De la revolución de los aviones a la situación crítica de Aerolíneas

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16/11/2018 10:00 – ElPaisDigital.com.ar (Tier 3) – Nota –  

El Gobierno introdujo una serie de reformas que alteraron el sector aerocomercial. La desregulación del mercado, los beneficios a las low cost y el desfinanciamiento complican a la aerolínea de bandera.

El País Digital

En plena campaña presidencial de 2015, el entonces candidato Mauricio Macri aseguró que durante su mandato Aerolíneas Argentinas (AA) seguiría siendo una empresa estatal. Hoy, tras casi tres años en el poder, la situación de la compañía es crítica. El desfinanciamiento impulsado desde la Casa Rosada, la desregulación del sector aerocomercial y los beneficios recibidos por las low cost atentan contra la sustentabilidad de la aerolínea de bandera. La privatización y la quiebra, dos opciones cada vez más firmes.La embestida contra AA comenzó en diciembre del 2016, cuando Isela Costantini renunció a la presidencia de la empresa en oposición a la política de desgaste impulsada por los exvicejefes de gabinete Mario Quintana y Gustavo Lopetegui, ex CEO de LAN. A los pocos meses el ministro de Transporte, Guillermo Dietrich, anunció una revolución de los aviones, un cambio estratégico en el negocio aerocomercial que comprometería a la aerolínea estatizada en 2008.En la mesa chica de Cambiemos saben que no en la actualidad no existe un consenso político para privatizar a AA. Por eso, y para presionar a los sindicatos, iniciaron una política de recortes de subsidios. En 2016 la compañía estatal requirió US$300 millones por parte del Tesoro nacional. En 2017, los giros descendieron a US$183 millones. En 2018, las transferencias estaban previstas US$ 90 millones, pero por la devaluación y la suba de combustible terminarán siendo de US$180 millones. En 2019, el ajuste se sentirá con fuerza: los aportes de capital, según el presupuesto aprobado, serán apenas US$ 40 millones, con un dólar previsto a 40 pesos. Para el 2020, está previsto que la empresa alcance el déficit cero.El titular de la Asociación de Pilotos de Líneas Aéreas (APLA), Pablo Biró, sostuvo a comienzos de esta semana que el presupuesto de la compañía alcanza para un trimestre, por lo que en abril de 2019 ya no habría plata para que funcione. La Casa Rosada quiere quebrar o privatizar la empresa, sostuvo en diálogo con Radio 10.El Gobierno nacional no solo disminuyó notablemente los recursos destinados a AA, sino que también comprometió su esquema de ingresos a partir de la desregulación del mercado aerocomercial y el ingreso de las low cost en las rutas nacionales. El objetivo oficial de la medida fue duplicar el número de pasajeros y fomentar las inversiones. En la práctica, las nuevas reglas de competencia atentaron contra el predominio de Aerolíneas Argentinas.Hasta principios del 2017, el grupo Aerolíneas (que incluye a Austral) operaba el 80% de los vuelos domésticos. Hoy mantiene un share del 70%, en una tendencia en franco descenso. Mucho tuvo que ver en esta caída la eliminación del precio mínimo de los billetes de avión, una política de protección de mercado que las compañías low cost presionaron para derogar.Además del desfinanciamiento y la desregulación, el gobierno de Macri erosiona a AA a través de beneficios fiscales directos a las empresas low cost. La compañía más favorecida es Flybondi, cuyo dueño, Richard Guzmán, tiene fluidos vínculos empresariales con el ahora exfuncionario Mario Quintana. Desde su arribo a la Argentina, la Casa Rosada le entregó a Flybondi hangares y rutas aéreas a pesar de no contar con aviones en el país. Además, habilitó especialmente el aeropuerto de El Palomar, que hoy solo usa la empresa de Guzmán, en una especie de subsidio indirecto que le permitió achicar los costos operativos. Por este cúmulo de beneficios, Quintana fue imputado por la Justicia.Otra de las low cost sospechada por intereses cruzados es Avianca, que justo antes de ingresar en Argentina le compró la empresa McAir a la familia Macri. La operación incluyó cinco aviones pequeños, un hangar en Aeroparque y otros activos de la firma. El presidente, luego, fue denunciado por haberle asignado rutas aéreas a la colombiana Avianca en desmedro de AA.Por su parte, Norwegian Air también hizo su arribo al mercado argentino, no sin antes asegurarse una serie de exenciones fiscales. El gobierno cordobés, por caso, le otorgó subsidios por dos años para los 100 puestos de trabajo permanente que la empresa se comprometió a crear allí. Además, le otorgó beneficios impositivos.Desfinanciamiento, desregulación y beneficios a las low cost conforman un combo explosivo que echa serias dudas sobre el futuro de Aerolíneas Argentinas. La persecución contra la aerolínea de bandera se combina con los intereses opacos en el sector aerocomercial de muchos altos funcionarios del gobierno de Cambiemos. Todo indica que el 2019 será un año de mucho conflicto e incertidumbre en la empresa estatizada.

 

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