Los nombres nos unen o nos separan, usted elige

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La elección de un nombre para un avión o cualquier otra cosa tiene mucho de acto político, aunque hay nombres más aguantadores (los de astros) y más débiles (los de presidentes). Algunas empresas no bautizan a sus aviones, con lo que se sacan de encima un problema, otras buscan designaciones lo más intrascendentes posibles y también las hay que buscan halagar a sus pasajeros.

Algunas empresas tienen sistemas de nomenclatura propios de relativa complejidad. Pan American, que, a mediados de los años treinta, adoptó la palabra clipper para designar a sus avione. El primero fu el China Clipper, y luego hubo clippers para todos los gustos, países, personajes, lugares, accidentes geográficos y varias construcciones caprichosas.

Pan Am bautizó a todos sus Clippers con nombres de todo tipo, entre los que estuvieron el famoso China Clipper, varios con connotaciones históricas y otros sin mucha lógica como este Clipper Maid of the Seas, que sufrió el atentado de Lockerbie (imagen Pan Aamerican Clippers).


Imperial Airways, siguiendo una tradición británica que se usaba en los buques, bautizó sus aviones utilizando la misma letra inicial para cada modelo.

Como parte de una política heredada de los buques británicos, los Short Empire clase C de Imperial Airways tuvieron nombres que comenzaban con “C”.


El Laté 25 F-AIJZ de Aeroposta Argentina, que hizo el vuelo inaugural entre Buenos Aires y Asunción, tuvo, para ese vuelo, el nombre de Coronel Bogado. La pregunta inevitable es quién había sido el tal coronel Bogado, y la respuesta es que José Félix Bogado era lo más parecido que se pudo encontrar a un héroe binacional argentino/paraguayo. Nacido en territorio guaraní, se enroló como granadero en el ejército de San Martín en 1913 y participó de toda la campaña del Libertador hasta el final. Fue uno de los 78 granaderos que volvieron a Buenos Aires en 1826.

El F-AIJZ, fotografiado en Buenos Aires, sin nombre. Esta foto fue divulgada en ocasión de la inauguración de los servicios a Paraguay.


Fue un caso parecido al del primer vuelo de Pan American a Cuba, cuyo avión estuvo bautizado como General Machado, nombre del dictador cubano del momento, que había dado a la empresa un contrato exclusivo que dejaba fuera de carrera a cualquier eventual competidor.

Los aviones de Aeroposta no tuvieron nombre hasta que la empresa fue comprada por capitalistas argentinos, que bautizaron a sus nuevos Junkers Ju52-3m con estos nombres:

LV-AAB Patagonia
LV-BAB Pampa
LV-CAB Tierra del Fuego
LV-AAN Quíchua
LV-AAJ Ibaté

Los tres primeros, tienen nombres relacionados con la zona de influencia de la empresa, pero los dos últimos, que corresponden a aviones incorporados en 1942, no tienen nada que ver con la Patagonia y traen a la memoria el norte argentino.

La explicación de esta aparente incoherencia es que en ese momento la empresa estaba peleando la adjudicación de rutas a esas regiones. Esos aviones deberían haber volado allí, pero las rutas nunca le serían concedidas.

Aeroposta Argentina colocó el nombre de sus aviones, siempre entre comillas debajo de las ventanillas del cockpit, en una posición en la que desde muchos puntos de vista quedaba tapado por el motor (imagen vía J.P. Arbeletche).


Estos nombres, que siempre estuvieron pintados con letras de gran tamaño y entre comillas ocupaban un sitio a la altura de las ventanillas del cockpit donde era difícil visualizarlos, porque quedaban tapados por el motor.

Los aviones de LADE, normalmente, no tuvieron nombre pero, en los primeros tiempos, algunos lo tuvieron, fundamentalmente cuando los operaba el Ejército. Los que tuvieron nombre fueron:

T-153 Misiones
T-158 Rio Negro
T-159 Rio Negro
T-161 Los Andes
164 Nahuel Pan
166 Neuquén / Yapeyú
167 Cataratas del Iguazú
168 General San Martín

El Junkers trimotor exhibiendo debajo de su matrícula el nombre Río Negro (imagen Fuerza Aérea Argentina).


