Volver de Brasil: controlan las PCR, pero la cuarentena posterior depende de cada pasajero

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20/03/2021 Clarin.com – Nota

Coronavirus
Rocío Magnani

Clarín estuvo el viernes por la noche en Ezeiza, en la llegada del vuelo de San Pablo. A los que viven en Capital les piden que vuelvan a hacerse un test de Covid.

El avión de San Pablo aterriza en horario en Ezeiza el viernes a las 22.20. El Airbus 330 de Aerolíneas Argentinas toca suelo argentino con 203 pasajeros y 40 butacas libres. Es el último vuelo internacional de la noche y el único de los 55 que arribaron ese día que viene de Brasil, el país que más alarma a epidemiólogos y funcionarios públicos por la crisis por el coronavirus que vive el Estado vecino y por la posible importación de nuevos casos con la variante de Manaos, más contagiosa y posiblemente más letal.

Gabriel Arribalzaga, de Moreno, espera a un amigo. “Para venir de Brasil y con la crisis de salud que tienen, es un viva la pepa como entran al país”, opina y se explica: “Acá, les exigen llegar con un PCR hecho, pero no hay una seguridad absoluta con el test, porque podés haberte contagiado y que tarde unos días en salir. Si vas a la Ciudad, te hacen un segundo test ni bien llegás, que está bueno. Pero después, nadie controla nada que la persona haga una cuarentena de siete días. Nadie”. “En Brasil está todo detonado mal”, sigue con los brazos cruzados, frente a la terminal A. “Mi amigo es de Porto Alegre y tiene trato con médicos de allá, que le dijeron que estaban enterrando gente a más no poder. Él es una persona grande y con problemas cardíacos, es de riesgo. Ya quería venirse a vivir acá a la Argentina y esto le hizo terminar de decidirse, porque si lo agarra el coronavirus, lo fulmina”, cuenta a este diario.

El hall de arribos de Ezeiza. Al ingresar al país, se debe cumplir una cuarentena de un mínimo de 7 días.
A unos metros, sale Facundo Curzo (28) y se apresura a ponerse en la fila del operativo del Gobierno porteño para hacerse el tercer PCR de la semana. “Iba a viajar el lunes, pero me postergaron el vuelo para este viernes. Yo ya tenía hecho el primer test, que me había salido unos 8 mil pesos. Pero para viajar este viernes, necesitaba hacerlo de nuevo. Así que tuve que pagar dos veces los 8 mil pesos. Y acá me dicen que me lo tengo que hacer de nuevo para entrar a Capital”, cuenta a este diario. La estudiante de medicina Bruna Dos Santos Ferreira Silva (33), en cambio, se entera de que tendrá que pagar 2-500 pesos: “Como todavía no tengo la residencia, el test no es gratuito para mí”, explica mientras avanza con su novio para hisoparse nuevamente. Luego les tocará hacer cuarentena por 10 días, pero le parece bien. “Allá en Brasil, las personas son negacionistas, la población también es más grande y ahora está el tema de las nuevas variantes”, reflexiona. Desde diciembre, los pasos fronterizos terrestres se encuentran cerrados tanto para argentinos como para extranjeros, y el avión es el único medio de transporte de pasajeros habilitado. Quienes viajan desde el exterior deben someterse a un análisis de PCR con un máximo de 72 horas de anticipación para determinar si hay contagio de COVID-19. Y tienen que cumplir con 7 o más días de cuarentena en un domicilio informado, hasta cumplirse los 10 días desde que se tomó la muestra para el PCR.

