PRIMER SEMINARIO Seguridad Aerocomercial en la Era de la Globalización
Durante los días 23 y 24 de noviembre se llevó a cabo en Sheraton Buenos Aires Hotel & Convention Center el 1er seminario sobre Seguridad Aerocomercial en la Era de la Globalización organizado íntegramente por A.P.T.A.
Ricardo Cirielli Secretario General Mensaje de apertura del seminario
MENSAJE
Buenos días. Bienvenidos a todos, y muchísimas gracias por haber respondido a nuestra convocatoria. Ha constituído un esfuerzo muy grande para nuestra Asociación, poder organizar en forma exclusiva estas reuniones. Agradezco, desde ya a todos y cada uno de mis colaboradores quienes con tanta entrega y devoción han trabajado constantemente, para conseguir hacer realidad nuestro proyecto. Para ellos vaya mi mayor agradecimiento. Pero todo nuestro sacrificio, por mas importante que pueda haber sido, hubiera resultado inútil sin la magnífica predisposición y espíritu de cooperación para con nuestro país, y con la Asociación del Personal Técnico Aeronáutico en particular puesta de manifiesto desde el primer momento por nuestro colega y amigo John Goglia, y todo su equipo de la NTSB. Tanto en los inicios con los primeros contactos vía telefónica, como luego en nuestra primera entrevista en Washington, John y sus colaboradores mostraron una clara y firme predisposición para aceptar nuestra invitación y realizar desinteresadamente esta visita, su primera a la Argentina.
Todos los Técnicos Aeronáuticos en especial su Secretario General quien debe sumar motivos personales, guardaremos una deuda de agradecimiento y reciprocidad con John Goglia y la NTSB. Es por consiguiente un honor y un orgullo para nosotros, tener en Bs. As. tanto a John como a Barry Sweedler y Jeff Leed, dictando este Seminario de dos días, sobre Seguridad Aérea en la Era de la Globalización. Constituyan éstas, nuestras palabras de bienvenida oficial.
Antes de iniciar nuestra agenda de hoy, permítanme una breve introducción sobre la orientación y objetivo de estos encuentros. Sobre lo que ha impulsado a nuestra Asociación a organizarlos. Desde hace ya tiempo los actuales miembros de la conducción de APTA, comenzamos a preocuparnos por la calidad del mantenimiento aeronáutico, en nuestro país y en el mundo, con su inevitable incidencia en la seguridad del transporte aéreo. Una relación causa efecto cuyos resultados crecientemente negativos, se han ido agravando con la misma aceleración con que lo ha hecho, la globalización económica y la desregulación aerocomercial a nivel mundial; la cual comenzó a mediados de la década del 70, debido a la suba desmesurada de los precios del petróleo. A partir de ahí, la consigna empresarial fue bajar permanentemente los costos – todos los costos – para volar cada vez más barato. Una de las víctimas de ésta política, fue el sector de mantenimiento, reparación de aeronaves y equipos de vuelo de las aerolíneas. Así lo confirma el mismo John Goglia en declaraciones a la revista Aviation Maintenance en Marzo de 1997, diciendo que, » los departamentos de mantenimiento han sido colocados bajo la lupa como resultado de una intempestiva serie de incidentes y accidentes. Y, puesto que se ha demostrado que el mantenimiento fue la causa fundamental en varios de ellos, el proceso de mantenimiento está justificadamente siendo investigado».
A través del tiempo el avance constante del proceso globalizador en todo el planeta, exacerbó la competencia mundial y agravó los problemas de seguridad en vuelo. Hasta tal punto llegó ese agravamiento, que según estimaciones de la empresa Boeing avaladas por FAA, de continuar con la actual tasa de aumento de accidentes, habra antes del 2005 una catástrofe aerocomercial en el planeta casi una vez por semana. El riesgo se multiplica por el aumento constante del tráfico aéreo mundial, un dato que debería preocupar especialmente a las autoridades gubernamentales latinoamericanas, considerando que la perspectiva para la región es aún peor, puesto que la tendencia de expansión del mercado latinoamericano es superior a las de las restantes zonas del mundo. Esta seria preocupación , generó nuestro proyecto para defender el derecho a la vida de pasajeros y trabajadores aeronáuticos bregando por optimizar la seguridad en vuelo que ofrecen las empresas aerocomerciales, a partir de las tareas que se realizan en el área de mantenimiento aeronáutico; como así también, propugnando para que el nivel de seguridad que ofrece cada compañía sea transparente, o de público conocimiento por todos lo usuarios. Una primera etapa de ese proyecto se cumplió con la publicación del Informe sobre Seguridad Aérea, el cual se le ha hecho entrega a cada uno de ustedes. Debemos ser sinceros y hablar sin eufemismos: es un acto criminal si un automovilista mata a un peatón por no respetar una señal de tránsito; es un acto criminal si muere un obrero de la construcción porque no se tomaron las medidas necesarias; y es un acto criminal, si mueren seres humanos que viajan en una aeronave porque deliberadamente, para abaratar costos y aumentar ganancias, se omitió el necesario y posible mantenimiento tanto del avión como de sus equipos.