El esquema de los aviones de esta organización conoció dos épocas bien diferenciadas. En la primera, que va de 1940 a 1945, cuando dependía del Ejército, el título, pintado sobre las ventanillas, era “Líneas Aéreas del Estado” y, a partir de 1945, cuando el responsable pasó a ser la Fuerza Aérea, fue “Fuerza Aérea Argentina”, situación que se mantiene hasta hoy.

Siguiendo con los operadores de esa época hay que contabilizar a la Corporación Sudamericana de Servicios Aéreos, que tuvo en total tres hidroaviones Macci C-94, de los cuales sólo dos estuvieron bautizados, como Río de la Plata (LV-LAB) y Río Paraná (LV-MAB), ambos accidentes geográficos de su zona de influencia.

El Río Paraná, un Macchi C-94 de la Corporación (imagen Archivo General de la Nación).


Hubo algunos pequeños operadores en estos tiempos, pero no hay registros de que sus aviones hayan tenido nombre.

La postguerra

Sobre el fin de la Segunda Guerra Mundial el grupo Dodero, vinculado con negocios de navegación marítima y fluvial, decidió ingresar en el negocio de la aviación, y compró cinco hidroaviones Short Sandringham y un Sunderland, a los que bautizó con nombres de las regiones a las que pensaba volar, según este detalle:

LV-AAO Argentina
LV-AAP Uruguay
LV-AAQ Inglaterra
LV-AAR Brasil
LV-ACT Paraguay
LV-AAS Río de la Plata (Sunderland)

Estos aviones pasarían a ALFA y luego a Aerolíneas Argentinas conservando sus designaciones. Promediando 1955 ésta compró otro hidroavión, que se matriculó LV-AHM y se bautizó Almirante Zar, un nombre curioso, porque no tenía nada que ver con la serie original, pero si nos ubicamos en el momento inmediatamente posterior al derrocamiento de Perón, tiene cierta lógica que se haya buscado homenajear a uno de los pioneros de la aviación naval argentina, que murió —de muerte natural— precisamente durante el levantamiento armado.

Con el correr de los años (sobre todo con el cambio de esquema de 1959) algunos nombres fueron desapareciendo.

El último destino de los hidros fue una cooperativa que los rebautizó. El LV-AAO pasó a llamarse El cooperativista, y otro, presumiblemente el LV-AAQ, Pcia. De Formosa.

Eva Perón y otros pasajeros embarcando en el Inglaterra, con destino a Rosario, desde lanchas de Aerolíneas Argentinas, en 1951.


Salvo algunos de Aeroposta, los DC-3 de las sociedades mixtas no tuvieron nombres, y así fueron recibidos por Aerolíneas Argentinas en 1948/50.

Dodero también compró algunos DC-4, que nunca estuvieron en servicio comercial regular ni fueron bautizados, pero cuando se realizó el primer viaje final de instrucción de la Escuela de Aviación Militar, en 1947, se utilizaron dos de ellos, el LV-ABQ, bautizado Santa María y el LV-AEU, Niña. Las tres carabelas de Colón se completaron con el T-45, Pinta. Estos nombres no se borraron inmediatamente y los dos primeros, que pasaron a Aerolíneas Argentinas,  volaron con ellos durante años.

El Araucano, de Aeroposta Argentina y el Querandí de Aerolíneas. El cambio de esquemas entre ambas empresas fue mínimo.


Cuando se formó Aerolíneas Argentinas hubo  un plan para denominar a sus aviones que consistió en dar a los DC-3 nombres relacionados con lo argentino, los DC-4 con personajes destacados de la aviación argentina, los Convair con las campañas sanmartinianas y a los DC-6 otros, por lo general vinculados con la historia argentina y el peronismo. Los hidroaviones mantuvieron sus nombres anteriores.

