Menos empleados, más autónomos y más informales, las claves del mercado laboral

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29/04/2024 La Nación – Nota – Economía – Pag. 15
Luján Berardi

empleo. Según expertos, el ajuste se da en mayor medida por caída del salario que por alza de la desocupación; la reforma no tendría impacto inmediato si no termina la recesión.

En un contexto de recesión que afecta a todos los rubros de la economía y que se suma a los recortes que impulsa el Gobierno para mantener el superávit fiscal y externo, el mercado laboral es uno de los rubros que más sufren las consecuencias de la caída del consumo, junto con la inflación.

La contracción del empleo, la transición a trabajos autónomos (con la consecuente reducción de los puestos de trabajo asalariados) y el aumento del sector informal son algunos de los puntos claves que apuntan a un ajuste del mercado que, según los especialistas, son inescindibles de la caída salarial. Estos factores, estiman, se sostendrían a lo largo del año, incluso frente a la reforma laboral que impulsa el oficialismo a través de la «Ley de bases», que se tratará en Diputados a partir de este lunes.

Según un informe de la consultora Ecolatina, desde octubre del año pasado se perdieron 40.000 puestos de trabajo formales. Además, se registraron más de 50.000 nuevos trabajadores independientes y un descenso de igual magnitud en la cantidad de asalariados privados, que se explica casi totalmente por la parálisis en el sector de la construcción y el incremento en el costo de esta actividad. A eso se suman 30.000 asalariados públicos menos, luego de que el Gobierno pusiera como uno de sus ejes principales el recorte en el sector.

En cuanto a las perspectivas para el resto del año, Sebastián Menes- caldi, director de EcoGo, aseguró que va a regir una menor intensidad laboral: «Quizá los ingresos se defienden, quizá los puestos de trabajo se defienden, pero lo que se va a ver es, dentro del trabajo formal, muchas suspensiones, es decir, va a bajar la cantidad de horas trabajadas», opinó.

Respecto del ámbito informal, agregó que también se va a ver una menor cantidad de trabajo, a pesar de que este segmento es el que más aumentó en los últimos años. «Uno hace el ajuste en el hogar. Se va a contratar menos veces al jardinero, se va a llevar menos veces el auto al lavadero. Si se pensaba en refaccionar la casa, no se va a hacer; si se pensaba en pintar, no se va a hacer», ejemplificó.

Así, el ajuste del mercado laboral, que por el momento pasa por los salarios, va a empezar a centrarse en la intensidad laboral, con menor cantidad de horas trabajadas y más suspensiones: «Eso se va a reflejar en una fuerte caída de los ingresos», aseguró.

Rocío Bisang, de la misma consultora, se refirió a esta dupla de «precio-cantidad», y explicó que no es una cuestión dicotómica, sino que, en el contexto de recesión, se retroalimentan: la caída del empleo presiona el salario a la baja, y la caída del salario real implica, a su vez, menores niveles de consumo, que repercute en el descenso del empleo.

«Existen rigideces que hacen que no sean tan intercambiables entre sí (la legislación laboral no es particularmente flexible, hay sindicatos, paritarias, etc.). En general, una caída del empleo se lee como más nociva, porque genera una mayor conflictividad social -hay costos de entrada y salida entre empleos, gente que se cae del mercado laboral, etc.-, pero no son independientes», sostuvo.

Caída del ingreso Con este análisis, la especialista contó que hoy se ve una fuerte caída en los ingresos de las familias y que la baja en el empleo, en comparación, no parece ser tan marcada todavía, aunque también dijo que empieza a darse un traspaso del empleo registrado al sector autónomo.

«Los sectores más afectados son el empleo público y la construcción (con menor obra pública), que se van a ver definitivamente golpeados, pero va a tener mayor impacto en los bienes y servicios de consumo no esenciales», resaltó.

El tipo de cambio también es un factor que impacta directamente sobre este mercado. Como explica el último informe de Analytica, si el precio del dólar es variable, las crisis pueden derivar en correcciones de precios relativos, que reducen los salarios, pero ayudan a contener el nivel del empleo, por lo que el ajuste sería por precio (salario real) y no por cantidad (puestos de trabajo). Por otro lado, si se mantiene fijo el tipo de cambio, la situación sería a la inversa: «Por tal razón, con tipos de cambio flexibles, los indicadores laborales son mejores, incluido el ingreso per cápita familiar, tanto medido en dólares oficiales como libres», destaca.

Juan Luis Bour, de la Fundación de Investigaciones Económicas Latinoamericanas (FIEL), se refirió al tema y aclaró que, dado el shock en el tipo de cambio, como sucedió en 2022y agosto de 2023, el primer impacto se dio en los salarios, que hoy corren por debajo de la inflación.

«La caída del empleo es inmediata solo en algunos sectores (construcción, quizá también bienes y servicios), pero no en el resto, que espera un rebote de la economía. Además, la caída del salario real es caída de costo laboral que financia, en parte, la retención de empleados», enfatizó. Esto implica mayor ajuste en salario real y menor en empleo.

A su vez, sostuvo que en estos meses se verá una menor contratación de empleados por la contracción de la demanda. Muchos trabajadores pasarán a la informalidad, la industria frenará contrataciones y habrá cierres en varios sectores. «Los salarios se deberían empezar a recuperar muy de a poco con la baja de la inflación, a medida que rebota la actividad», añadió, pero remarcó que para esto se necesitan mejoras de productividad y reformas para abrir la economía.

Ahora, el Gobierno impulsa la «Ley de bases», que incluye una reforma laboral acotada que logró dictamen de comisión en la Cámara de Diputados y este lunes se tratará en el recinto. El proyecto plantea, entre otras cuestiones, la posibilidad de que los empleadores regularicen vínculos laborales que comenzaron antes de que entre en vigor la ley, así como la extensión del período de prueba y facilidades para las pymes, entre otros aspectos.

«Estamos en un período recesivo. Más allá de lo que se modifique, difícilmente introduzca un aumento en el nivel de empleo de la economía, porque si no hay demanda, no hay necesidad de contratar nuevo personal, más allá de que existan mayores facilidades o haya un régimen laboral que da más certidumbre», opinó Claudio Caprarulo, de Analytica, sobre el posible impacto que pueda tener la aprobación del proyecto.

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