«El RIGI es competencia desleal para las pymes»
Preocupa el futuro de las empresas industriales en La Matanza y el conurbano
Tras la aprobación de la ley de bases, Buenos Aires/12 dialogó con funcionarios locales y dirigentes sindicales. La competencia desleal y la reforma laboral.
El Régimen de Incentivo a los Grandes Inversores (RIGI) aprobado en el Senado, constituye una grave amenaza para las pymes industriales, muchas de ellas instaladas en el conurbano bonaerense.
Los sectores metalúrgico y siderúrgico del partido de La Matanza, que posee uno de los entramados industriales más densos de ese sector en la provincia de Buenos Aires, entienden que su situación, que ya es compleja, se agravará con la implementación de la recién sancionada ley de bases, especialmente en lo referente a las grandes inversiones.
Los trabajadores del sector siderúrgico, que en la Argentina se reparten las multinacionales Techint y Arcelor Mittal, hoy en conciliación obligatoria, arrastran todavía los mismos salarios desde noviembre de 2023, a pesar de la elevada inflación acumulada en estos meses.
Sus representantes sindicales asistieron este jueves a una audiencia, en la que se resolvió pasar a cuarto intermedio y fijar una nueva audiencia para el miércoles 26. «Es la primera vez que una discusión salarial en el sector se prolonga por más de seis meses», afirma el comunicado difundido por el gremio.
En La Matanza hay actualmente 400 empresas del sector, que van de los 5 a los 200 trabajadores. Sólo en el último bimestre despidieron a 500 trabajadores y casi una de cada cuatro solicita al gremio acordar suspensiones a través de convenios. A este punto de partida, de por sí sombrío, se le sobreimprime la ley sancionada en el Senado de la Nación, reconocen a Buenos Aires/12.
Competencia desleal
«El RIGI atenta directamente contra la producción nacional de los bienes de capital destinados a estas actividades al otorgar un trato preferencial a los bienes importados que compiten con los productos nacionales», explica la secretaria de Producción del municipio de La Matanza, Débora Giorgi, en referencia a la norma que alcanzará al trabajo en rubros como agroindustria, minería, energía, tecnología, infraestructura, forestal y gas y petróleo.
Los bienes de capital a los que se refiere Giorgi, que fue anteriormente ministra de Producción de la provincia de Buenos Aires y de la Nación, son producidos básicamente por las industrias metalúrgica y metalmecánica, que a los problemas preexistentes vinculados a la caída de la actividad económica, sumarán ahora el de la competencia desleal.
La funcionaria agrega que «como si esto fuera poco, se permite importar bienes de capital usados o nuevos, materiales e insumos sin aranceles asociados, tanto en la etapa de la inversión inicial como durante todo el flujo productivo de los próximos 30 años, generando una competencia desleal con la industria nacional preexistente».
A la vez, Giorgi desconfía de los cambios introducidos en el Senado. «Es maquillaje, porque el 20 por ciento de obligatoriedad de compre local, no solo es exiguo sino que sabemos que en la definición de qué es nacional», dice. Y agrega: «El diablo suele meter la cola y puede terminar incluyendo partes importadas».
Conflicto político, no económico
“Tanto en la metalurgia como en la siderurgia hay una caída muy grande de actividad, que con el RIGI sólo puede empeorar”, explica el secretario general de la regional La Matanza de la UOM, Esteban Cabello.
La UOM representa a trabajadores de dos convenios distintos. Uno de ellos es el de la industria siderurgia, que produce el acero, y otro es el de la metalurgia, que produce distintos elementos, a partir del acero como insumo.
Si esta última actividad se encuentra repartida en una enorme constelación de empresas pequeñas y medianas, el eslabón anterior de la cadena está concentrado en unos pocos jugadores globales, a los que el RIGI les hace el juego.
“La caída comenzó con el parate de la obra pública, que es uno de los principales clientes del sector y se fue extendiendo, las siderúrgicas están sobre stockeadas, por eso las suspensiones y despidos», explica el sindicalista que sostiene que «la etapa difícil no se viene sino que empezó». «Nosotros, los metalúrgicos, ya la estamos sufriendo”, asegura.
Según Cabello, “el RIGI está hecho a la medida de las siderúrgicas, porque las empresas van a traer los mismos bienes e insumos que se fabrican acá, de sus propias plantas en otros países». «No olvidemos que son dos grandes multinacionales, lo van a hacer en perjuicio del trabajo argentino y de la sociedad en general, porque no van a pagar acá ningún impuesto, porque la obsesión de ellos es abaratar costos”, afirma.
La otra gran preocupación del dirigente es la reforma laboral. “Además del RIGI, está el capítulo laboral, nuestros trabajadores van a perder derechos hasta quedar igualados para abajo con los de países como Brasil, Chile, Perú, donde estas medidas funcionan hace años». «Vamos en ese camino”, afirma el referente gremial que remarca que los siderúrgicos vienen reclamando un aumento desde noviembre de 2023. Los metalúrgicos, en cambio, cerraron una paritaria en marzo pasado y ahora reclaman 30 puntos para compensar la inflación del último trimestre.
«No se trata sólo de un tema económico, observamos por parte del gobierno la voluntad de torcerle el brazo al movimiento obrero y quieren empezar por la UOM, por algo los ministerios y secretarías están llenos de ejecutivos que responden a Rocca», explica como respuesta a la pregunta sobre por qué ciertos grupos apoyan a un gobierno los deja sin mercados, golpea su producción y su rentabilidad. Persiguen un interés de otro tipo, un cambio de escenario.
Contexto general
En un mundo sobreofertado, los beneficios que establece el RIGI no están acompañados de obligaciones: ni de transferencia de tecnología, ni de compra local, ni ningún mecanismo similar, lo que inhibe beneficios sobre el sistema productivo local en su conjunto. «Atenta también contra la sostenibilidad macroeconómica del país por la no obligatoriedad de liquidación local de exportaciones», concluye Giorgi.
La preocupación no es exclusiva de La Matanza. Santiago Muñiz es secretario de Desarrollo Productivo de Morón, uno de lo distritos vecinos. Afirma que «tal como fue aprobado, no va a fortalecer ni beneficiar a las pymes del municipio, sino todo lo contrario, no hay transferencia de tecnología, la pyme para importar un bien intermedio tiene que pagar impuesto PAIS».
Muñiz anticipa que «Morón se va a ver muy perjudicado porque tenemos empresas integradas a las cadenas de valor de los sectores petrolero, minero y agroindustrial, tres de los cinco incluidos en el RIGI».
La metalurgia y sidergia matancera avierten sobre el RIGI. Imagen: Carolina Camps