Boeing renace de las cenizas
TRAS CUATRO AÑOS HORRIBLES
El mercado se ha volcado en el fabricante americano porque la producción y ventas del 787 Dreamliner y del 737 Max van fantásticamente.
Acaba de reabrir en Renton su tercera línea de producción del 737 Max y está ultimando la cuarta, en Everett
R. P.
Los daños causados en estos cuatro años a su prestigio y a su economía han sido de tal calibre que en muchos momentos no era descabellado pensar en la quiebra del que fuera el primer fabricante mundial de aviones, hoy claramente relegado a la segunda posición. Pero con vida. (Boeing reanuda la entrega del B787 Dreamliner)
Cada mes, el fabricante recluta entre 300 y 400 nuevos empleados para volver a producir como siempre. Acaba de reabrir en Renton su tercera línea de producción del 737Max y está ultimando la cuarta, en Everett, donde hasta hace poco producía el 747.
Dave Calhoun, el director general que ha salvado a la compañía, admite en su informe anual de 2022, presentado ahora, que la compañía tuvo riesgo de supervivencia. La caída de dos aviones consecutivos, la actitud hostil respecto del primero, los fallos en el 787 y el impacto del Covid casi acaban con todo.
Ahora mismo, la decisión más importante a la que se enfrenta Boeing es la misma que tenía hace cuatro años: qué hacer en el segmento medio, quién va a suceder al 737, porque el diseño de este avión ya no da para más. Mientras Airbus está hartándose a vender el A321, del qué tiene hoy 4.700 pedidos. Calhoun, sin embargo, ha decidido aplazar la decisión, para sorpresa de muchos analistas.
Sin embargo, aunque hay muchas aerolíneas que abandonaron Boeing (KLM, JAL o Jet2, por mencionar algunas) su supervivencia se debe a la historia de fiabilidad y profesionalidad que aún hace que otras sigan fieles (Alaska Airlines, IAG, Arabia Saudita, United, Air India, Ryanair o Southwest, por ejemplo).
El camino hacia el futuro está trazado, pero hay que recorrerlo. Hay 250 aviones 737 en sus aparcamientos esperando para ser retocados y entregados. Y otros 100 Dreamliners+. El retraso causado por sus incontables problemas sólo se arregla destinando plantilla a estos menesteres, alargando el tiempo para normalizar la producción.
Boeing tiene que afrontar otra herencia de esta crisis: su deuda ha llegado a los 40 mil millones de dólares, ocho veces más que en 2018, antes de estos cuatro años fatídicos.