LA REALIDAD DE APTA CONTRA EL RELATO FALAZ Y CALUMNIADOR

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Desde que asumí mi primer mandato en 1992 como Secretario General de la Asociación del Personal Técnico Aeronáutico, di a APTA un cambio de rumbo sindical de 180 grados. Transformando un sindicato amarillista (sometido a todas las patronales), e intrascendente sindical y socialmente, en un gremio fuerte, reconocido y respetado tanto dentro del sindicalismo como de la sociedad. Eso hizo fuertes y respetados a todos los compañeros afiliados a APTA, dándoles poder para defender con justicia sus derechos e intereses ante cualquier empresa. Como, así también, poder ser dignificados y valorizados profesionalmente, demostrando que son genuinos profesionales de la seguridad aérea, una designación que hasta 1992 era exclusiva de los pilotos.

Fueron años durísimos de saqueo de Aerolíneas Argentinas y Austral por parte empresas españolas, por culpa de una vergonzosa privatización a la que me opuse desde el llano cuando era oposición, y que quienes conducían APTA en 1991 avalaron. Hubo que luchar para defender a las empresas nacionales y a los trabajos de nuestros representados, primero contra Iberia hasta el 2001 y luego contra Marsans hasta el 2008. Sumados, a los gobiernos de Argentina y España que cada uno a su tiempo fueron cómplices de los extranjeros expoliadores. Fuimos la única conducción gremial que desde el inicio de las privatizaciones denunciamos el robo sistemático empresarial junto con la explotación laboral. Gracias al liderazgo de APTA y mi rol protagónico, como la historia periodística ha muy bien documentado, en el 2001 Aerolíneas Argentinas y Austral no desaparecieron, al ser el único Secretario General entre todos los gremios aeronáuticos que se negó a firmar el Plan Director, propuesto por sus dueños españoles: una última trampa para terminar de robar a las dos empresas, para finalmente quebrarlas. Se me quiso comprar primero y extorsionar después con el despido de 500 compañeros, todo fue en vano, jamás firmé y todos nuestros compañeros fueron reincorporados. Como consecuencia de casi un año de lucha gremial y política liderada por APTA, los gobiernos argentinos y español no pudieron cerrar ambas empresas y debieron reprivatizarlas.

La lucha gremial de APTA bajo mi conducción, continuó aún con más fuerza y resistencia contra la compañía privada española MARSANS, la sucesora de Iberia en el control y saqueo de Aerolíneas Argentinas y Austral. También contra sus mismos cómplices, el gobierno argentino y español, más todos los medios de prensa de ambas naciones. Nuestra conducción sindical fue nuevamente la única que dio esa pelea. Lo hizo desde el inicio de la gestión de MARSANS al mando del nefasto Antonio Mata, quien también fracasó al pretender sobornarme para “que trabaje para él”. Mata inauguró la estrategia de mentir y difamar en gran escala, tanto en mi contra como en contra de APTA. La persecución también fue judicial, pero perdió todos sus juicios. Durante años logramos desde APTA y la Subsecretaría de Transporte Aerocomercial a mi cargo, que el gobierno nacional no le aprobara a MARSANS sus balances fraudulentos. Nunca le dimos tregua en nuestras críticas y denuncias fundadas. Y tampoco Mata y MARSANS lograron vencernos: luego de siete años interminables de confrontación gremial, judicial y política, MARSANS abandonó ambas empresas en el 2008. Fui citado a declarar en el Congreso y, orgullosamente, solo APTApudo entregar una voluminosa publicación con una selección de sus comunicados denunciando el vaciamiento de MARSANS, más, numerosas notas en su contra que firmé como Subsecretario de Transporte Aerocomercial. El gobierno nacional finalmente reestatizó ambas compañías, aunque en principio pretendía reprivatizarlas, asumiendo una propuesta que impulsé de comprarla por un valor simbólico de un peso. Habíamos ganado junto a nuestros leales compañeros, una larga lucha de casi 20 años por salvar a Aerolíneas Argentinas y Austral de sus depredadores españoles, sus cómplices mediáticos y gubernamentales. 

