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Su nombre circuló con fuerza estos últimos meses, primero por ser quien vinculó a José Luis Espert con el narcolavador Fred Machado, y ahora por ser parte fundamental de la trama de lavado de coimas en la causa ANDIS. Pero su historial se remonta a casi veinte años atrás, cuando con el mismo método fue parte de la Causa Skanska y emitió facturas truchas para blanquear coimas. Estuvo lateralmente involucrado en el triple crimen de General Rodríguez, y sin embargo siempre pasó debajo de los radares judiciales.
La primera vez que Sergio Mastropietro vio su nombre en los diarios fue en 2006, cuando estuvo involucrado en el “Caso Skanska”, la multinacional sueca que ya admitió la utilización de facturas truchas para pagar coimas en el marco de la construcción de obras públicas. Mastropietro era entonces un empresario aeronáutico en Baires Fly y la cara visible de Sol Group, una de las veintitrés empresas fantasma de la que se valió Skanska para tejer la red de facturaciones que en realidad eran sobornos.
En el dictamen del juez Javier López Biscayart se lee: “Sol Group SA poseería características similares a otras creadas por (esa) ilícita asociación». Del allanamiento a la sede de Sol, en San Martín 881, la Policía se llevó ocho cajas con papeles. Por ejemplo, facturas fechadas en 2006 dirigidas a la Dirección de Medios y Planeamiento Estratégico de la Comuna en concepto de órdenes de publicidad. El detalle curioso es que cuando la justicia llegó para el allanamiento, en la sede de Sol Group funcionaba un club de ajedrez.
En la causa se demostró que el Gobierno porteño —por entonces liderado por Jorge Telerman— usó facturas falsas emitidas por Sol Group SA para abonar órdenes de publicidad en programas de la productora Ideas del Sur, de Marcelo Tinelli, por un total de 3,6 millones de pesos entre mayo y diciembre de 2006. El secretario de Medios, Oscar Feito, dijo entonces que Sol Group “figura en el registro de proveedores desde hace muchos años”, lo cual era falso: la firma se había creado en 2004. Ideas del Sur informó que “emitió, facturó y cobró dicha publicidad”, pero nunca respondió cuántos de esos ingresos figuraban en su contabilidad. Ese silencio dejó abierta la posibilidad de un “vuelto”.
Otro de los acusados en la maniobra habría sido el entonces legislador Diego Santilli, hoy ministro de Javier Milei. En la denuncia se explicita: “Con el fin de obtener retornos de dineros públicos, el legislador porteño Diego Santilli armó con Sergio Mastropietro una sociedad comercial que en realidad es un sello de goma: Sol Group”. Pero esto no es todo: también aparece Baires Fly y su propietario, Luis Grande, amigo de Mastropietro desde la adolescencia y compañero en el Liceo General San Martín.
El 27 de octubre de 2008, Luis Grande, dueño de Baires Fly, realizó un vuelo de prueba de un avión y firmó el “Certificado Técnico de Aceptación», donde aseguró que el Lear Jet N786YA “no presentaba novedades” y que podía ser comprado por Pegasus Equity Investments, la empresa de Manuel Vázquez.
¿Quién era Vázquez? El testaferro de Ricardo Jaime, que compró ese avión —y también un yate— usando su firma, por lo que terminó preso. De la comercialización se encargó Mastropietro, socio de Grande y ambos amigos de Adrián Félix López, otro exalumno del Liceo y arrepentido del caso Skanska.
López era apoderado de otra de las empresas fantasma que facturaban para cubrir coimas. También mencionó a la farmacéutica Prefarm, cuyo supuesto responsable Juan José Abalos confesó ser prestanombre de Mastropietro. En el allanamiento a San Martín 881 se encontró documentación de Prefarm.
En 2008, el juez López Biscayart vinculó a Prefarm con el triple crimen de General Rodríguez, la banda de narcos mexicanos de Maschwitz y la ruta de la efedrina. Sebastián Forza habría sido socio del gerente de Prefarm, Rubén Darío Romano, como figuraba en documentos incautados en la oficina de Mastropietro.
