La muestra anual de la escuela técnica Taller Regional Quilmes

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El sábado 12 de noviembre de 2022 tuve el placer de visitar la muestra anual que realizaron los alumnos de la escuela técnica con orientación aeronáutica “Taller Regional Quilmes”. Ubicado en la localidad de  Quilmes, en la zona sur del conurbano de Buenos Aires, esta escuela, fundada el 25 de abril de 1957, consiguió hace pocos años, la certificación RAAC 147, que le permite a los alumnos y alumnas egresantes, poder reducir su tiempo de trabajo como mecánicos “A” (trabajo bajo supervisión), de 4 a 2 años.

El Aero Commander

Las disciplinas que allí aprenden van desde carpintería aeronáutica, aviónica, electrónica, electricidad, chapista aeronáutica, motores alternativos y de reacción, finalizando su curso de 7 años con un trabajo final propuesto por los alumnos, que en este caso, fue la de restauración de una aeronave Aero Commander 500U, que perteneció a la Fuerza Aérea Argentina, y que sufrió un accidente en un aterrizaje forzoso en Mar del Plata, con rotura de su parte inferior del fuselaje y tren de aterrizaje.

Los alumnos recibieron esta aeronave para realizar sus prácticas, que consistieron en realizar la reconstrucción integral de las estaciones 105 a 145 del fuselaje, al que se le tuvieron que reconstruir cuadernas, chapas y largueros. Además, se cambiaron partes dañadas de los circuitos de lubricación y sistema hidráulico, junto con las tareas de despintado y posterior pintado, tapicería interior, aviónica y cableado eléctrico.

También recibieron el aporte de un fabricante de pinturas de renombre internacional, quien generosamente donó la pintura poliuretánica y le dio invaluables cursos a los alumnos de técnicas de pintado. Otras empresas locales donaron aceites, liquido hidráulico y otros elementos.

Las hélices fueron recorridas en el Área material Quilmes, dependiente de la Fuerza Aérea Argentina, la que, también se encargó de realizar el overhaul de 100 horas a los motores.

Exposición de trabajos en aviónica y electrónica

Cada disciplina estaba bien sectorizada y distribuida en distintos hangares, que el extenso predio de la escuela posee.

En el hangar de los trabajos aviónica y electrónica, pude presenciar gran variedad de trabajos practico y proyectos, desde simples motores eléctricos realizados con una pila y una bobina, una maqueta de una zona de aterrizaje de helicópteros, balizada con luces leds – trabajos estos hechos por los alumnos y alumnas de los primeros años – hasta un simulador de funcionamiento de un panel de instrumentos de aeronave, realizado por 2 alumnas del último año del curso, usando una cabina de un Twin Otter, y sistemas electrónicos programables, basados en la plataforma ARDUINO MEGA.

También, en ese stand, había una interesante muestra sobre un taller de robótica, en el que los alumnos mostraban sus “robots” controlados de manera inalámbrica.

Área motores

Muy bien recibido fue el autor de esta nota, por el eximio profesor de la catedra de motores a reacción, Don Mario Zornio, con una trayectoria de 47 años en la docencia.

Allí me mostró con orgullo las instalaciones, separadas en dos sectores: la primera, el taller de motores alternativos, en donde pude observar motores de diversos tipos y modelos, que iban desde un Gipsy Moth, pasando por un Pratt & Whitney “Wasp”, y hasta un continental de 6 cilindros opuestos.

En la parte posterior del taller, se encontraba la sala de motores a reacción: Grande fue mi asombro al poder presenciar, en un solo lugar, motores tales como el ATAR (usado en el Mirage III) y un Pratt & Whitney JT9D (que perteneció a un Boeing 747 de Aerolíneas Argentinas), entre otros.

Allí los alumnos, además de aprender la teoría de la propulsión a reacción, practican en las diversas inspecciones que luego, como mecánicos de motores de aviación, deberán realizar: Boroscopía, inspección de zona caliente, balanceo de discos de turbina, pesado de alabes, medición de los alabes de compresor y turbina.

Gustosamente me mostró las instalaciones del taller de ensayo de motores a reacción, muy bien acondicionado, con sectores de seguridad y señalización acordes, con salas de pruebas de motores equipadas con tableros de instrumentos de medición de los motores bajo prueba, y mandos de control de potencia. Pude tener el honor de presenciar la puesta en marcha de un motor PT6A-20, montado en un banco de pruebas, además de un microturbo (motor de arranque).

La “vedette” del día: Las puestas en marcha…

Por la tarde, al ir finalizando la jornada, llegó el momento esperado por toda la concurrencia: la puesta en marcha de 3 aeronaves, realizada por los alumnos avanzados de la escuela, en asistencia de sus profesores: las aeronaves usadas fueron el mítico Gloster Meteor (C-010) –caza a reacción inglés de principios de la década del 50–, el Aero Commander 500 –aeronave usada por la Fuerza Aérea Argentina–, y un Beechcraft “Mentor”, avión a pistón de entrenamiento básico que fue usado en la Escuela de Aviación Militar de Córdoba.

Cabe destacar que fue música para los oídos de quien escribe esto, escuchar el sonido de los dos motores Rolls Royce Derwent 5 montados en el Gloster meteor, que, como dato adicional, ya cuentan con más de 70 años de funcionamiento sin problemas. Luego, se sumaron a la atención del numeroso público la puesta en marcha del Aero Commander 500, y seguidamente, el Beechcraft Mentor, quedando las tres aeronaves rugiendo al unísono, llenando de “música” y mucho olor a JP1 la tarde de la muestra.

Al terminar esta puesta en marcha, los protagonistas se llevaron el aplauso y la admiración de los presentes, la gran mayoría padres y familiares, quienes con orgullo veían como sus hijos mostraban a la comunidad los resultados de 7 años de esfuerzo y estudio.
No será la última vez que visite esta importante escuela, que mantiene viva la pasión y la actividad aeronáutica.

Fuente: gacetaeronautica.com

El imponente motor Pratt & Whitney JT9D, que impulsó a una aeronave Boeing 747 de Aerolíneas Argentinas (foto: Pedro Alejandro Wikarczuk).

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