Estos son actos de corrupción, contrarios a la ética que debe imperar en los negocios y las empresas. Como bien afirmó recientemente el sociólogo francés Gilles Lipovetsky, en su conferencia sobre ética y negocios dictada en Bs. As., » hasta mediados de éste siglo todavía perduraba algo de la ética cristiana que contemplaba el aspecto humanitario: los negocios no debían negar los valores humanos. Mas tarde el mundo se tornó mas competitivo y las órdenes del día fueron la competencia y la eficacia. El neoliberalismo y la desregulación de la economía provocaron este cambio de ángulo. Surgieron los fenómenos de la corrupción y enriquecimiento veloz» . Según Lipovetsky que es un liberal, de ninguna manera un estatista o nostálgico de izquierda, » teníamos el hábito de separar la ética y las empresas, como si los negocios solo fueran cuestión de eficacia. Las cosas han cambiado mucho, hoy en el corazón mismo del mundo de los negocios existe una toma de conciencia de que es conveniente evitar el cinismo, que el comercio, la banca, y la esfera económica necesitan de reglas y valores», y concluye, la ética no puede convertirse en un simple cálculo empresario. El respeto a la vida, la dignidad laboral y seguridad no son negociables». Este es precisamente el tema central de nuestro Seminario. Los valores que APTA rescata y propicia y el horizonte de sus objetivos. Es por ello que afirmamos que en toda empresa aerocomercial debe existir un código de ética, donde en uno de sus puntos se exija, como política empresarial: brindar el máximo de seguridad aérea posible a quienes son sus clientes. A quienes le confían sus vidas y las de sus familias, cada vez que son sus pasajeros. Un requisito, tan obvio, elemental e insoslayable que ni siquiera debería ser formulado, si no existieran los problemas de seguridad que hoy afectan a la industria. Si no existieran, por ejemplo, en un medio como el nuestro, empresarios arribistas inescrupulosos y desprejuiciados, que puedan confesar públicamente con total temeridad que, » con los aviones me gusta jugar y ganar plata, como textualmente afirmó el año pasado, un importante empresario aerocomercial argentino, que por supuesto no auspicia este seminario, y que acaba de declarar que su target empresarial es, «ser experto en costos bajos. En vender barato». Un móvil de negocios válido para un almacenero, pero jamás para un empresario del transporte aéreo. Lo lógico, lo normal, hubiera sido que declaraciones como éstas provoquen un escándalo, tanto en los organismos de control aeronáutico pertinentes, que deberían poner bajo una severa y especial atención las condiciones de seguridad de esa empresa.Algo que no me he enterado que sucediera.
