La posible compra de los cazas F-16 genera incertidumbre sobre el futuro de los A-4AR de la Fuerza Aérea Argentina

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zona-militar.com

Si bien aún restan detalles para dejar en firme la compra de los F-16, la posible adquisición de los Fighting Falcon daneses, intercedidos por Estados Unidos, para la Fuerza Aérea Argentina abre interrogantes concernientes al futuro de otros sistemas de armas. Más precisamente, de los cazabombarderos A-4AR Fightinghawk en servicio con la institución desde los años ´90 y que su carrera operativa no ha estado exenta de ser considerado como un avión desaprovechado.

Al día de la fecha el gobierno nacional viene avanzando en los últimos detalles para cerrar a la compra de los cazas F-16 para la Fuerza Aérea Argentina. En el marco de una reciente entrevista realizada por Neura Radio 89.7 al el Jefe de Estado Conjunto de la Fuerzas Armadas Argentinas (JEMCOFFAA), Brigadier General Xavier Isaaac, este destacó el proceso de selección que decantó en la elección de los Fighting Falcon de la Real Fuerza Aérea de Dinamarca como futuro caza supersónico de la Fuerza Aérea Argentina. Si bien no brindó fecha sobre la firma de acuerdos, este confirmó que se cuentan con el apoyo del Poder político para concretar la operación.

No obstante, y en el terreno del análisis preliminar, la probable incorporación de los F-16 a la Fuerza Aérea Argentina abre interrogantes en cuenta al futuro del que hasta ahora ha sido por capacidades el principal sistema de armas de la Fuerza Aérea Argentina: el A-4AR Fightinghawk. Queda claro que, una vez firmado los acuerdos y fijados los cronogramas correspondientes, la incorporación de los cazas daneses insumirá años, comprendiendo la selección y formación de pilotos y tripulaciones con el nuevo avión de combate, como la adecuación de la infraestructura para brindarle un adecuado sostenimiento en la VI Brigada Aérea de Tandil, como en el Área Material Río Cuarto.

De tal modo, durante los próximos años, el A-4AR, desplegado desde la V Brigada Aérea de Reynolds, provincia de San Luis, seguirán cumpliendo sus funciones de brindar cobertura aérea, ataque y escolta. Las dudas surgen cuando, siguiendo lo enunciado previamente, se concrete la incorporación de los F-16 en su totalidad, generando un proceso de evaluación que determine, o no, la baja de los Fightinghawk para finales de la década de 2020.

Si bien es altamente probable que, debido a la historia del sistema de armas con la Fuerza Aérea Argentina, existan células en estado de conservación con un imporante remanente de horas de vuelo, la Institución deberá evaluar si es factible desde lo operacional y desde los recursos disponibles contar con dos sistemas de armas superponiéndose en sus funciones, sumándose a los esfuerzos que se originarían para dar sostenimiento a dos cazas con cadenas logísticas diferentes.

Al día de la fecha, durante los últimos años, la Fuerza Aérea ha impulsado diversos programas de recuperación del sistema de armas a fin de contar con un mayor número de unidades en condición de serviciable y en condición de vuelo, la realidad es que las metas fijadas por las autoridades estan lejos de cumplirse. Como fuera reportado previamente, por el entonces Brigadier Isaac, cuando aún era Jefe del Estado Mayor General de la FAA, indicó en 2023 que “…otra cosa que no es menor es la recuperación de A4, que es una realidad, y yo creo que si Dios quiere y anda todo derecho, estaremos llegando a fin de año a la decena de A4, de dos que empezamos…”. La realidad operacional de los Fightinghawk muestra que esta metas esgrimidas no se han cumplido, en el marco de una difícil situación socioeconómica y financiera que obliga a las Fuerzas Armadas, al igual que el resto del Estado Nacional, a racionalizar recursos y hacerlos rendir lo más posible.

Como fuera indicado en las previas líneas, todo lo anunciado parte de presunciones y someros análisis de la situación actual del Instrumento Militar de la Nación. Si bien la posible incorporación de los F-16 responde primariamente a la recuperación de la capacidad de interceptación supersónica pérdida con la baja de los Mirage/Finger en 2015, su arribo podría significar que los A-4AR podrían empezar a escribir sus últimas páginas de historia con la Fuerza Aérea Argentina. El tiempo dirá que sucede, pero el momento de tomar decisiones trascendentales sobre el futuro del sistema de armas se acercan independientemente de la llegada o no de los Fighting Falcon de la Real Fuerza Aérea de Dinamarca.

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