El Boeing 747 cumplió 50 años

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La reina de los aires, como se lo conoce al Boeing 747, cumplió este mes medio siglo de vida. Y a pesar de que tecnológicamente fue superado por modelos más rápidos, económicos y livianos, el impacto que tuvo en la aviación comercial fue revolucionario.

El primer B747-100 despegó el 9 de febrero de 1959 desde Nueva York a Londres, en un vuelo de Pan American Airlines. Boeing y las aerolíneas miraban con más atención el desarrollo de los vuelos supersónicos, y más de un experto le pronosticó una corta vida a este gigante.

Pero de los 1.500 aviones fabricados todavía 500 siguen operativos, y en su medio siglo de vida se vendieron 3.500 millones de pasajes para volar en este modelo. O sea, un equivalente la mitad de la población mundial actual.

Éxito comercial
Fue el primer avión de doble pasillo, y su consumo de combustible por la potencia de sus cuatro motores ahora puede ser un dolor de bolsillo para las gerencias de las compañías aéreas. Pero su rendimiento económico fue tan bueno que los viajes en avión tomaron dos vertientes paralelas.

Por una parte, volar en un Jumbo se convirtió en un sinónimo de glamour, como si se perteneciera a un club de élite. Por otra parte, abrió la puerta a un descenso paulatino de las tarifas aéreas, que décadas más tarde llegaría a la masificación con la llegada de las aerolíneas low cost.

Aunque los modelos como el A350 o el B787 son las preferencias de las aerolíneas para los vuelos de largo radio, el B747 se siguió fabricando hasta julio de 2017, cuando Korean Air Lines adquirió el último B747-8.

Los cambios en la forma de volar
La capacidad del Boeing era de entre 550 pasajeros (como era configurado en vuelos domésticos de Japón) y 345 viajeros (como era norma en British Airways).

En vez de un tubo con separaciones, la cabina fue configurada como si fueran habitaciones, donde los galleys y los baños servían como divisores de secciones. Además las paredes verticales y su techo más alto daban una sensación de amplitud nunca vista.

El mundo se tuvo que adaptar
El tamaño del Jumbo (71 metros de largo por 64 metros de envergadura y un alto de 69 metros) obligó a los aeropuertos a adaptarse a sus dimensiones. Es que duplicaba el tamaño de los modelos más populares, el B707 y el Douglas DC-8.

Los controles de pasaportes y seguridad tuvieron que agilizarse para recibir a cientos de pasajeros que aterrizaban al unísono, hubo que adaptar los vehículos para que puedan remolcar la aeronave de 340 toneladas, así como la configuración de los transportes de catering y de los proveedores de combustible.

El mundo más pequeño
El B747 no llegó a tener una versión supersónica (el proyecto se abandonó en 1971) pero sí fue adaptado para el transporte de mercancías, para llevar transbordadores espaciales y para los viajes corporativos, de magnates y jefes de Estado (en EEUU se niegan a jubilar al Air Force One).

Con una autonomía de 13.800 kilómetros, agilizó los vuelos de largo radio sin escalas. Viajar desde Madrid a México, desde Santiago de Chile a Londres o desde Sídney a Dallas sin escalas hizo que el mundo fuera un poco más pequeño…

Imagen: Wikipedia

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