Como entre los pasajeros de avión, quienes antes de irreflexivamente restregarse las manos porque van a viajar mas barato, deberían preguntarse en donde y en cómo se bajan los costos para rebajar los precios. Cuánto crece su riesgo personal por cada peso que se rebaja su pasaje aéreo. Sobre todo cuando una empresa desata una competencia caníbal. Lamentablemente, en los usuarios no existe conciencia sobre éstas cuestiones de seguridad; a pesar que la aprehensión a volar está presente en mayor o menor medida en todos los pasajeros. En parte quizás, por un natural mecanismo psicológico de represión y defensa; pero en mucho porqueel tema no tiene «visibilidad » (la transparencia que nosotros queremos darle), ni por parte de los entes estatales de control, ni por las empresas que jamás venden un pasaje por lo que debería ser el argumento racional más importante: la seguridad en vuelo que brindan. Sólo se vende por el precio, la hotelería, las ventajas horarias, o por ejemplo, por el pseudo mérito de que una aerolínea siempre sale, bajo cualquier circunstancia. Nunca hubo hasta ahora en el mercado, un audaz que ofreciera sus servicios por el nivel de seguridad que brinda su empresa, por la protección que ofrece a la vida de sus clientes. Tal vez, si algún día un transgresor se atreviera a hacerlo, comprobaría que no solo funciona para vender pasajes, sino que puede ser la principal ventaja comparativa que tiene su empresa. Los pasajeros de avión han caído en el falso supuesto, de considerar que todas las líneas aéreas son igual de confiables por su seguridad, o que la misma es un atributo inseparable de la aeronavegación. Esta percepción distorsionada que hace ver al avión como una máquina infalible, por el deslumbramiento que su alta tecnología provoca, impide una comparación mucho más acertada, con una máquina mejor conocida por nosotros: el automóvil. Ambos para ser confiables, precisan tanto de un diestro conductor como de un correcto mantenimiento. Este esclarecimiento público, es parte de la tarea en que está empeñada nuestra Asociación. Es indudable que no son solo las empresas, las organizaciones donde puede anidar la corrupción. También lo puede ser un Sindicato. La clave es que la institución funcione en forma democrática, que es el único sistema que permite su autocorrección. Por lo tanto la corrupción podrá ser eliminada, mediante controles que detecten al corrupto y lo sancionen. Incluso, con la expulsión de esa Institución. Cuando hablo de Instituciones no excluyo a ninguna. Tampoco a los Organismos de control del Estado. Es corrupción por ejemplo, si un investigador de uno de esos organismos trabaja simultáneamente, en una de las empresas aerocomerciales a la cual es su obligación auditar. Sucediendo esto, a sabiendas y con la tolerancia de las autoridades, tanto del ente de contralor como las empresariales. Lo cual es legal y moralmente inaceptable. Y no me estoy refiriendo a un caso hipotético, sino que estoy denunciando un caso real. El organismo de control, es la Junta Nacional de Investigación de Accidentes Aéreos y la empresa aerocomercial es Lapa.
Precisamente, entes de supervisión gubernamentales honestos y eficaces son indispensables para garantizar una aeronavegabilidad segura a los usuarios. En todo el mundo, y por supuesto en nuestro país, el paso abrupto de una política económica de neto corte estatal a otra neoliberal produjo cambios drásticos muy difíciles de asimilar dentro del aparato del estado, a causa de los severos y constantes recortes presupuestarios, que han afectado a su infraestructura y a sus planteles profesionales. Ello socavó inevitablemente, el cabal cumplimiento de sus funciones por parte de las organizaciones de contralor estatal. Con el agravante, que significó un aumento desmesurado en los pasajeros totales transportados en nuestro territorio, equivalente al 93.45% (variación entre 1991 y 1997); sumado además, al incremento que hubo en las aeronaves comerciales que operan en nuestro territorio, equivalente al 211,11% (variación entre 1991 y 1997). Ese proceso de debilitamiento del estado y de laxitud en las regulaciones, tiende a ser revertido en todo el mundo, en todos los órdenes y en todos los temas. Si bien el liberalismo se impuso sobre la economía centralizada y estatizada, tampoco el libre mercado puede existir y perdurar sin reglamentaciones. Como acertadamente sostiene otro sociólogo francés, en éste caso Alain Touraine, «el mercado tiene una gran capacidad para destruir un orden económico y social existente, pero no puede crear por sí mismo un nuevo orden social». Oskar Lafontaine, el actual ministro de finanzas alemán, completa este análisis cuando declara que,» toda actividad de los mercados debe ser regulada con responsabilidad social». Y finalmente, en total acuerdo con éstas ideas y ésta etapa de evolución liberal, el presidente de la IATA (Asociación Internacional del Transporte Aéreocomercial) ha expresado que » la desregulación es un término económico, mientras que la seguridad es un concepto técnico, que es prioritario en la aviación».
