“Dios mío, nos matamos”, el audio de los pilotos del avión de Austral que se estrelló 

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29/08/2019 Clarín – Nota – Sociedad – Pag. 37 

LA TRAGEDIA QUE DEJÓ 74 MUERTOS, EN 1997

Lo difundieron en el juicio a 35 acusados. Son ex directivos y empleados de la firma y organismos de control.
En la sala AMIA de Comodoro Py, se escuchó ayer el audio de los pilotos del vuelo 2553 de Austral Líneas Aéreas que se estrelló el 10 de octubre de 1997. Entre pasajeros y tripulantes, murieron 74 personas: nadie sobrevivió.
Ocurrió en el marco del juicio en el que se busca determinar las responsabilidades de ex directivos de la aerolínea y ex funcionarios de la Fuerza Aérea.
La grabación en la cabina dura 18 minutos y hay un fuerte ruido. Pero es posible distinguir el momento en el que avión cae en picada. Ocurre en el minuto 17 del audio, cuando el comandante Jorge Cécere, quien había intentado desesperadamente obtener permiso para descender, le grita al copiloto Horacio Núñez: “Dios mío, nos matamos, nos matamos”.
En ese momento, el avión McDonnell Douglas DC-9-32, con la matrícula argentina LV-WEG, descendía aumentando su velocidad y sin control.
El vuelo se dirigía de Posadas a la Ciudad de Buenos Aires y se precipitó en la estancia Nuevo Berlín, una zona rural cerca de Fray Bentos, Uruguay.
Es la mayor tragedia en la historia de la aviación comercial argentina.
Antes de que se perdiera el control del avión, la charla en la cabina transcurría con normalidad. Uno de los pilotos, por ejemplo, contaba que tenía tres hijos y que a uno le gustaba andar a caballo. Al comienzo del registro, también se escucha que el comandante le pregunta a una azafata si hay un “teléfono descolgado” porque había problemas de comunicación dentro de la aeronave. La azafata le contesta que no. Segundos después, el problema se arregla y la oficial de a bordo comenta: “No sé que pasó, yo no toqué nada”.
La transmisión del audio fue requerida por la querella. Durante 21 años el caso quedó frenado, hasta que en marzo comenzó el juicio en el Tribunal Oral Federal 5, que tiene a 35 acusados.
La causa ya fue investigada por tres jueces. En 2013 quedó radicada en el Juzgado de Sebastián Ramos, quien tienen a su cargo establecer si entre las causas que originaron el accidente cabe asignarle responsabilidad a los ex directivos de la empresa que en aquel momento dependía de la española Iberia y ex miembros de la Fuerza Aérea Argentina imputados.
Para las familias de los tripulantes y de los pasajeros fallecidos -la querella engloba a unas 15 personas-, los ex directivos y empleados de la empresa y organismos de control son responsables. Los acusan de estrago doloso.
Las pericias hechas desde Uruguay determinaron que fallaron las luces de alarma que debían alertar sobre el funcionamiento de los velocímetros.
Lo que ocurrió fue que el tubo de Pitot -que marca la velocidad en la cabina presurizada- se congeló y el piloto creyó que la velocidad era menor a la real, por eso, extendió los slats (parte del ala), pero la presión del aire los arrancó.
Los querellantes creen que la relación “promiscua” entre controlados (aerolínea) y controlantes (Fuerza Aérea), hizo que el avión fuese habilitado ilegalmente. Ya no los volaban en Europa. Acá, sólo si tenían instalada la alarma y, por acuerdo entre Austral y la DNA, este no la tenía.
“Fue difícil y duro”, contó Federico Casinelli, hijo de Carlos Casinelli, quien falleció en el accidente. “Era interesante para mí escuchar los últimos momentos con vida de los tripulantes: nos lleva a los últimos momentos de nuestro papá. Nos genera interrogantes lo que pasó”.

Reclamo de justicia. A casi 22 años, une a familiares de las víctimas. 

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