Los DC-3 resucitaron los cuatro nombres de los Junkers de Aeroposta (Ibaté, Pampa, Quichua y Tierra del Fuego) y agregaron otros, generalmente vinculados con pueblos indígenas, regiones argentinas. El detalle es el siguiente:

LV.AFE Araucano
LV-ABX El Libertador
LV-ABY Quichua
LV-ABZ Cuyano
LV-ACE Patagonia
LV-ACF Norteño
LV-ACH Puntano
LV-ACJ Guaraní
LV-ACM Tierra del Fuego
LV-ACN Pampa
LV-ACO Chaco
LV-ACP Iguazú
LV-ACQ Coya
LV-ACW Tehuelche
LV-ACX Quilmes
LV-ACY Yagán
LV-ADC Ibaté
LV-ADF Chono
LV-ADG Querandí
LV-ADJ Los Andes
LV-AET Mapuche
LV-AFE Araucano
LV-AFW Comandante Norberto Fernández
LV-AGD Ona
LV-AGF Cruz del Sur

Norberto Fernández había sido el piloto del DC-4 de FAMA accidentado en Castilla (Bs.As.) cuando regresaba de un vuelo de ayuda humanitaria de la Fundación Eva Perón, en 1949.

Monumento a las víctimas del accidente de Castilla, en la cabecera sur de Aeroparque.


Algunos de estos aviones también fueron perdiendo sus nombres con el cambio de esquema de 1959.

Con los Convair el proceso de los nombres fue muy simple, porque todos se refieren a las campañas sanmartinianas:

LV-ADM Yapeyú
LV.ADN Uspallata
LV-ADO San Lorenzo
LV-ADP Chacabuco
LV-ADQ Maipú

Siempre quedará la duda sobre por qué El Libertador no se incluyó aquí, ya que ese nombre es incoherente con la lista de los DC-3.

El Yapeyú en Aeroparque. Los pasajeros subían por esta puerta delantera, con escalerilla integrada y podían ver de cerca el nombre del avión, cosa que en los otros modelos no ocurría (imagen Archivo General de la Nación).


Los DC-4 se resolvieron con personajes de nuestra historia aeronáutica:

LV-ABS Teniente Origone
LV-AEU Teniente Zanni (ex Niña)
LV-AFD Teniente Candelaria
LV-AGG Teniente Matienzo
LV-AGH Jorge Newbery
LV-AHY Vicente Almandos Almonacid, fue una adquisición posterior
LV-AHZ Sin nombre, fue una adquisición posterior

El DC-4 Jorge Newbery (imagen Archivo General de la Nación).


La lista de los elegidos, se presta a polémica, por los que están y por los que no están. No podía faltar Jorge Newbery, que fue el primer gran ídolo popular del país y principal propulsor de la actividad. Los nombres corresponden a los “héroes” tradicionales de la aviación argentina, pero llama la atención que no se hayan incluido a los pilotos de los dos vuelos más notables de esta historia, Eduardo Bradley, que hizo la primera travesía los Andes en globo en 1916 y Teodoro Fels, que hizo el primer cruce en avión de Buenos Aires a Montevideo, en 1912. Alguien dirá que ambos eran civiles, pero la verdad es que no lo sabemos.

Y así llegamos al DC-6, el avión estrella de la flota original de la empresa que, por los avatares de la política resultó el avión más conflictivo en materia de nombres, que después de la caída de Perón, en 1955, fueron cambiados. La lista fue así:

LV-ADR Presidente Perón Bernardino Rivadavia
LV-ADS 17 de octubre Mariano Moreno
LV-ADT Argentina General Güemes
LV-ADU Eva Perón Manuel Belgrano
LV-ADV El Pampero General Paz
LV-ADW Presidente Perón General San Martín

Según la información disponible, convivieron dos aviones denominados Presidente Perón.

La flota del firmamento

En 1959 Aerolíneas Argentinas incorporó sus primeros jets Comet 4, lo que significó un importante avance en todo sentido. Entre otras cosas, se cambió el esquema de pintura y se cambió la tipografía de los nombres, que antes estaban escritos con letras mayúsculas, que ahora pasaron a ser mayúsculas y minúsculas y más pequeñas, lo que dificultaba su lectura.

13. La tipografía elegida para los nombres de los Comet y Caravelle tenía mucho de ilegible por su tamaño, habida cuenta de que los aviones se suelen mirar desde cierta distancia. Esta foto es muy interesante, porque fue tomada en Lima el 25 de marzo de 1970, mientras transcurría un secuestro. La máquina había aterrizado allí como escala en su viaje a Cuba, pero en el aeropuerto no había ningún generador compatible con el Comet, fabricado en Inglaterra, y la escala se extendió durante ocho horas hasta que se armó el carro de baterías que se ve en la foto.