No cabe duda, que resulta indispensable si se quieren mejorar nuestros estándares de seguridad aerocomercial, que es necesario fortalecer en todo sentido los organismos de supervisión gubernamental. Organismos, que según el convencimiento de nuestra Asociación, deberían ser de orden civil para auditar la aviación civil, y no encontrarse como ahora en la esfera de control militar, Una idea y un modelo operativo para nada novedoso inventado por APTA, si no que es aceptado y vigente en todo el mundo. Excepto en la Argentina y en algún otro país del continente africano. Nuestra propuesta consiste en que existan entes de contralor, cuyos miembros sean designados por el congreso nacional, y también puedan ser removidos por el mismo, aunque dichos entes funcionen bajo la órbita del Poder Ejecutivo. Sus integrantes deberían incluir a representantes de las Asociaciones sindicales de la industria relacionadas con la seguridad aérea. Sin discriminar a nadie por su formación, por lo cual podría integrarlo también personal militar, siempre que por su conducta y curriculum profesional en contraposición con otros postulantes así lo amerite. Y queremos dejar bien en claro, antes que algunos pícaros comiencen a rasgarse las vestiduras clamando por un supuesto ataque a las fuerzas armadas, con el solapado propósito de defender sus espacios de poder personal, que nada más alejado está en nuestras intenciones que el menoscabo de la fuerza aérea, que es quien ejerce todos los mecanismos de control de la aviación comercial en la Argentina. Al contrario, porque pretendemos instituciones de defensa nacional eficientes y poderosas al servicio de la democracia, es que estamos convencidos que nos serán mucho más, si destinan todos sus esfuerzos y recursos a las actividades de su área específica, y dentro de la cual se han especializado. Es decir la militar. Dejando a los poderes civiles del estado, por razones similares de competencia, eficiencia y especialización, que ejerzan el contralor técnico y de seguridad de la aviación del ámbito civil. Dentro del tópico de las regulaciones que ineludiblemente le competen al estado, no quiero omitir destacar una ominosa deuda que mantiene nuestra actual legislación con toda la sociedad, en relación a los montos de seguro que se pagan, tanto a trabajadores como a pasajeros víctimas de una tragedia aérea. Solamente cabe decir para definir la gravedad del problema, que mientras los montos y la forma de pago de las indemnizaciones sean tan irrisorias, siempre se promoverá la existencia dentro de la actividad de empresarios y o ejecutivos, que razonen que si es mas barato matar gente que invertir en seguridad, es preferible y razonable: matar gente. Es por ello, que resulta apremiante modificar los montos de las reparaciones materiales y de las multas a las empresas, que por acción u omisión cometen fallas de seguridad, para que sean mucho mas elevadas. Como uno de los reaseguros esenciales para garantizar que en nuestro país exista una aeronavegabilidad confiable. No es tampoco ninguna ocurrencia caprichosa de APTA, es hacer algo similar a lo que ocurre en las naciones mas desarrolladas del planeta, al menos que alguien crea y sostenga que la vida humana tiene un valor muy inferior en el hemisferio sur, en comparación a la que se le da en el hemisferio norte. Mientras esa corrección en nuestra legislación no sea efectuada, tendremos que asistir con congoja y con verg¸enza, al luctuoso peregrinar por el mundo de familiares de muertos en accidentes de aviación argentinos, en busca por tribunales extranjeros de resarcimiento justo que nuestra normativa le niega. La cual paradójicamente, termina sirviendo como escudo salvador de sus responsabilidades a esas mismas empresas negligentes a las que debería ser capaz de sancionar. Deseo hacer notar a todos los asistentes, que durante el presente seminario se desarrollará por primera vez en nuestro país, el tema de los factores humanos en el mantenimiento aeronáutico y sus efectos sobre la seguridad aérea. Las nociones que se impartirán, están basadas y extraídas del programa precursor sobre este tópico, desarrollado precisamente por nuestro invitado John Goglia. Si bien este es un objeto de estudio aún inédito en nuestro medio, ya lleva varios años de ser analizado y dictado como curso regular de la industria, tanto en EE UU como en Europa. Los estudios sobre factores humanos en mantenimiento y su rol en la generación de incidentes y accidentes de aviación no son recientes, pero la reiteración en estos últimos años de fallas en mantenimiento que afectaron la seguridad en vuelo, impulsó la focalización de la investigación en el factor humano. Ello desembocó, en la preparación de cursos de capacitación, para hacer el proceso de toma de decisiones del área técnica mucho menos falible. Algo similar a lo realizado durante décadas respecto de los pilotos, y como se tomaban las decisiones en la cabina. » Ellos -como ha dicho John Goglia- tienen 25 años o más de ventaja sobre el tema de factores humanos. Aquí estamos en mantenimiento en los 90, recién comenzando». Confiamos y deseamos que éste sea el puntapié inicial para cursos permanentes sobre factores humanos en mantenimiento, dictados en todas nuestras empresas aerocomerciales, y también fuera de