Norwegian: su futuro pasa por ser una aerolínea local

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LOS ADMINISTRADORES HABLAN DE CERRAR LOS VUELOS TRANSOCEÁNICOS

La intervención judicial debe culminar con un proyecto viable que sólo puede ser escandinavo
La dirección general empieza a admitir que todo lo que hecho desde 2012 hay que desmontarlo

Ha llegado la hora de la verdad: Norwegian, si quiere sobrevivir, tendrá que convertirse en una miniaerolínea regional y olvidar todos sus sueños de grandeza. Y la dirección lo entiende. No queda más remedio: las rutas intercontinentales que no eran rentables habrán de ser abandonadas y el reloj de la compañía deberá retroceder al año 2011 y 12, antes de la expansión (Norwegian: preconcurso de acreedores para tres de sus empresas en España).

Si la reorganización de su operativa tiene éxito –que es posible, pero no seguro–, el precio será la venta de sus once Dreamliners (Boeing 787) que son de su propiedad y la devolución de los demás, arrendados, con los que cubría las rutas transoceánicas. En el futuro, deberá operar con los 737 que le quedan. Jacob Schram, el director general, en las últimas entrevistas a la prensa noruega empieza a aceptar que el futuro será regional (Norwegian gana tiempo para afrontar su última oportunidad).

Esto es lo que los administradores consideran viable y que puede permitir el diseño de una recuperación de la marca. Todo lo que Bjorn Kjos hizo desde 2013, con vuelos a Nueva York, Buenos Aires o Bangkok, hay que deshacerlo. O, en realidad, hay que mantenerlo deshecho, porque hoy ya no queda nada, salvo los aviones aparcados en tierra.

Actualmente Norwegian opera un servicio mínimo bajo protección por bancarrota y está tratando de recapitalizarse para sobrevivir. Pero la intervención judicial está orientada a crear una compañía viable. Por eso la protección judicial de las quiebras instadas tanto en Irlanda como en Noruega.

Anticipándose a lo que se viene, la compañía ha estado limpiando algunos aviones que están estacionados en Stavanger.

El periódico Dagens Næringsliv (DN) publicó que la dirección de la compañía asume su futuro y que contempla como inevitable el cierre permanente de sus rutas de larga distancia. A cambio, la aerolínea podría sobrevivir en Noruega, Escandinavia y cercanías. La dirección busca desesperadamente dinero, pero los inversores no quieren saber nada sin un proyecto viable.

Fuente: preferente.com
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