Los vuelos a Brasil quedarán reducidos un 30%. Foto Enrique García Medina
El cumplimiento de esas disposiciones es controlado de una manera dispar, según pudo observar Clarín en Ezeiza. Mientras que las aerolíneas chequean que los pasajeros presenten el certificado del test por PCR al hacer el check in en el puerto de salida y luego el personal de Migraciones vuelve a verificarlo al ingresar al país –no a todos–, el acatamiento de la cuarentena queda librado a la responsabilidad ciudadana de los viajeros. No hay controles posteriores. A eso se le suman las disposiciones de cada jurisdicción. “¿Vas a la Ciudad o te quedás en Buenos Aires?”, es lo primero que escucha cualquier pasajero que pisa el aeropuerto de Ezeiza. Son los promotores del Gobierno porteño, que intentan persuadir a los pasajeros de hacer un test de PCR o antígenos que demora menos de 10 minutos y se realizar en los containers ubicados a 30 metros de la salida del edificio del aeropuerto. La prueba, que puede ser por saliva o hisopado, es gratuita para argentinos y residentes, y tiene un costo de 2.500 pesos para los extranjeros. Los resultados se envían por WhatsApp en menos de 24 horas. Quienes dicen que se quedan en la provincia o que estarán de paso por la Capital por un periodo menor a las 48 horas, son exceptuados de la fila y no hay una verificación para detectar si un pasajero miente al salir del aeropuerto. Otra vez: el control depende de la voluntad de cada persona. Y eso, para los vuelos domésticos –donde no se requiere PCR antes de viajar– es clave.  En provincia de Buenos Aires, en cambio, no es requisito realizarse un testeo para ingresar. “Leí en la declaración jurada de Nación que tengo que hacer siete o diez días de cuarentena, no me acuerdo bien. Igual, yo vivo solo, así que no tengo problemas –cuenta Juan (42)–. Cuando llegué acá, me cruce en el aeropuerto con la gente de Ciudad, pero de Provincia no hay nadie para explicarte nada”.
«Allá en Brasil, son negacionistas del Covid», dice Bruna Dos Santos, que llegaba desde San Pablo con su novio este viernes al aeropuerto de Ezeiza.

Un taxista dice a este diario que «muchos de los que llegan de vuelos nacionales y viven en Provincia quieren hacerse el test de Covid para no poner en riesgo a la familia y tienen que pagarlo». De la mano de enfrente a la salida de la Terminal A, donde se concentran por ahora los arribos nacionales y los internacionales, se encuentra la carpa blanca del Centro de Testeo PCR de Covid-19, que pertenece al Aeropuerto, que se encuentra abierto de 8 a 20 todos los días. «Les cobran 6 mil pesos», detalla el hombre. Brasil está en el ojo de la tormenta, con récord de muertes por Covid. La frecuencia de vuelos de pasajeros que conectan Argentina con el país vecino ya había sido reducida en un 50%, a partir de la Decisión Administrativa 155/21, publicada el 28 de febrero, ante el alarmante aumento de casos de coronavirus allí. Pero el temor a la variante de Manaos, así como la presión por cerrar las fronteras de, entre otros, el ministro de Salud bonaerense, Daniel Gollán, empujaron al Gobierno nacional a anunciar el 12 de marzo que se intensificaría esa restricción en un 20%.De esa manera, la Decisión Administrativa 219/2021 establece una reducción del 70% en la frecuencia de vuelos de pasajeros hacia y desde Brasil. En tanto, la resolución fija que las frecuencias se mantendrán reducidas en un 30% para los vuelos a México, Europa, Perú, Ecuador, Colombia, Panamá y Chile; y se achicarán a un 40% para Estados Unidos. En tanto, continúan suspendidos los vuelos desde y hacia el Reino Unido, a raíz del surgimiento de la nueva variante de Covid-19 en ese país.
El Gobierno porteño realiza test de Covid gratuitos a quienes arriban en el Aeropuerto de Ezeiza. Foto Enrique García Medina

Aerolíneas ya está cancelando vuelos para ajustarse al nuevo cronograma reducido. «Ya iba a volar el 17 de marzo desde San Pablo y me cancelaron el vuelo. Acá los protocolos son mejores que en Brasil. Allá me sentía insegura, porque la gente no usa máscara y no se quiere hacer testeos. Ni siquiera creen que el coronavirus sea real, empezando por Bolsonaro», dice Emily Souza, paulista que vive en Buenos Aires. A Juan Pablo Cecchinato también le reprogramaron varios vuelos. “Tuve que hacer el PCR en el aeropuerto de San Pablo, que me salió 350 reales. Lo hice ahí por una cuestión de seguridad, porque hay otros laboratorios que no te los aceptan, según me dijeron”, cuenta a este diario y agrega que se lo pidieron al hacer el check in, pero no al ingresar al país, en el control de Migraciones. Clovis Adalberto Belini empuja dos valijas. También es un brasileño estudiando medicina en Buenos Aires. “Allá está horrible todo. Al menos acá, si uno no tiene cobertura médica, el Gobierno te cubre el test. Yo creo que está bien que cierren los vuelos de turismo entre Brasil y Argentina, pero no los vuelos para los que vivimos acá”, opina y se apresura a pasar por el testeo del Gobierno de la Ciudad.AS

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