ellas. Desde ya nuestro gremio, con la colaboración de la NTSB, se está preparando para impartirlos. Una experiencia de actividad conjunta con los sindicatos que no es novedosa para la NTSB. Avalamos e impulsamos estos cursos, porque sabemos que sus resultados han sido muy buenos para mejorar la calidad de la producción, reducir errores, e incrementar la seguridad. Como sostuvo Cliff Stroud, el editor de la revista Aviation Maintenance: » qué es lo mejor respecto del entrenamiento en factores humanos?. Que ello realmente funciona. No solo para generar un mas productivo y saludable lugar de trabajo, sino que además, ahorra dinero». Uno de los aspectos mas enriquecedores para la actividad local del estudio sobre los factores humanos en mantenimiento, también llamado MRM (Maintenance Resource Management), será que pone el acento en el aspecto comunicacional, promoviendo lo que denomina como comunicación efectiva, tanto dentro de los equipos de trabajo como en ambos sentidos jerárquicos. Señalando a esa comunicación como esencial para una operación segura de mantenimiento y el aumento de la eficiencia. Una práctica, ese tipo de comunicación, de imprescindible adopción e introducción en las áreas de mantenimiento locales, donde aún predomina el mismo estilo de liderazgo y conducción de los orígenes de la industria. Un estilo que puede ser definido como de, autocracia autosuficiente, en la que prevalece mas la intimidación que la comunicación. La razón de la fuerza, mas que la fuerza de la razón. Algo que el MRM define claramente como comunicación inefectiva y totalmente opuesto a su modelo relacional. Resulta necesario también, que materias sobre estos temas sean incorporadas a los niveles secundarios y terciarios de la actividad académica, a los efectos de formar una nueva generación de profesionales del área técnica, no solo con la información tecnológica actualizada, sino con una formación incluso adecuada, en cuanto al tipo de organización y relaciones internas que debe existir en una empresa moderna. Además de ser provistos con una adecuada conciencia, como personas y profesionales, respecto de cual es el lugar prioritario, que la seguridad debe ocupar dentro de su actividad, y que ellos tienen el derecho y el deber de defender. La Asociación del Personal Técnico Aeronáutico, ha puesto sus mayores y mas altas expectativas en la organización de éste seminario. Sobre todo, para favorecer la toma de conciencia por parte de los usuarios respecto de la seguridad aérea. Para que sean lúcidos y racionales a la hora de comprar un pasaje. Que averig¸en la seguridad en vuelo que ofrece cada aerolínea y no solo su confort y precio. Pero para que el pasajero común pueda llevar a cabo esa tarea necesita ayuda. Especialmente la que le pueden brindar los grupos de usuarios de mayor riesgo (aquellos que exponen mas regularmente su humanidad al transporte aerocomercial), me refiero, a los legisladores, políticos, funcionarios públicos y periodistas. Son ellos quienes mas medios tienen para ayudar al pasajero común. Fijando regulaciones, creando organismos de control, y haciendo posible que la información restringida sea de público conocimiento. En verdad al hacerlo, mas que ayudar a otros, estarían en primer lugar ayudándose a sí mismos. Para contribuir a este mismo objetivo de transparencia en cuanto a seguridad, es que propugnamos un libre acceso -por cualquier medio de comunicación posible- a toda la información que se relacione con la seguridad que puede brindar una compañía aerocomercial: características y estado de la flota, incidentes y accidentes que ha sufrido, infraestructura de mantenimiento, grado de capacitación de su personal, etc. Y que éste acceso sea libre y gratuito, garantizado por ley. En este mismo sentido, reiteramos la propuesta ya plasmada en nuestro informe de seguridad, respecto de la existencia de un espacio dentro de la actividad privada para que se instalen calificadoras de riesgo de seguridad aeronáutica, que evalúen a todas las empresas aerocomerciales del mercado, al igual que se hace con las instituciones bancarias, financieras, o los países. De ésta manera, en forma rápida y fácilmente accesible, todos los usuarios podrían saber que riesgo a su seguridad personal compra con el precio de su pasaje.
Y el poder de decisión recaería finalmente, en quien en verdad le corresponde, aquel que utiliza el servicio. El que paga y mantiene el negocio, y por eso, tiene el derecho a decidir si desea o no pagar sobrecostos en cuanto a su seguridad personal. Somos bien conscientes, empero, que en el contexto actual de un mundo globalizado, que es donde efectuamos nuestro análisis de seguridad aérea, nada es posible de lograr sin una cooperación internacional. Por ello nuestra invitación a la NTSB, y por ello nuestra predisposición a trabajar estrechamente ya sea con ella, como con cualquier otro organismo nacional o internacional, que coincida con nuestros principios y propósitos: defender la vida, trabajando para asegurar a cada usuario del transporte aerocomercial, el máximo de seguridad personal que es posible darle, y a la cual tiene derecho, junto a la necesaria e impostergable jerarquización de todos los Técnicos Aeronáuticos de la República Argentina.
Muchisimas gracias por su atención.