Se endurece el conflicto entre Aerolíneas y los sindicatos

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08/12/2018 La Nación – Nota – Economía – Pag. 2 

RIESGO. La empresa revisará las suspensiones “una por una”, por lo que los gremios se negaron al diálogo y analizan medidas de fuerza
Lejos de aminorar el conflicto, la empresa Aerolíneas Argentinas y los gremios del sector tuvieron ayer un nuevo round. La empresa citó a los sindicatos para empezar a definir los distintos tópicos que deben resolver-cláusula gatillo por septiembre, salarios en 2019, cambios por productividad- aunque se negó a levantar las suspensiones que había aplicado a 376 empleados tras la protesta gremial del 8 de noviembre. Los sindicatos decidieron entonces levantarse de la mesa y analizar nuevas medidas de fuerza.
El encuentro se llevó a cabo en las oficinas de la compañía en Aeroparque y se prolongó por apenas algunos minutos. En la reunión, las autoridades de la línea aérea manifestaron que analizarían “una por una” las 376 suspensiones.
Esta semana, el presidente de la compañía, Luis Malvido, había con- firmado que analizaban la posibilidad de “poner en suspenso” las sanciones “mientras continúe la paz social y no haya nuevas medidas de fuerza”. Los gremios, mientras tanto, plantean que la remoción de las sanciones es condición necesaria para avanzar en las discusiones salariales.
De la reunión participaron el grupo de los cinco sindicatos aeronáuticos (APTA, APA, UPSA, UALA y APLA), quienes informaron en un comunicado que vieron con asombro el recibimiento de los directivos de la empresa. “El área de Relaciones Laborales adoptó una postura intransigente y contraria a lo conversado con el presidente del grupo, forzando el fracaso de esta instancia de negociación”, dijeron.
En consecuencia, los sindicatos se declararon “en estado de alerta y movilización, por lo que no descartamos la aplicación de medidas de fuerza”, según consigna el comunicado difundido a la prensa.
En cambio, en la empresa consideraron que “los dirigentes gremiales se negaron siquiera a escuchar la propuesta de incrementos elaborada” y detallaron que la oferta incluía “una suma fija y un porcentaje de ajuste de los salarios, la apertura de discusiones sobre una organización laboral que haga más competitiva a la empresa y el acuerdo sobre un mecanismo de resolución de conflictos”, pero esta propuesta no fue detallada por la empresa.
En concreto, no se puso sobre la mesa un porcentaje para la cláusula gatillo ni para la paritaria de 2019. Los sindicatos dijeron desconocer las cifras, yen la empresa se negaron a dar los números.
El trasfondo Puntualmente, los reclamos de los sindicatos están originados en la compensación de los efectos de la inflación para los ingresos de septiembre. La paritaria contemplaba un aumento anual del 17% con cláusula de ajuste automático si el IPC del Indec superara esa cifra.
Dicha cláusula se activó a partir de mayo y regía hasta el 30 de septiembre, cuando vencía el convenio. Los gremios reclaman la compensación del 6,5% correspondiente al IPC de ese mes, mientras que la empresa admite no haberlo pagado en razón de que, al momento de abonarse los salarios aún no se conocía el indicador, y que desde entonces debe discutirse el nuevo convenio.
El mes pasado hubo dos asambleas de la Asociación Argentina de Aeronavegantes (los días 2 y 16) que se prolongaron aproximadamente por tres horas. Y el jueves 8 los cinco gremios del frente aeronáuticohicieron un reclamo que duró más de 10 horas y terminó con 258 vuelos cancelados y 30.000 pasajeros varados. La empresa aplicó suspensiones a 376 empleados que participaron de esa medida. Luego, el día 26 se realizó un paro por 24 horas y al día siguiente se hizo una asamblea de todos los gremios vinculados al transporte.
Sin embargo, la pelea más profunda tiene que ver con los cambios que Aerolíneas quiere aplicar en el convenio colectivo de trabajo. En la lista de modificaciones se encuentran la posibilidad de vender los asientos de la clase business de los que disponen los pilotos en los vuelos (siempre que tengan otro espacio), disminuir el número de “noches de posta” en vuelos internacionales para pilotos y tripulantes de cabina y reducir el requerimiento de personal presente al momento de la carga de combustible.

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