Villarruel tantea a los radicales para voltear el decreto de Milei sobre jubilaciones y avanzar en una nueva fórmula

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La vicepresidenta teje con la UCR y los federales una maniobra para quebrar los dos tercios que obtuvo en Diputados el proyecto de modificación de la fórmula previsional.

Victoria Villarruel sacrificó la defensa del decreto sobre jubilaciones de Javier Milei este miércoles, al diseñar una estrategia de negociación política con los aliados en el Senado para quebrar los dos tercios que obtuvo en Diputados el proyecto de modificación de la fórmula previsional.

Con esa maniobra, la Vicepresidenta dilató la reparación del poder adquisitivo en los haberes que podría otorgarle el proyecto que ya tenía media sanción y empezó a tejer un acuerdo con radicales y federales de la Cámara Alta para instrumentar otro cálculo.

La jugada fue anunciada antes del inicio de la reunión plenaria de las comisiones de Presupuesto y Hacienda y Trabajo y Previsión Social por el jefe de la bancada libertaria, Ezequiel Atauche. «Tenemos el problema de la sábana corta en Argentina y no alcanza para cubrir lo que sancionaron los diputados pero tenemos que darles una solución de mediano y largo plazo a los jubilados», dijo el senador jujeño a LPO, y agregó: «vamos a buscar un proyecto integral, consensuando con todos los sectores».

Sin embargo, Atauche no supo precisar las diferencias para el cálculo de las jubilaciones entre el expediente que defendería en comisiones con respecto al decreto de Milei. Hasta el oficialismo admitía en los pasillos del Congreso que el proyecto era un dibujo en el aire.

Desde el peronismo, apuntaron con bronca que a minutos del arranque del debate el entrerriano Edgardo Kueider presentó su propio proyecto. «Capaz que usan ese los libertarios», decían con rabia.

El ardid libertario surtió efecto enseguida y se extendió hasta el final de la jornada. El desparramo se manifestó hasta para determinaran si podían someter o no a la firma los dictámenes, con o sin quórum en el plenario de comisiones.

El kirchnerista Mariano Recalde había planteado de movida que el gobierno apostaba a «dilatar» el debate, un argumento al que adhirió más tarde Martín Lousteau. «Para las grandes empresas beneficiadas con la ley Bases, trabajábamos todos los días 10 o 12 horas; para los jubilados, no», graficó antes de preguntar «cuál sería la dinámica de trabajo sobre el proyecto».

Atauche contestó que había «dos hipótesis», la de «la urgencia» y la del «proyecto integral», pero tampoco disipó las inquietudes de la oposición de Unión por la Patria. Libertarios y aliados lograron, no obstante, evitar que se pasara a la firma de los despachos y fijaron para el próximo 15 de julio la fecha de un nuevo plenario para escuchar a especialistas en materia previsional.

Al cierre de esta nota, Villarruel mantenía una reunión con el fueguino Pablo Blanco, uno de los legisladores radicales que suele tensar las discusiones con el oficialismo aunque terminó votando a favor de la Ley Bases. Por lo demás, la iniciativa de la Vicepresidenta habría sorprendido a Lousteau pero no al presidente del bloque, Eduardo Vischi, a quien se atribuía la intención de acompañar la propuesta de Atauche.

El jujeño blanqueó sus intenciones al inicio del plenario y la senadora Carmen Álvarez Rodríguez refrendó su postura, lo cual preanuncia también el apoyo del PRO. Se descuenta que el salteño Juan Carlos Romero y sus dos compañeras de bancada, la chubutense Edith Terenzi y Andrea Cristina, suscribirían la idea.

Kueider y Carlos Espínola, junto a la cordobesa Alejandra Vigo, podrían quedar otra vez en el ojo de la tormenta, mientras que en el entorno de los resbalosos senadores santacruceños, José María Carambia y Natalia Gadano, deslizaron que no están dispuestos a acoplarse al oficialismo en este tema.

Ante ese escenario, el peronismo adelantó que mocionaría en la sesión de este jueves, sobre tablas, el tratamiento del proyecto votado en la Cámara Baja. Necesitaría dos tercios para que se habilite la discusión y, salvo que la UCR se pliegue, parece difícil que llegue a reunir 48 voluntades.

Al cierre de esta nota, cobraba densidad la especulación sembrada en uno de los despachos aliados a Villarruel: «no va a salir ningún proyecto reparatorio sobre jubilaciones».

Más allá de la tensión permanente entre Villarruel y Milei, la astucia de la Vice para dispersar la precaria pero mayoritaria unidad opositora que impulsó el expediente en Diputados se convertiría, paradójicamente, en un blindaje del decreto del Presidente y la negativa de una moderada recomposición de los ingresos de los jubilados.

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