El titular de la ANAC estrella su avioneta y sale ileso
INVESTIGAN SI ESTABA EN ESTADO DE EBRIEDAD.
Tomás Insausti, el titular de la ANAC (Administración Nacional de Aviación Civil), protagonizó un confuso episodio el viernes pasado cuando pilotaba una avioneta y se estrelló en las inmediaciones de Carmen de Areco. Ante esta situación, el gobierno nacional se llamó al silencio, pero finalmente la información trascendió y se confirmó oficialmente.
El siniestro ocurrió con la aeronave modelo Petrel registrada bajo la matrícula LV-HKA, la cual cayó y sufrió fuertes daños estructurales que la habrían dejado destrozada. Si bien, no sufrió heridas, trascendió que presuntamente se encontraba en estado de ebriedad. Insausti habría utilizado la aeronave para ir a un asado en una estancia de Carmen de Areco, una vez finalizado, despegó al mando de la avioneta, pero solo pudo mantenerse 15 segundos en el aire hasta caer y estrellarse.
La aeronave estrellada pertenecería a la ANAC, pero el gobierno hizo trascender que no es del organismo y que sería de una empresa privada de servicios aéreos llamada Skymasters de General Rodríguez. Aparentemente, Insausti estaría vinculado a esta firma e incluso hay quienes afirman que sería el dueño.
No se descarta que en las próximas horas organizaciones vinculadas a la aviación realicen una denuncia penal contra Insausti y Ana Pamela Suárez, la presidenta de la Junta de Investigación de Accidentes de Aviación Civil (JIAAC). A esta última se la acusa de haber sido cómplice de encubrimiento agravado y adulteración de pruebas del accidente.
En primera instancia el manejo de la escena del siniestro habría estado plagada de irregularidades e ilícitos con el objetivo de encubrir, falsear los detalles y causas del mismo. Algunos de estos serían haber permitido liberar la aeronave en tiempo récord para ocultarla en un taller evitando que se tomen fotos, demora en dar a conocer el siniestro y elaboración de informes con datos, fechas y horas falsas e información apócrifa.
Según trascendidos, la estrecha amistad de Insausti con el ministro de Transporte, Guillermo Dietrich, fue lo que le permitió acceder a controlar el máximo organismo de la aviación argentina, a pesar de no tener ninguna experiencia en la materia.