De igual forma dimos la tenaz pelea por rescatar la fábrica de aviones de Córdoba también vilmente privatizada en los 90, vaciada y paralizada por una subsidiaria de la empresa estadounidense Lockheed Martin. Desde mi primer mandato nunca dejamos de denunciar su pésima administración y reclamar que fuera rescatada de sus dueños extranjeros. Lo cual finalmente se consiguió a fines de 2009 con su reestatización.

Sin las luchas insobornables y constantes de APTA, Aerolíneas Argentinas, Austral y la Fábrica de Aviones de Córdoba (hoy Fadea), hubieran desaparecido hace rato. La historia siempre le dio la razón a APTA y nuestra conducción, siempre nos reivindicó. 

Durante el 2003 y el 2007 ejercí como Subsecretario de Transporte Aerocomercial, en uso de licencia como Secretario General de APTA, no cobrando ni viáticos gremiales ni sueldo como empleado de Aerolíneas Argentinas. Entre otras cuestiones significativas, además de impulsar las impugnaciones a los balances de MARSANS. Tuve la responsabilidad de estipularle a todo el personal de LAN sus actuales condiciones convencionales, sin que perdieran ningún derecho laboral con su traspaso a una nueva empresa; y, garantizarles que al menos por tres años no habría despidos. También impulse la creación de la actual ANAC, para poner bajo control civil la aviación general y aerocomercial, sacándolas de la órbita militar donde estaban hacía más de 50 años.

Al regresar a mi cargo de Secretario General en el 2008, dado que mis enfrentamientos y denuncias públicas hacia el ex Secretario de Transporte Ricardo Jaime hicieron imposible que continuara en el gobierno, empecé a ser informado por cientos de compañeros con los que me reunía, que un grupo de ocho miembros de la conducción de APTA había sido cómplice de MARSANS y que, además, apretaba y perseguía sindicalmente a sus críticos o a quienes no se le sometían. Ante mi confrontación con ese grupo de los ocho y mi decisión de revertir totalmente ese inaceptable accionar antisindical, hubo un intento de golpe institucional por parte de esos miembros traidores. Se intentó desplazarme de la conducción de APTA junto a los restantes miembros leales. Lo cual fue impedido -a la vez que nuestro sindicato recuperado de su ocupación-, gracias a la colaboración y apoyo masivo que recibí desde todas nuestras bases. Valientes y honorables compañeros, a los nunca he dejado de recordarlos ni tampoco de agradecerles. Retribuyéndoles de la única forma que lo puedo hacer, con mi trabajo y entrega permanente para hacer valer sus derechos laborales y sociales.

Con Aerolíneas Argentinas, Austral y Fadea reestatizadas, seguimos sufriendo por culpa de quienes la condujeron desde el Estado nacional, graves problemas productivos, laborales y gremiales; los cuales seguí enfrentando junto a mi conducción, con la misma conducta, capacidad y firmeza, que puse de manifiesto desde mis inicios como Secretario General.

Valorando la conducta gremial de APTA y sus conquistas, se acercaron los compañeros Controladores de Tránsito Aéreo para sumarse a nuestro sindicato. Hoy representamos a cientos de ellos, y juntos hemos podido mejorar su respeto profesional, sus condiciones laborales, sus niveles salariales; como, así también gracias a nuestras denuncias, la calidad de la infraestructura aeroportuaria y la tecnología existente en muchos aeropuertos nacionales. Seguimos luchando para que el control de la aviación aerocomercial y general retorne a la órbita civil, sin injerencia militar. Lo que tampoco han logrado otras organizaciones sindicales de la actividad».

Apenas asumimos este último mandato a fines del 2011, sufrimos tanto la conducción como los representados por APTA, el embate del gobierno nacional que nos acusó de un falso paro en Aerolíneas Argentinas, causado por un colapso en el servicio por la falta de disponibilidad de aeronaves, consecuencia de la mala gestión empresarial. El gobierno usó esa farsa para tratar de arrebatarnos la personería gremial, lo cual gracias a la tarea de nuestros abogados, un fallo judicial finalmente impidió. Fue el primer intento desde el poder central, por domesticar y someter al movimiento sindical.