También se cambió el criterio para elegir los nombres, porque los seis primeros Comet 4 tuvieron nombres tomados del cielo del hemisferio sur, según este detalle:

LV-AHN Las Tres Marías
LV-AHO Cruz del Sur
LV-AHP Lucero del Alba
LV-AHR Arco Iris
LV-AHS Alborada
LV-AHU Centaurus

Algunos de ellos intercambiaron sus nombres durante la historia, o fueron rebautizados. El LV-AHO también fue Cruz del Sur, LV-LHS Alborada y el LV-AHR Arco Iris. No hay justificación lógica para estos cambios.

Para estos aviones se creó la designación de “Flota del Firmamento”, que también aplicaría a los Caravelle que vendrían en 1962:

LV-HGX Aldebarán
LV-HGY Sirius
LV-HGZ Rigel
LV-III Antares

El Caravelle Aldebarán, con su nombre diminuto (imagen Guillermo Cangelosi).


Promediando 1962 se compró un Comet 4C adicional, que originalmente no tuvo nombre, pero a fines de 1963, casi inmediatamente después del asesinato del presidente norteamericano John F. Kennedy, se tomó la decisión de bautizarlo como Presidente Kennedy. Es raro que se haya elegido el nombre de un presidente norteamericano para el avión más grande de la flota, al punto que la empresa informó que el interventor en la compañía, brigadier general (R) Guillermo Zinny, había realizado consultas con las autoridades aeronáuticas y el ministerio de relaciones exteriores, que dieron su conformidad. Se realizó una gestión para que la viuda del presidente ultimado fuera la madrina del avión, pero no prosperó.

La última colección de estrellas de la historia de Aerolíneas Argentinas correspondió a los Boeing 707. El primero se llamó Antártida Argentina, pero lo siguieron cinco con nombres de estrellas y dos sin nombre.

LV-ISA Antártida Argentina
LV-ISB Almilán
LV-ISC Betelgeuse
LV-ISD Proción
LV-JGP Achernar
LV-JGR Canopus
LV-LGO Sin nombre
LV-LGP Sin nombre

Aunque ya no se usaba el lema, la flota del firmamento terminó allí. Los próximos aviones ya no tendrían nombres tomados del cielo, salvo un MD-80 denominado Cruz del Sur por unos meses en 1992.

En 1990 se privatizó Aerolíneas Argentinas, que además se unió a Austral, lo que significó un cambio importante en su funcionamiento. Inicialmente no se incorporaron nuevos aviones, pero había siete MD-80 que habían sido encargados antes de la privatización por Austral.:

LV-VAG Cruz del Sur
LV-VBX Parque Nacional Lanín
LV-VBY Parque Nacional Tierra del Fuego
LV-VBZ Parque Nacional Baritú
LV-VCB Parque Nacional Iguazú
LV-VGB Parque Nacional Nahuel Huapi
LV-VGC Parque Nacional Calilegua

Estos aviones también fueron la prenda de una discusión entre los pilotos de Austral y Aerolíneas, y no tuvieron destino. Cambiaron de esquema (algunos varias veces) y perdieron sus nombres antes de ser dados de baja prematuramente.

Esas máquinas fueron las últimas en la historia empresaria que tuvieron nombre.

Las empresas privadas

A partir de 1957 se permitió la operación de empresas privadas de transporte aéreo en la Argentina, lo que dio lugar a la aparición de nuevos transportistas, algunos de los cuales pusieron nombres a sus máquinas.

El nombre de un C-46 pintado con el primer esquema que tuvo Austral.


