La Confederación de Sindicatos Industriales alerto por el cierre de 5000 empresas bonaerenses

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(17 de diciembre) La Confederación General del Trabajo (CGT) mantendrá este martes una reunión con los gremios industriales nucleados en la Confederación de Sindicatos Industriales de la República Argentina (CSIRA), en un contexto de máxima preocupación por el deterioro de la matriz productiva, con especial foco en la provincia de Buenos Aires, que representa más del 40% de la industria del país.

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El encuentro se desarrolla en un clima de fuerte alarma sindical por la profundidad de la crisis industrial y su impacto directo sobre el empleo. En ese marco, los dirigentes gremiales bonaerenses empiezan a lanzar críticas hacia el ministro de Producción, Ciencia e Innovación Tecnológica de la provincia, Augusto Costa, a quien le achacan la ausencia de un programa de medidas concretas que funcione como amortiguador frente al golpe que, aseguran, provocan las políticas del gobierno nacional.

Los sindicalistas también señalaron incomodidades para establecer contacto con el funcionario, al advertir que no atiende de manera regular en La Plata y que su presencia en la sede ministerial se reduce a una vez al mes, mientras en Provincia continúa el desarme productivo con cierre de empresas y despidos de a decenas en las industrias. La CSIRA nuclea a las poderosas UOM y SMATA, entre otras decenas de entidades gremiales con peso propio en el abanico sindical.

Este lunes, el propio Costa brindó una conferencia de prensa en la que describió la situación como una “catástrofe productiva” en la provincia, que atribuyó al programa económico del presidente Javier Milei. Según precisó, la actividad económica bonaerense cayó 0,8% en comparación con 2023 y acumuló entre enero y septiembre de 2025 una retracción adicional del 1,3%.

Si bien destacó una fuerte recuperación del sector agropecuario, con un crecimiento del 46%, el ministro advirtió que el resto de los sectores productivos presenta caídas profundas. La industria manufacturera retrocedió casi un 10%, la construcción se desplomó un 23% y el comercio cayó un 6,5%.

En términos de empleo y tejido productivo, Costa alertó que en los últimos dos años se perdieron cerca de 5.000 empresas en la provincia y aproximadamente 95.000 puestos de trabajo formales registrados. El sector textil fue uno de los más afectados, con una caída del 20% en la producción respecto de 2023 y la pérdida de casi 15.000 empleos, en un contexto marcado por el avance de las importaciones.

De acuerdo con el informe del Poder Ejecutivo bonaerense, otros rubros industriales replican el mismo escenario. La metalmecánica registró caídas de producción, cierres y 1.305 empleos afectados, mientras que también se observaron retrocesos en el sector de productos químicos. La construcción perdió alrededor de 2.500 puestos de trabajo y el turismo mostró señales negativas, con un 6,6% menos de veraneantes y una caída del 25% en el consumo en los destinos bonaerenses.

Otro actor protagonista es la Confederación Empresaria de la República Argentina (CGERA) que conduce el empresario Marcelo Fernández, artífice del nombramiento de uno de los actuales funcionarios de Augusto Costa en el ministerio. Se trata de Ariel Aguilar, vicepresidente de CGERA, quien está a cargo de la Subsecretaría de Desarrollo Comercial y Promoción de Inversiones.

Fernández y Aguilar están en la mira dentro de Producción por el acuerdo que mantienen con el ministerio de Trabajo al mando de Walter Correa, que se traduce en un marcado favoritismo por las asociones y empresas adheridas a la gremial empresaria, en un juego a una sola banda apartando de las conversaciones y políticas de gestión a otras entidades como CAME y la UIPBA, la pata de la UIA en la provincia.

La afinidad del Gobierno con la CGERA genera ruido en el resto del empresariado, en medio de un genocidio pyme que atraviesa a toda la provincia de Buenos Aires. Esta situación opaca aún más la gestión de Costa en los ojos de los actores del entramado productivo bonaerense, que ven cómo se diluyó la idea de un ministerio de Producción con potencia propia, que pasó a desmembrarse también producto de la quita de programas clave, hoy trasladados a otras carteras del gabinete de Axel Kicillof. Una desintegración que muestra una gestión deficiente de Costa en el ministerio.

Frente a este panorama, el ministro de Producción sostuvo que la Provincia busca “actuar como escudo y red” ante una crisis que calificó como “generada deliberadamente” desde la Nación. Sin embargo, desde el sindicalismo industrial cuestionan la falta de acciones concretas que permitan frenar la destrucción del empleo y construir un andamiaje de políticas para resguardar los puestos de trabajo.

Semanas atrás, la CSIRA fue contundente en sus críticas al gobierno nacional y presentó un informe que refleja la gravedad de la situación del entramado industrial. Los gremios realizaron un llamado urgente a la acción, con la inclusión de todos los sectores —gobiernos provinciales y empresarios— para frenar lo que definieron como un proceso de “industricidio”.

En ese marco, la confederación convocó a una respuesta nacional, amplia y transversal, que articule a trabajadores, empresarios industriales, pymes, universidades, centros tecnológicos, investigadores, estudiantes, científicos y gobiernos locales. “Sin producción no hay futuro, sin trabajo no hay justicia social y sin industria no hay soberanía económica ni desarrollo”, señalaron desde la entidad, que definió a la industria como el corazón del progreso material y del empleo calificado.

Como parte de esta estrategia, la CSIRA impulsa la realización de un Congreso de la Producción, Trabajo y Calidad de Vida, con el objetivo de defender las capacidades productivas y construir un horizonte de desarrollo nacional. “Hoy decimos, con claridad y firmeza: no al industricidio. Sí a una Argentina productiva, federal, inclusiva y con futuro”, concluyeron.

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