Sugestivamente, surgieron inéditos frentes de conflicto internos. Se empezó a ocultar la verdad y desinformar a nuestras bases desde un grupo de delegados, quienes sistemáticamente mentían a sus representados diciendo, “la Comisión Directiva no nos informa”, en una estrategia obvia para aislar a la Comisión Directiva de APTA de sus bases, creando desconfianza y malestar hacia ella. Deben existir pocos sindicatos que informen tanto como APTA. Sea de palabra a través de su estructura gremial (Secretario y Prosecretario Gremial más cuerpos de Delegados) como por escrito. Con numerosos comunicados emitidos cada vez que algún hecho lo justifica. Los cuales se colocan en su página web para que cualquier afiliado los consulte (es su deber informarse regularmente en dicha página); y también se distribuyen en papel hacia cada Delegación de Base. Si llegan o no a cada compañero, es responsabilidad exclusiva de sus delegados de Base y/o Sector. La verdad es que esta Comisión directiva como todas las que he dirigido, han informado de todo y a todos permanentemente.

A partir de ese momento, se continuó sin pausa desinformando, tergiversando las acciones gremiales que efectuaba la Comisión Directiva y calumniando a sus miembros, en un real extravío por desestabilizar a la C D y alcanzar el poder en APTA a cualquier precio. Los implicados, en muchos casos delegados, que tienen el deber de ser honestos con los compañeros que representan, usaron ese poder para deslealmente engañarlos en su propio y personal interés.

Este accionar de atacar permanentemente a la C.D, todo es siempre crítica, queja y condena haga lo que haga, es obviamente funcional a la estrategia patronal de dividir y debilitar a APTA y a sus afiliados, para someterla igual que hizo con otros sindicatos aeronáuticos. Es, además, una estrategia característica del gobierno nacional (la patronal de Aerolíneas Argentinas y Austral), contra todas las organizaciones sindicales, políticas, judiciales y sociales, como es de público conocimiento. Siempre busca dividir captando adeptos a quienes maneja a su antojo, para poder controlar cualquier organización o institución. Lo que no pudo lograr por afuera confrontando con APTA y mi persona, lo intentaba lograr por dentro para dominarnos tanto a dirigentes como a afiliados.

Lo mismo sucedería en Fadea y LAN, donde operadores del gobierno actuaron abiertamente, comprando voluntades y/o ejerciendo coerción para formar sindicatos títeres patronales. Dados los reiterados informes y denuncias públicas de APTA, exponiendo a Fadea como “la fábrica que no fabrica”. Y, la decisión que solo nuestro sindicato adoptó, de decretar un paro nacional para impedir que el gobierno nacional expulsara a LAN de Aeroparque, lo que hubiera provocado el despido seguro de cientos de sus trabajadores.

Como nuestros opositores solo han sabido criticar por criticar o hacer seguidismo del liderazgo de nuestra conducción; como han sido incapaces de acreditar alguna lucha, logro o triunfo trascendente para beneficio de sus compañeros, pretenden “construir poder” para adueñarse de APTA utilizando cualquier truco sucio: la mentira, el engaño, la negación, la difamación y las calumnias, para falsear la verdad sobre los reales hechos gremiales que la Comisión Directiva de APTA concreta. Como, para ningunear y descalificar a sus miembros.

Son aplicados alumnos de las enseñanzas de propaganda política del ex ministro nazi de propaganda Joseph Goebbels, quien entre otras estrategias decía, “Miente, miente, miente que algo quedará, cuanto más grande sea una mentira más gente la creerá.”. Y, “Una mentira repetida adecuadamente mil veces se convierte en una verdad.” 

Todas falsedades y ataques viles, hechos desde la cobardía del anonimato, mediante sellos vacíos sin nombres ni firmas. ¿Cómo se le puede creer algo a quienes no tienen el valor y la honestidad de firmarlo, dando la cara ante sus compañeros? Este Secretario General y la Comisión Directiva de APTA, siempre asumen públicamente su responsabilidad en lo que dicen y hacen.

