Air France y Lufthansa claman por otra política en la aviación

Benjamin Smith se muestra muy duro con el acuerdo firmado con Qatar, del que asegura que está bajo la sospecha de corrupción. Carsten Spohr advierte que las normas europeas son demasiado penalizadoras.
En entrevistas publicadas en Francia y Alemania, Smith denuncia que los competidores reciben subsidios, combustible a bajo coste mientras que las europeas tienen mil restricciones. Es muy duro denunciando el acuerdo firmado con Qatar, que dice está bajo la sospecha de corrupción y que beneficia claramente al emirato.
Spohr, por su parte, apoya la transición ecológica, pero advierte que las normas europeas son demasiado penalizadoras, especialmente si sólo se aplican a las aerolíneas del viejo continente. El biocombustible, que es mucho más caro que el normal, se impone a las compañías europeas, pero no a los competidores. Dice Spohr que sería más razonable un impuesto a las emisiones, pero a todas las aerolíneas.
La protesta conjunta de los dos grupos se suma a otras denuncias, por ejemplo Ryanair, contra las tasas aeronáuticas y contra los problemas de control aéreo en el continente (Ryanair sobre el paro francés: “Von der Leyen debe dimitir”).
IAG, que tiene sede en Londres, no ha participado en la queja pese a que tienen muchos intereses en la Unión Europea, por sus aerolíneas irlandesas y españolas.
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