Al diablo el ecologismo europeo
OPINIÓN
Los esfuerzos del viejo continente, siendo éticamente admirables, son ridículos vistos a escala mundial
Sin embargo, es importante tener una visión de conjunto para no hacer el ridículo.
Todo el mundo sabe que hoy China se ha convertido en el primer país del mundo en crecimiento de la aviación. Está bien la sensibilidad europea, pero no se ha de olvidar que cada día en China la aviación crece más que lo que contamina un país medio europeo.
Eso, sin embargo, es una pequeña parte del problema global. Hoy mismo, el país que está al borde de una expansión loca de la aviación es India. Ya tiene un número desorbitado de aerolíneas, pero se espera que el volumen de pasajeros que hoy es de 200 millones anuales pase a los 400 en apenas siete años. El número de aeropuertos se dispara en la misma forma. Y la sensibilidad ambiental india es comparable con la que tenía Europa en los años cincuenta del siglo pasado.
Y tampoco eso es todo porque el sureste asiático y hasta África, cierto que partiendo de cifras muy modestas especialmente en este último caso, están creciendo desorbitadamente.
Cuando Airbus y Boeing dicen que han de ampliar rápidamente sus plantas de fabricación quieren decir que la demanda está descontrolada, que aquí vende aviones cualquiera y que los esfuerzos europeos, siendo éticamente admirables, son ridículos vistos a escala mundial.
La conferencia de Naciones Unidas por el cambio climático tiene mucho trabajo por delante, si queremos que realmente lo que hemos sufrido este verano se traduzca en medidas de alcance global.
Los esfuerzos europeos son ridículos si China e India ignoran toda restricción.
Aunque, hay un matiz a añadir: los países no desarrollados dicen (¿con razón?) que sólo faltaba que quienes han llevado al planeta a esta situación, o sea los países que llevan años siendo ricos, les digan a ellos, aún subdesarrollados, que paren, que no crezcan, porque habrá daños irreparables.
De manera que el uno por el otro, el planeta se va al diablo.