Reforma laboral: especialistas creen que “legaliza” la informalidad y podría aumentar la precariedad del empleo
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Por: Ludmila Di Grande.
El Gobierno reglamentó la reforma laboral y espera que genere una reducción del desempleo. Mientras que el sector empresarial celebra “el fin de la industria del juicio”, especialistas consideran que la normativa “legaliza” el empleo informal y lo fomenta. El trabajo en “negro” ya alcanza al 36,4% de la población y afecta mayormente a los jóvenes.
Según el Instituto Interdisciplinario de Economía Política de Buenos Aires (IIEP) de la UBA y el Conicet, en el segundo trimestre del año casi 4 de cada 10 trabajadores en relación de dependencia no estaban registrados en la seguridad social y, por ende, no se encontraban alcanzados por la legislación y las instituciones laborales. En el caso de los jóvenes, el estudio precisó que, en el rango de 16 a 24 años, la informalidad alcanza a 6 de cada 10, es decir, al 57,5% de ese universo ocupado.
“Más allá de las fluctuaciones (y excluyendo el período de la pandemia de Covid-19), la tasa de informalidad se ha mantenido relativamente constante y en un valor muy elevado, desde hace 15 años”, precisó el informe.
En el segundo trimestre del año casi 4 de cada 10 trabajadores en relación de dependencia no estaban registrados en la seguridad social (IIEP)
En tanto, el desempleo se ubicó en 7,6% en el segundo trimestre, lo que representa una suba interanual de 1,4 puntos porcentuales, según el Indec. Y entre los que tienen trabajo, el 70% percibió ingresos menores a $550.000 a fines del primer semestre, muy por debajo del valor de la Canasta Básica Total (CBT), que mide la línea de pobreza y que en junio ascendió a 873.169 pesos.
En ese marco, distintos especialistas consultados por Infobae manifestaron que dudan que la reforma laboral pueda resolver el problema de la informalidad, un segmento en el que sus trabajadores suelen tener salarios inferiores a sus pares registrados, dado que no están sujetos a paritarias.
Sebastián Etchemendy, profesor titular en la Universidad Torcuato Di Tella e investigador principal del área de Trabajo e Ingresos de Fundar, aseguró que no cree que la reforma laboral pueda reducir la informalidad, e incluso la legaliza ya que un microempresario a partir de ahora puede tener hasta 3 trabajadores en relación de dependencia bajo monotributo y sin ART.
Al respecto, el nuevo régimen, según establece la ley, “estará basado en la relación autónoma, sin que exista vínculo de dependencia entre ellos, ni con las personas contratantes de los servicios u obras. Se crea la figura del trabajador independiente”.
Etchemendy concluyó: “Una política económica enfocada en la estabilidad y el crecimiento disminuye la informalidad, no una reforma laboral”.
Por su parte, Luis Campos, investigador del Instituto de Estudios y Formación de la CTA Autónoma, consideró: “Hay algunas disposiciones de la reforma laboral que tenderían a favorecer la registración, principalmente algunos cambios que apuntan a facilitar el proceso y reducir el costo en pequeños establecimientos. Por el contrario, otras normas podrían provocar el efecto contrario, fundamentalmente aquellas que eliminan todas las sanciones laborales por no registrar a un trabajador”.
Además, “la figura del trabajador independiente con colaboradores podría contribuir a reducir la tasa de asalariados no registrados, pero sin que ello se traduzca en una mejora laboral para nadie. En este caso hay trabajadores que hoy no están registrados que pasarían a ser considerados cuentapropistas (colaboradores), por lo que solo para las estadísticas disminuiría la cantidad de asalariados informales”, dijo Campos.
“Yo tiendo a pensar que todos estos cambios tienen efectos en el margen. En definitiva, el partido se juega en la actividad económica. Si no hay un sendero de crecimiento sostenido en el tiempo, difícilmente vaya a apreciarse alguna mejora sustancial en los indicadores laborales”, agregó.
Aún más crítico fue Claudio Lozano, economista y ex diputado nacional, quien afirmó: “Argentina es un caso ejemplar de tropezar dos veces con la misma piedra. El planteo de flexibilizar las leyes laborales ya se hizo en los 90′. En aquel entonces se redujeron un 50% las contribuciones patronales, disminuyendo el costo de contratación. Sin embargo, no se resolvió el problema de la informalidad, sino que creció, y tampoco sirvió para crear empleo”.
“La propia característica de esta reforma es más bien una especie de canto a la informalidad porque se eliminan multas por el mal registro o la falta de este. Consecuentemente, hay libre albedrío para que los patrones puedan contratar como les parezca, potenciando el uso del monotributo para un empleado de carácter permanente. Esto, a su vez, genera un agujero fiscal porque las contribuciones de la seguridad social del monotributo son menores. Se está desfinanciando el sistema previsional”, sostuvo Lozano.
Asimismo, mencionó la extensión del período de prueba, pasa de 3 a 6 meses y se puede extender hasta un año si así lo establece el convenio colectivo de trabajo de los gremios. “La reforma facilita el proceso de rotación de empleo sin necesidad de estabilizarlo o formalizarlo. Se está disolviendo la relación salarial, acercando la relación formal a la informalidad”, manifestó.
La reforma facilita el proceso de rotación de empleo sin necesidad de estabilizarlo o formalizarlo (Lozano)
Y añadió: “La creación de empleo depende del crecimiento y del esquema productivo. La actual recesión y la apuesta del Gobierno a un perfil reprimarizante, sin un proyecto industrial, va a impedir que cree empleo, ni mejor empleo”.
Guido Bambini, analista del Centro de Economía Política Argentina (CEPA), dijo: “No creo que la reforma laboral vaya a disminuir la informalidad. Podría aumentarla en la medida que no se plantea ninguna multa importante si se tiene a los trabajadores en negro. Lo único que hace es notificar de oficio cuándo se corrobora la informalidad y simplemente el empleador tiene que pagar lo que no pagó. Y también creo que se van a abusar de la extensión de los períodos de prueba”.
“Para reducir la informalidad se tienen que crear empleos registrados privados y eso va de la mano con una economía que crezca y una demanda agregada pujante, creciente. Si se observan los ciclos de creación de empleo desde los 90′ coinciden con la evolución del PBI. La primera década de este siglo es el claro ejemplo de una economía creciendo fuerte con un aumento muy importante de puestos de trabajo registrados del sector privado. Sin la pronta salida del cepo no veo un repunte importante que haga que aumente la demanda de empleo”, explicó.