Gremios divididos por Milei: prudencia o amenaza de rebeldía

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21/11/2023 Clarín – Nota – Tema del Día – Pag. 16

Elizabeth Peger

El triunfo del libertario sacudió a la CGT que había jugado por la candidatura de Massa. Algunos sindicalistas piden sensatez, otros ya preparan la resistencia.

Las caras eran largas y el shock indisimulable entre el reducido grupo de referentes de la CGT que cenaba casi a la medianoche del domingo en un restaurante cercano al búnker de Sergio Massa en Chacarita.

«Destruido», repetían unos y otros sobre la sensación que palparon en el ánimo del ahora frustrado candidato durante un breve intercambio posterior a la durísima derrota que le propino Javier Milei.

Pero la catarsis en torno a las razones del fracaso electoral del ministro ocupó el trámite más breve del análisis y la charla de sobremesa entre los sindicalistas viró rápidamente a la enorme incertidumbre que genera el desembarco del libertario en el gobierno.

Fue esa misma preocupación la que desbordó las conversaciones que los más importantes caciques cegetistas compartieron en pleno búnker oficialista apenas trascendían los primeros resultados oficiales. Caras de circunstancia, muchos perplejos, algunos que mascaban bronca y rostros casi horrorizados se sucedían debajo del escenario. «Ahora vienen por mí». La ironía jocosa de Pablo Moyano ante uno de sus aliados se mezclaba con la inquietud, más evidente, que sacudía a los gremialistas más comprometidos con el mundo K y también a algunos dirigentes más cercanos al propio Massa, como Héctor Daer y Carlos Acuña.

Entre la primera línea de la CGT, territorio dominado por los grupos de los «gordos» (grandes gremios de servicios) y los «independientes» (UPCN, Uocra y Obras Sanitarias), tampoco la posición es uniforme: unos plantean la necesidad de prudencia mientras otros alertan sobre una posible ofensiva de Milei contra todo el sindicalismo.

«No nos estamos pintando la cara.
Tiene que primar la sensatez» le transmitió a Clarín uno de los principales dirigentes del sector más moderado.
Armando Cavalieri, el jefe del numeroso sindicato de Comercio y referente de los «gordos», optó por hacer público ese posicionamiento y, en un mensaje que en el sector interpretaron como un guiño hacia Milei, advirtió que «es imperante que nos pongamos a trabajar fuertemente sin mezquindades para lograr los acuerdos necesarios».

Pero otro dirigente del mismo sector que Cavalieri eligió tomar distancia de ese planteo: «Prudencia para nada. Vamos a estar en la calle para defender a los trabajadores», aseguró.

En esa divisoria de aguas interna buscará surfear la cúpula de la CGT el proceso de transición en marcha.
Para ello un grupo de dirigentes empezó a organizar una reunión de mesa chica ampliada para este mismo jueves. La intención es que el encuentro sirva también a los fines de consolidar el frente interno sindical a la espera de los anuncios de parte del electo presidente.

«No nos vamos a anticipar ni vamos a provocar ninguna situación sin antes conversar, el escenario es muy delicado», juzgó uno de los gremialistas que la noche del domingo le envió un mensaje de felicitación a Milei en el que le ratificó la necesidad de apostar por el diálogo.
Sin embargo, cualquier posibilidad de conversación con el libertario está atada a una condición básica: que se garantice la plena vigencia de la libre discusión de paritarias de manera de contener el impacto de la suba de precios sobre los salarios.

Pero esa estrategia no convence en absoluto. Tanto en el grupo que responde a Pablo Moyano como también entre importantes dirigentes de la cúpula y los gremios enrolados en el kirchnerismo es evidente la inquietud por el posible avance del gobierno libertario sobre la legislación laboral y por eso ya se preparan para la resistencia.

«Esta claro que vienen por la reforma laboral y nos van a encontrar en la calle, nadie se va a quedar de brazos cruzados», advirtió uno de los dirigentes que prevé un escenario de creciente confrontación en el corto plazo.

Ni que hablar de la posición más dura de los sindicatos estatales que ya anticipan protestas ante los anuncios del propio Milei sobre el recorte de personal de la administración pública nacional y la privatización de empresas y medios del Estado. Con ese telón de fondo, la conducción nacional de ATE convocó para hoy a un plenario nacional del gremio con el propósito de convenir un plan de acción para resistir las eventuales medidas del libertario.

Nuevamente Luis Barrionuevo, el líder del gremio gastronómico, fue el único sindicalista que se encolumnó con la nueva gestión de Milei apenas se oficializó su triunfo y pese a que había roto su alianza con el libertario apenas después de las generales.

«Estamos para colaborar y trabajar.
A mí no me enamoran los hombres, lo que me enamoran son los proyectos y la gestión», afirmó el dirigente y advirtió que la Argentina «lo que necesitaba era esto, un golpe a la casta política para que se den cuenta los políticos de que venía el ‘que se vayan todos’. Fue en silencio, en las urnas», enfatizó.

Las declaraciones supusieron un nuevo giro político del gremialista: en mayo había anunciado su apoyo a la fallida candidatura de Eduardo Wado de Pedro, luego de las primarias viró hacia la postulación de Milei y le garantizó respaldo en la fiscalización, pero apenas trascendió el acuerdo del libertario con Mauricio Macri y Patricia Bullrich decidió poner fin a su alineamiento. Ahora aspira a recomponer el vínculo con el electo Presidente.

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