El piso salarial para pagar Ganancias será de $1.980.000
28/09/2023 La Nación – Nota – Economía – Pag. 18
Silvia Stang
reajuste. Según un decreto, la base equivaldrá desde octubre al sueldo mínimo multiplicado por 15, y esa variable subirá a $132.000; cuál será el alivio para quienes siguen alcanzados.
El impuesto a las ganancias alcanzará en los últimos meses de este año a los empleados con remuneraciones superiores a $1.980.000. Así, mientras que quienes tengan salarios inferiores a ese monto quedarán liberados de la carga fiscal, quienes lo superen los empleados que están en la parte más alta de la pirámide de ingresos tendrán un alivio significativo respecto de lo que venían tributando. El cambio les podría significar hasta algo más de $500.000 adicionales en sus bolsillos, con un efecto que, para el conjunto de los alcanzados, será de entre 17% y 40%, aproximadamente y en promedio, en el sueldo en mano.
El nuevo piso para tributar, que equivale a un salario neto de aportes de $1.817.255,58 quedó definido ayer por la tarde, cuando el Ministerio de Trabajo anunció, tras una reunión de los integrantes de un consejo encargado del tema que el salario mínimo, vital y móvil (SMVM) será en octubre de $132.000. Hasta este mes están alcanzados por el tributo los trabajadores dependientes y los jubilados con sueldos y haberes brutos mayores a $700.875 en bruto ($581.726 neto de descuentos).
Según el decreto 473, a partir de las remuneraciones devengadas desde el 1° de octubre la menor remuneración alcanzada por Ganancias será de un monto equivalente al salario mínimo multiplicado por 15.
En el actual mes de septiembre esa cifra es de $1.770.000, pero ayer se decidió que para el mes próximo habrá una suba de 12% del sueldo básico.
De acuerdo con lo establecido, la base para tributar será la misma para los ingresos percibidos hasta que finalice 2023, aun cuando el salario mínimo será diferente en los últimos meses del año.
Los sueldos posteriores al de octubre, eso sí, se promediarán con el de ese mes para determinar si están gravados; así, si la remuneración promedio de octubre y noviembre está por debajo de los $1.980.000, no habrá descuento, aunque en el último mes se supere esa cifra.
El SMVM, por su parte, subirá a $146.000 y a $156.000 en noviembre y en diciembre, en cada caso.
Eso tendrá impacto en el monto de los planes sociales y también, por ejemplo, en el ingreso de quienes se jubilaron en el sistema general de la Anses sin moratoria, ya que en esos casos rige una garantía por la cual el haber mensual no puede ser inferior al 82% del salario mínimo.
Los cambios en Ganancias provocan una fuerte reducción en los montos a tributar por los empleados que seguirán con sus sueldos gravados. Esto ocurrirá porque, solo por los próximos meses, el tributo se calculará con una nueva tabla de alícuotas que fue establecida por la resolución 5417 de la AFIP.
Según cálculos hechos por la nacion, a un empleado con un salario bruto de $2.100.000 que no tenga declarada ninguna deducción ni por familiares ni por gastos, le descontarán por Ganancias $36.619 mensuales, mientras que el impuesto sería de $561.930 sin las modificaciones. El beneficio en ese caso será, entonces, de hasta $525.311 mensuales, una mejora de más de 38% del ingreso de bolsillo.
El número depende, en rigor, de las deducciones declaradas por la persona ya que, en caso de tenerlas, estuvo pagando un impuesto menor y, por tanto, el efecto de la medida también es de inferior cuantía.
El monto de la imposición mencionado corresponde solo al salario mensual ya que, para simplificar, no se agregó al cálculo el proporcional del aguinaldo de diciembre, que tiene impacto en ambos escenarios descriptos. «Al superarse el umbral de los 15 SMVM, se grava el sueldo anual complementario devengado», recuerdan Cecilia Núñez y Gisele González, directora de Global Mobility Services y Gerente senior Global Mobility y Tax & Legal de KPMG Argentina, respectivamente, con quienes la nacion chequeó los cálculos. Las empresas empleadoras agregan cada mes, al ingreso sobre el cual calculan el tributo, una doceava parte del sueldo, de manera tal que la carga fiscal correspondiente al aguinaldo quede repartida durante todo el año. Al momento del pago de esa prestación, se hacen los ajustes que resulten necesarios.