Transcontinental, ALA, Trans Atlántica Argentina y Norsur no bautizaron a sus aviones, pero Austral tuvo un C-54 al que llamó Pancho (seguramente en alusión a alguien, LV-GJV) y sus primeros Curtiss celebraron a pájaros patagónicos:

LV-FSA Caiquén
LV-GEB Pingüino
LV-GED Petrel
LV-GGL Patolile[1]
LV-GJS Cormorán

El resto de sus C-46, BAC-111, DC9/MD-80, DC-6 e YS-11 no tuvieron nombre, pero, después de la Guerra de Malvinas se pintó en el fuselaje de todos los aviones la silueta de las islas, un cartel que decía Las Malvinas son argentinas, una bandera grande y un nombre. El detalle fue éste:

LV-JNS BAC-111 Sandwich del Sur
LV-JNT BAC-111 Georgias del Sur
LV-LHT BAC-111 Isla Gran Malvina
LV-MEX BAC-111 Antártida Argentina
LV-MRZ BAC-111 Bahía Agradable
LV-MZM BAC-111 Cabo de Hornos
LV-OAX BAC-111 Isla Soledad
LV-OAY BAC-111 Puerto Argentino
N10022 MD81 Estrecho San Carlos
N10027 MD81 Isla de los Estados
N1003G MD81 Bahía San Julián

Por supuesto, la influencia diplomática de la medida no fue importante, pero eran las cosas que se hacían en esa época para consumo interno.

Aerochaco denominó a sus Twin Otter y F-227 con nombres relacionados con la provincia, aunque no siempre estuvieron identificados:

LV-JMP Twin Otter Mocoví
LV-JMR Twin Otter Vilela
LV-JMS Twin Otter Abipón
LV-MGV FH-227B Centenario
LV-MGW FH-227B Impenetrable

El Impenetrable, un claro homenaje de Aerochaco a una región chaqueña.


Las ciudades

Los Avro 748 llegaron a Aerolíneas a principios de 1962, al mismo tiempo que los Caravelle, pero su nomenclatura fue distinta, iniciando un nuevo criterio empresario para bautizar los aviones con nombres de ciudades de la red de rutas. Algunos de ellos merecería una ceremonia de bautismo en la ciudad de su nombre.

LV-HGW Ciudad de Bahía Blanca
LV-HHB Ciudad de Corrientes
LV-HHC Ciudad de Concordia
LV-HHD Ciudad de Salta
LV.HHE Ciudad de Resistencia
LV-HHF Ciudad de San Juan
LV-HHG Ciudad de Mar del Plata
LV-HHH Ciudad de Neuquén
LV-HHI Ciudad de Río Gallegos
LV-IDV Ciudad de Montevideo
LV-IEE Ciudad de Santa Fe
LV-IEV Ciudad de Gualeguaychú

El LV-HHG fue rebautizado como Ciudad de la Rioja cuando el Boeing 737 LV-JMW se reincorporó como Ciudad de Mar del Plata de 1970.

Los Avro 748 tuvieron nombres de ciudades, pero mantuvieron la tipografía diminuta (imagen Alejo Larocca).


El paso siguiente fueron los Boeing 737/200, el avión del que la empresa tuvo más ejemplares, pero hay que hacer una diferenciación entre los doce primeros, comprados directamente a Boeing, que tuvieron nombre, y el resto, alquilados a diversos proveedores durante la gestión española, que no lo tuvieron.

LV-JMW Ciudad de Mar del Plata
LV-JMX Ciudad de Bariloche
LA-JMY Ciudad de Posadas
LV-JMZ Ciudad de Buenos Aires
LV-JND Ciudad de Comodoro Rivadavia
LV-JNE Ciudad de Trelew
LV-JTD Ciudad de Tucumán
LV-JTO Ciudad de Jujuy
LV-LEB Ciudad de Esquel
LV-LIU Ciudad de Río Grande
LV-LIV Ciudad de Ushuaia
LV-LIW Ciudad de Santiago del Estero

A veces se organizaban ceremonias de bautismo en las localidades de los nombres de cada avión. Este aviso fue publicado el 28 de julio de 1971 en La Nación.


Los últimos aviones bautizados con nombres de ciudades de la empresa estatal fueron los Fokker F-28, y no todos, según este detalle:

LV-LOA Ciudad de Viedma
LV-LOB Ciudad de Villa Gesell
LV-LOC Sin nombre
LV-LRG Ciudad de Rosario
LV-MZD Sin nombre
LV-WZC Sin nombre

NOTA:

[1] Este avión pasó a integrar la flota de ALA manteniendo el nombre.

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