Los sectores «dialoguistas» de la CGT cargaron contra Pablo Moyano: «portador de apellido», «outsider» y «usable»
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La renuncia de Pablo Moyano a su cargo de cosecretario General de la Confederación General del Trabajo (CGT) puso de manifiesto aún más claramente las tensiones entre sectores dialoguistas y combativos que atraviesan a la central obrera. Dirigentes de primera línea que apuestan al diálogo con el Gobierno de Javier Milei cuestionaron en duros términos la decisión del referente camionero, ratificando su estrategia de negociación, mientras que el cosecretario General Héctor Daer renovó sus críticas al oficialismo pero sin plantear ningún plan de lucha en lo inmediato.
En el marco de la XXVI Jornada de Pastoral Social «Fraternidad y amistad social: camino para la paz y el desarrollo integral», realizada en el auditorio de la Federación de Obreros y Empleados Telefónicos (FOETRA), Daer retomó sus críticas al Gobierno de Milei, cuestionando “las políticas que llevan al individualismo absoluto, a la falta de fraternidad y al sálvese quien pueda”. Luego, criticando la dramática crisis económico social que atraviesa nuestro país, remarcó que “no somos todos tan libres, ni somos todos iguales”, en referencia al aumento de la pobreza y la desigualdad. El dirigente de Sanidad no hizo referencia alguna a la salida de Moyano de la conducción cegetista, sentando una posición que no fue compartida por los sectores de la central obrera que tienen más diálogo con el oficialismo.
El titular de la Unión del Personal Civil de la Nación (UPCN) Andrés Rodríguez ratificó la unidad sindical pocas horas después de la renuncia de Moyano y aclaró que el cargo directivo sigue a disposición de Camioneros: “No nos tomó tan de sorpresa. Veíamos que había un espíritu para decidirse, pero a la institución no le afecta porque el cargo corresponde a la organización sindical, y Camioneros no se va de la CGT. Nombrará un representante que reemplazo el compañero Pablo Moyano, pero no se va. Por lo tanto la unidad de la CGT está asegurada. Y en ese sentido nosotros, por supuesto, seguiremos accionando como en cualquier institución”. En la misma línea, cuestionó la decisión “unilateral” de Moyano, de hablar de un paro en diciembre que “no había sido tratado en absoluto en el seno de la propia CGT”.
El dirigente de un sector de los trabajadores estatales, que en los últimos días brindó distintas entrevistas en las que ratificó su línea negociadora con el oficialismo de Javier Milei, reafirmando que “no hay condiciones” para la convocatoria a una nueva medida de fuerza, también planteó que el diálogo oficial con Camioneros se realiza por intermedio de Hugo Moyano, que representa una posición mucho más alineada con la estrategia dialoguista que su hijo Pablo. Aunque dejó abiertas las puertas al conflicto si desde el Gobierno “cierran las puertas”, ratificó la apuesta por el diálogo: “Por supuesto que está el derecho constitucional de huelga y las conflictividades que puedan desplegarse desde la CGT, pero en este momento hay una oferta para hacer una conversación tripartita. Vamos a intentar por ese camino lograr algún acuerdo”.
También el dirigente de la UOCRA Gerardo Martínez, otro dirigente con muy buena relación con funcionarios de primera línea, reivindicó la relación con Hugo y criticó a Pablo Moyano: ““No le quiero dar un matiz político, creo que tiene que ver con una metodología propia que tiene Pablo. Tomo como referencia lo que dice Hugo, de que Pablo no firma, ni administra ni gerencia ni el sindicato ni la obra social. Por lo tanto es un outsider, un líbero, y me parece que ahí está el problema de Pablo, que nunca tuvo a su cargo una responsabilidad de gestión y es solamente portador de un apellido”. Para terminar sostuvo que el camionero es “fácilmente usable” por el kirchnerismo. Y concluyó: “Creo que él es funcional a todos aquellos que buscan la confrontación. Y nosotros observamos que el sindicalismo no debe ser la guardia pretoriana de nadie, el sindicalismo es una estructura sólida que representa los intereses de los trabajadores y no puede ser parte de la alquimia de algún sector político.