En el caso de alguien con un sueldo bruto de $1.950.000, que dejará de estar alcanzado por el impuesto a las ganancias, sin los cambios habría tenido un descuento aproximado de hasta $509.430 y, por tanto, ese será el máximo efecto en lo que se cobrará de bolsillo. Con una remuneración de $810.000, en tanto, el descuento (que no estará) habría rondado hasta los $119.196.
En tanto, alguien con una remuneración bruta de $5.000.000, tendrá un impuesto mensual de $1.005.843,44, mientras que sin los cambios habría sido de $1.576.930,23. De esa forma, la diferencia es de hasta $571.086,79 (los ejemplos son sin deducciones), con una mejora de 17,5% en el salario de bolsillo.
El aguinaldo De acuerdo con lo establecido, el aguinaldo no estará sujeto a Ganancias si la remuneración mensual del empleado, o bien el salario promedio del segundo semestre, no superan la cifra de $1.980.000. Esta decisión provocará una devolución de montos ya descontados en lo que va del actual semestre, ya que ?como se suponía que para los sueldos de más de $700.875 el aguinaldo estaría sujeto a la imposición?, se hicieron descuentos proporcionales por esa prestación.
El beneficio para asalariados de ingresos medio altos y altos se da en el marco del llamado «plan platita» lanzado por el ministro de Economía y candidato a presidente, Sergio Massa. Es un programa que, según advierten los economistas, disparará una mayor emisión de pesos y eso tendrá efectos inflacionarios, porque no se previó cómo compensar el efecto de una menor recaudación y de un mayor gasto en un Estado deficitario, que debe atender las necesidades de una población con un 40,1% de su población bajo la línea de pobreza, según el dato difundido ayer por el Indec.
Los cambios que regirán desde los ingresos del mes próximo (en general, percibidos en noviembre), no modificarán lo retenido por los salarios de enero a septiembre.
Además, según especifican Núñez y González, para evaluar la situación de los empleados a octubre no se tendrá en cuenta el monto de ingresos acumulado en lo que va del año. Es decir, si bien Ganancias es un impuesto de determinación anual, se calculará temporalmente con parámetros solo mensuales.
Esta última cuestión y también otras, junto con la falta de precisiones y los espacios que consideran que quedaron abiertos para diferentes interpretaciones, provocaron que las firmas de software que elaboran los sistemas informáticos para liquidar salarios advirtieran que hay dificultades para hacer las adecuaciones necesarias. Las autoridades de la Cámara de la Industria del Software (Cessi) se reunieron esta semana con funcionarios de Economía para plantear el tema.
Más allá de esas dudas para la instrumentación, no pocos economistas y tributaristas plantean que la reforma del impuesto (que tiene un capítulo de cambios más estables en un proyecto que hoy el Senado convertiría en ley) debería haber contemplado otras cuestiones para devolverle progresividad a la carga, y no hacerse sin la contrapartida de cubrir el agravamiento del déficit fiscal que provocará.
La medida recibe también cuestionamientos desde el punto de vista de la equidad. «Se exime del pago de Ganancias a trabajadores que pertenecen al 5% de personas con mayores salarios en la distribución del ingreso del país, no ayudando precisamente a mejorar esa distribución», señalan en un informe los economistas Marcelo Capello Laura Caullo y Azul Chincarini, del Ieral de Fundación Mediterránea.
«Ahora solo se corre, significativamente, el monto de ingresos a partir del cual se comienza a pagar el impuesto, pasando a ser la Argentina uno de los países latinoamericanos que aplican el impuesto desde ingresos más altos», analizan respecto de una carga fiscal que, en general, es considerada en el mundo como una de las más progresivas.