La CGT rechazó la mesa tripartita por la reforma laboral

El Gobierno había convocado a empresarios del G6 y representantes de los gremios. El Presidente quiere avanzar con una reforma laboral más profunda que la impulsada por el DNU 70/2023 al comiendo de su mandato, en parte declarada «inconstitucional» por la Justicia. Un año después, en cadena nacional, Milei aseguró que buscará alcanzar una «verdadera» y con ese fin se convocó una mesa tripartita en la Casa Rosada. El objetivo era reunir el apoyo de sindicalistas y empresarios para introducir cambios en la regulación del trabajo y evitar trabas de los integrantes dialoguistas de la Confederación General del Trabajo (CGT). El proyecto de ley consensuado sería enviado por Milei al Congreso cuando se retomen las sesiones ordinarias.

La convocatoria se dio en el marco del demorado Consejo de Mayo, conformado por representantes del Gobierno, de los sindicatos y del ámbito empresarial.

La reunión en Balcarce 50 será hoy a las 17 y ocurrirá tras la renuncia de Pablo Moyano a la cúpula de la CGT. Los empresarios invitados a la Casa Rosada Por el lado empresarial fueron convocados los ejecutivos que conforman el Grupo de los Seis: Daniel Funes de Rioja, de la Unión Industrial Argentina (UIA); Gustavo Weiss, de la Cámara Argentina de la Construcción (Camarco); Javier Bolzico, de la Asociación de Bancos Argentinos (ADEBA); Adelmo Gabbi, de la Bolsa de Comercio de Buenos Aires; Natalio Mario Grinman, de la Cámara Argentina de Comercio (CAC), y Nicolás Pino, de la Sociedad Rural Argentina (SRA).

Los representantes de la industria, la construcción, los bancos, las finanzas, el comercio y el campo tienen sus ideas para modificar la legislación laboral y buena sintonía con el Gobierno.

Además, pujan por una reforma que introduzca derogaciones y modificaciones de leyes como las que refieren al derecho a huelga o la que aumenta las indemnizaciones si la relación laboral no está registrada como corresponde, entre otros aspectos.

El no de los sindicalistas a la reunión en la Casa Rosada A pesar de que desde el Gobierno daban por descontada la presencia de dirigentes gremiales de peso en la CGT, lo cierto es que la asistencia fue rechazada, aunque ya había quedado en duda debido a las propias tensiones que atraviesa el sector gremial.

Por caso, Hugo Moyano advirtió sobre la posibilidad de que se avance hacia un paro nacional debido al atraso de la paritaria de su sector. Sin garantías sobre cómo se tratarán las negociaciones salariales, algunos gremios plantean que no están dispuestos a ir a la Casa Rosada. Para la tercera parte que se sentará a la mesa, la del Gobierno, prima no solo la reforma sino también generar un contexto en el cual las condiciones del vínculo laboral se definan entre el trabajador y el empleador, dejando de lado la nivelación de fuerzas que promueve la regulación laboral.

El encuentro tendrá lugar pocas semanas después de que el proyecto de «democracia sindical» impulsado por la UCR (proponía eliminar la reelección indefinida de los secretarios generales y suprimir la obligatoriedad de la cuota solidaria) naufragase en la Cámara de Diputados al no recibir el respaldo de La Libertad Avanza para alcanzar el quorum, tras lo cual presidente de bloque, Rodrigo de Loredo, acusó a Milei de «tener un pacto con la CGT».

La última ocasión en que los representantes de los trabajadores se sentaron en un mesa de la Casa Rosada fue en el Salón de los Escudos y la encabezó el jefe de Gabinete, Guillermo Francos.

Esta vez, con la presencia o no del sindicalismo, se realizará un encuentro con los empresarios, donde además de Francos pueden participar el vicejefe de Gabinete del Interior, Lisandro Catalán, y el secretario de Trabajo, Julio Cordero. El proyecto consensuado se enviará el 1° de marzo, cuando se retomen las sesiones ordinarias.