En el entorno de Manco argumentan que las gestiones en Buenos Aires son imprescindibles. Deudas. Si bien Fadea sostiene que se están poniendo al día con los proveedores, empresarios del sector niegan que haya avances. Sí se sabe que hubo avances con la obra social y la empresa de seguridad privada (aunque con menos guardias).
La decisión final sobre su continuidad se maneja con hermetismo. Se conoció que Manco habló con Presti, pero no se discutió su futuro. Se dice que el lunes 15 de diciembre es la fecha clave para darle cierre a la discusión, ya que ese día Presti tendrá cerrado su nuevo esquema de conducción.
A esto se suma un actor silencioso pero determinante, que tiene que ver con el manejo de la fábrica y la presencia de dos funcionarias de la Agencia de Transformación de Empresas Públicas, que responden a Federico Sturzenegger, y que comanda Diego Chaher. Ambas llevan meses monitoreando la empresa, evaluando cada decisión. Para muchos, se trata de una intervención de hecho que explica tanto la falta de definiciones como la calma indical pese a los sueldos “plancha- dos”.
Contratos clave que vuelven. Entre el ajuste y el reacomodamiento político, surgió la señal positiva desde la Fuerza Aérea, que lanzó dos licitaciones para reactivar tareas que solo Fadea puede ejecutar. Estos contratos prevén el “mejoramiento” (upgrade) de seis Pampa ll a versión Pampa III “Block 2”, que incluyen la digitalización de las aeronaves escuela. Además, Fadea llevará adelante la inspección mayor (PDM en inglés) de dos Hércules C-130, junto a la recuperación de la capacidad operativa de los motores, trabajos para los cuales la fábrica es el único centro autorizado por Lockheed Martin.
Estos contratos estuvieron congelados un año. Luciana Carrasco, exjefa de asesores de Petri, había explicado en noviembre ante el Congreso que no se firmaron porque la conducción anterior de Fadea “venía acostumbrada a hacer las cosas de modo que no era el correcto”. Aseguró que hubo errores administrativos y que no permitirían que contratos de Defensa “salvaran” a una empresa con problemas de gestión. “Me hago cargo: así no se iban a firmar”, subrayó.
Si no surge ningún tropiezo, los convenios implicarán unos 68 millones de dólares (49 millones en material y 19 en mano de obra) y un anticipo del 40% en el corto plazo. Para Fadea, es oxígeno puro. Pero para la Fuerza Aérea, también, porque la modernización del Pampa es crucial para la formación e instrucción de los pilotos que aspiran a volar los F-16 recién incorporados. Funcionarios, gremios y proveedores coinciden en algo: Fadea no puede cerrar. Pero todos evitan declaraciones tajantes. La prudencia responde a la certidumbre de que el gobierno de Milei es uno que no teme aplicar bisturí y la sobrevivencia de la fábrica depende de que los contratos se firmen, el ajuste se estabilice y la nueva conducción logre ordenar las cuentas sin desmantelar la capacidad técnica.