Mastropietro también tiene un largo historial en la industria aeronáutica. Fue gerente de Lets Fly S.A., luego CEO de Avian, empresa del grupo SOCAM-SIDECO de los Macri, con quienes forjó un vínculo cercano. En 2010, luego de un paso por tribunales, Mastropietro incursionó en otro rubro: creó la agencia de modelos So Vain S.A., junto a Federico “Fred” Machado, según Homeland Security.
Machado, luego preso por narcolavado, financió la campaña presidencial de José Luis Espert, aportando dinero, aviones y una Jeep Grand Cherokee OIO592, cuyo titular era Claudio Ciccarelli, testaferro de Machado. Entre los autorizados para usarla figuraba Sergio Mastropietro. Ambos compartieron durante años domicilio fiscal, viajes y negocios, y Mastropietro habría presentado a Espert ante Machado. Todo esto era conocido por Patricia Bullrich, según dos informes de la Dirección de Inteligencia Criminal: el CF 35/2021 (Secreto) y el 15/2021 (Confidencial), elaborados a partir de datos de Estados Unidos.
Los informes señalan que Machado tenía sociedades con Mastropietro, incluyendo Avian Líneas Aéreas, continuadora de MacAir, y Hangares Buenos Aires S.A., beneficiada por el Grupo Socma. También detallan vuelos a Perú, Colombia, Panamá y Guatemala, algunos junto a Mastropietro. En el negocio de la aeronavegación, Mastropietro creó también Hangares de Buenos Aires, vinculándose con empresarios como Leonardo Scaturicce y Luis Grande. Grande, además, fue piloto de la gobernación de Weretilneck en Río Negro y tiene dos condenas por peculado y contrataciones irregulares con el Estado.
Esta semana, Baires Fly volvió a ser noticia por la causa ANDIS, gracias a Mastropietro. El fiscal Franco Piccardi demostró que quien prestó facturas para lavar dinero en Skanska repitió el esquema en la trama de coimas de la Agencia Nacional de Discapacidad.
El nuevo dictamen, en el marco del expediente 158.564/2025, investiga delitos como defraudación, asociación ilícita, cohecho y lavado. Señala que el dinero espurio de ANDIS se ubicaba en firmas sin relación con el sector, y que Miguel Ángel Calvete giraba fondos reiteradamente a Mastropietro (Baires Fly S.A.) y a Alan Pocoví. Calvete y Mastropietro se reunieron varias veces en el barrio privado Altos de Campo Grande, donde también apareció la famosa máquina de contar billetes.
Ambos figuran en los cuadernos de Calvete, donde se registraban transferencias, intercambios de mensajes y envío de datos bancarios. Las firmas Prolite Orthopedics, Probock y Profarma enviaron cientos de millones a Baires Fly, que devolvía facturas por “compra de kilómetros nacionales”, simulando servicios inexistentes. La maniobra se justificaba bajo la apariencia de vuelos sanitarios, aunque nunca se realizaron.
En esos cuadernos aparece también Lorena Di Giorno, funcionaria de ANDIS y socia de Mastropietro en Megastatica S.A.S., empresa inactiva. Ella realizaba pagos y movimientos de dinero que luego reportaba a Calvete.
El diputado Rodolfo Tailhade publicó: “En 2016 denuncié a Macri por el entramado de corrupción para destruir Aerolíneas Argentinas y quedarse con el negocio aerocomercial. Señalé a Mastropietro y a Scaturicce. Diez años después, ambos son socios en el nuevo intento de quedarse con el mercado, y en Baires Fly, que lava el dinero que el gobierno de los Milei le roba a la discapacidad.”
El esquema se repite desde hace más de veinte años: empresas fantasma, facturaciones truchas, coimas, recursos del Estado que tanto desprecian cuando es para asistir a los demás pero tanto aman a la hora de expoliarlo para sí, y el fantasma de los aviones y el narcolavado sobrevolando sobre el poder político y económico. Sergio Mastropietro fue muy hábil para quedar siempre debajo del radar, al punto que ni siquiera hay, prácticamente, fotos de él y casi nada se sabe de su vida. Aparentemente eso puede terminar: el fiscal Franco Picardi pidió su indagatoria esta semana, y tendrá que dar algunas explicaciones tras la ratificación del llamado por parte del juez Sebastián Casanello.