La causa de tanta oposición y enemistad desde la patronal/gobierno nacional contra mi persona y la conducción de APTA, ha sido nuestra decisión responsable y combativa de servir incondicionalmente a los intereses de nuestros afiliados y de la industria aeronáutica nacional. Denunciando desde el 2009 la malas administraciones de Aerolíneas Argentinas, Austral y Fadea, que ponen en grave riesgo su continuidad empresarial; como reclamando insistentemente en todas esas empresas, la falta de inversiones productivas en capital de trabajo y capital humano. Inversiones materiales y profesionales indispensables para preservar y generar el trabajo técnico aeronáutico nacional, en mantenimiento y reparación de aeronaves, como, el necesario para la fabricación local de nuestros aviones. El precio que hemos debido pagar, son ataques de todo tipo desde afuera y adentro de APTA. Estamos dispuestos a seguir pagándolo.

Quienes nos critican, en cambio, se conforman y aplauden una mera obra civil de un taller. Nosotros, seguimos reclamando bancos de prueba para procesar motores en el país y no mandarlos al exterior, ahorrando en gastos de divisas y ganando trabajo técnico aeronáutico nacional. Solo cuando eso se cumpla aplaudiremos. No nos conformamos tampoco con el insuficiente y vergonzoso rol de Fadea, reducida a una armaduría de kits de aviones comprados en el extranjero; o limitada a fabricar ínfimas partes de aeronaves para aviones brasileros. Queremos y seguimos exigiendo el desarrollo y la fabricación integral de aviones civiles y militares, en la Argentina.

Nunca hubo un comunicado de ninguna facción de APTA solidarizándose y respaldando a la Comisión Directiva, en esta crucial lucha por la defensa y aumento de nuestros puestos y fuentes de trabajo, que hemos dado y seguiremos dando. Porque a nuestros detractores solo les interesa lograr el control de APTA, no lo que en verdad favorece y necesitan sus compañeros y nuestro país. Solo buscan con sus infamias e hipocresías, hacer quedar a la actual conducción sindical como malísima, para poder venderse ellos como buenísimos.

Se equivocan totalmente. Subestiman la inteligencia y el conocimiento de nuestros compañeros.

No se puede pretender la UNIDAD, en base a falacias e insultos que solo sirven para generar grietas internas, en beneficio de la patronal. No se puede declamar INDEPENDENCIA, cuando se es apéndice y se está al servicio de un partido político, en lugar del sindicato y sus compañeros.

APTA ha sido y será siempre bajo mi conducción, un sindicato combativo y REALMENTE independiente. Tanto de las patronales como de cualquier partido político, sea el que gobierna o uno opositor. ES TAN NEFASTO PARA UN GREMIO Y SUS TRABAJADORES, SER DEPENDIENTE DE UNA PATRONAL COMO DE UN PARTIDO.

UN SINDICATO SOLO DEBE DEPENDER DE SUS TRABAJADORES, PARA PODER SERVIR SOLO A SUS TRABAJADORES.

strong>Convocamos, por lo tanto, a todos los compañeros sin exclusión. Para sumarse esta nueva epopeya que debemos enfrentar y liderar desde ahora en adelante. Ya sea en la ardua defensa diaria de nuestros derechos laborales y profesionales; como, en la preservación de nuestras empresas y empleos, hoy en peligro real de desaparición igual o peor que en el 2001. Desafíos que necesitan y convocan a todas las generaciones que conviven en APTA, para poder ser superados a nuestro favor.

NOSOTROS HEMOS HECHO A APTA FUERTE Y RESPETADA, HEMOS JERARQUIZADO PROFESIONAL Y SALARIALMENTE A NUESTROS COMPAÑEROS Y COLEGAS, Y HEMOS SALVADO A AEROLÍNEAS ARGENTINAS, AUSTRAL Y FADEA, DE SU DESAPARICIÓN.

NOSOTROS LO HEMOS HECHO, LO SABEMOS HACER Y PODEMOS SEGUIR HACIÉNDOLO. HEMOS PROBADO, REITERADAMENTE, TENER LA VOLUNTAD, LA VALENTÍA, LA CAPACIDAD, EL CONOCIMIENTO, LA EXPERIENCIA Y, LOS MEDIOS GREMIALES NECESARIOS PARA LOGRARLO.

NOSOTROS, COMPAÑEROS, SOMOS USTEDES Y ESTA CONDUCCIÓN DE APTA.

Buenos Aires, 18 de mayo de 2015

Ricardo CIRIELLI
Secretario General

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